Opinión

Prospecciones de petróleo: matar con ultrasonidos

Por David Bollero

Periodista

El Gobierno canario anunciaba ayer su intención de promover una consulta popular sobre las prospecciones petrolíferas autorizadas en aguas próximas a Fuerteventura y Lanzarote. No son los únicos sondeos previstos (y autorizados), puesto que este mismo año arrancarán otros en el Mediterráneo, desde el golfo de León al de Valencia, incluyendo todo el archipiélago balear.

Una de las mayores oposiciones a este tipo explotaciones petrolíferas vienen por el peligro de vertidos al mar, teniendo aún muy presente la catástrofe ecológica del BP en el golfo de México en 2010. Sin embargo, no es necesario ni siquiera iniciar las perforaciones: desde el mismo momento que arrancan las prospecciones, los daños en la biosfera pueden ser irreparables (en la imagen superior, el navío sonda Stena Drillmax de Repsol).

Una de las primeras fases en los procesos de prospección de hidrocarburos es la protagonizada por los sondeos acústicos para la adquisición sísmica. Esta técnica ayuda a determinar la situación y extensión de los yacimientos. Para ello, se procede a realizar detonaciones submarinas que, gracias a las ondas de resonancia que generan, permiten averiguar la composición de la roca bajo el mar.

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Rorcual común varado en Las Palmas (ISA)
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Simulación realizada por Caleidoscopio (Repsol)

David Bollero

Periodista

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