Columnas
El reto del “sexo” con cien hombres en 24 horas
Periodista
Tener sexo con cien hombres en 24 horas. Es lo que ha hecho una joven de 23 años, con miles de seguidores en la red OnlyFans. Los medios lo han vendido como un “reto”. Y la respuesta de muchos comentarios era: “¿qué más te da si a ella le gusta?” Bueno, pues escuchémosla a ella, porque para registrar tal “hazaña” han grabado un documental sobre el asunto, ya tiene más de dos millones de visitas.
¿Y qué ocurre en ese documental tras ese “encuentro” con cien hombres en 24 horas? Para empezar, dice que ha sido más intenso de lo que esperaba y, desde ese momento, rompe a llorar. Luego dice que “abajo” no tiene tantas molestias pero que tiene muy mal los ojos, porque todos han “descargado” no sobre su rostro sino sobre ellos. Es decir, que el acuerdo que ellos firmaban con normas para el encuentro no se respetaba. El periodista y cámara que registra todo tienen ganas de vomitar al entrar en el dormitorio por el olor insoportable que desprende. Y relata que recordaba que ella estaba mucho más emocionada los días previos por cumplir su fantasía, pero la sensación que le transmitió después del “reto” era de tristeza.
¿Por qué? Al principio, dice que es porque se sentía presionada por ellos. Que a veces le decían: “¿No vas a dejarme acabar si me hiciste venir desde tan lejos?" Pero luego, confiesa haberse sentido "robótica" y que tuvo que disociar y desconectar emocionalmente por completo, porque no era como “el sexo normal”. Por eso, reconocía que de los cien hombres solo recordaba el rostro de unos siete. Y también reconoce que no sabe explicar el porqué, pero no quiere recomendarlo a nadie, porque no es para “chicas débiles”. Dice además que ha descubierto que es ser como “una prostituta”. Aún así, el periodista se despide y a los pocos días, en el perfil de OnlyFans de esta joven, aparece que propone un nuevo reto: tener mil relaciones sexuales en 24 horas.
Algunos cuestionaban cómo era posible que ella hubiese hecho eso. Y yo respondo con tres detalles. Una de las asistentes es su madre y otros familiares. Dos, preguntemos mejor cómo cien tipos hicieron cola y pagan para eso, viniendo desde lejos. Claro, luego una se acuerda del caso de Gisele Pelicot. Si cincuenta asquerosos no tuvieron remordimientos en violar a una mujer drogada por su marido, imaginen cuando lo consideran un “servicio” de Only fans. Y tres. Si todos los mensajes que recibimos las mujeres es que OnlyFans es maravilloso, que ser prostituta empodera, que te forras, que esto es un trabajo normal y que si no te tiras a decenas de tíos eres una reprimida y una monja o, como ella dice, una “mujer débil”. ¿Cómo no caer en la trampa?
Y bueno, como sé que algunos y algunas ya lo comentarán pues ya me adelanto a responder. Habrá quien vuelva a decir que si a ella le gusta qué hacemos cortando su libertad, o que si ella quiere repetir, pues que demuestra que habrá disfrutado. Claro, si aquí nadie lo impide, como si se quiere tirar desde un avión sin paracaídas. La muestra es que lo ha hecho. Cada cual lo que le dé la gana.
Pero tres cositas más. Uno, cuidado con decir que “repetir” le gusta porque también todos los días centenares de prostituidas en este país repiten ser explotadas y no les apetece nada. Y centenares de mujeres siguen con sus maltratadores y repiten. No porque disfruten. Tanto unas como otras se quedan y repiten porque no saben cómo salir de ahí. Dos. Supongo que también nos gusta comer y si vemos a alguien que se come en 24 horas cien kilos de patatas y veinticinco litros de horchata, le advertimos de que es una locura, que le va a reventar el estómago y que tendrá consecuencias en su salud física y mental. Que gustos hay para todos los colores, y que hay gente que disfruta hasta con la tortura. Pero de ahí a normalizar y venderlo como maravilla y exploración de la sexualidad para nosotras, no cuela. Y tres. Si mola tanto, ¿por qué no lo hacéis vosotros? ¿Por qué os perdéis algo de tanto disfrute y así descubrís vuestra sexualidad, como decís con ella?
Mientras, algo nos deja claro esta “hazaña”. Que OnlyFans puede ser tu antesala a la prostitución, que dicen que controlas y no, que esto no tiene nada que ver con el “sexo normal”, que siempre hay puteros de sobra, que el patriarcado del consentimiento funciona a las mil maravillas o que es evidente por qué molestan las feministas. Y lo más claro de todo y que termina por tirar por la borda a los defensores de esto: que si tu mente disocia y no recuerda es porque no disfrutas por mucho que sonrías. Te disocias porque vives una situación límite que sobrepasa tus recursos psicológicos para afrontarlo. Porque te supera lo excepcional, el impacto emocional, la violencia, el pavor, la tensión y el dolor del trauma. Porque somos mujeres. Somos humanas. No robots, ni máquinas ni contenedores de desperdicio.
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