Opinión
La manada de Alves ya no factura, llora
Periodista
-Actualizado a
La manada de Alves flojea y el padre del amigo que le iba a prestar el dinero para sacarlo de la cárcel por violador se lo ha pensado mejor, quién sabe si por integridad o porque no quiere poner las barbas de su hijo a remojar. El padre de Neymar Jr ha dicho que ahora que ya está probado el hecho delictivo (la violación) mejor que no los relacionen con el delincuente (el violador), no como hace unos meses, cuando le transfirieron los 150.000 euros que permitieron que Alves viese reducida su condena al contar con el dinero suficiente para sufragar una multa denominada 'indemnización atenuante del daño causado', además de dotarlo de la mejor asistencia legal para librarse de la sentencia que ahora lo mantiene entre rejas. Con los hechos probados, el padre de Neynar Jr. (quien a su vez fue denunciado por una agresión sexual que le costó la ruptura de un contrato millonario con Nike) planta un “se acabó” y corta lazos fraternales con Daniel Alves Dasilva. Al menos, públicamente, que ya sabemos cómo funciona la fratía cuando nadie los ve. Porque para que Dani Alves haya hecho lo que ha hecho, ha necesitado muchos cómplices, rodearse de tipos que, como él, piensen que todas las mujeres se van a dejar violentar con impunidad y que a golpe de costumbre y de millones, se les puede cerrar la boca con un fajo de billetes y la amenaza de convertirte a ti en la puta. Porque eso es lo que hizo antes su amigo del alma Neymar, que llegó a filtrar mensajes privados y fotos íntimas de una mujer que lo acusaba y también fue lo que hizo el propio Alves, acusando a la denunciante de habérsele insinuado. No olvidemos que culpabilizar a la víctima e intentar sobornarla ha sido la principal estrategia de su defensa. La misma que usó Bruno Brasil, el colega que acompañaba a Dani Alves la noche de la agresión en la discoteca Sutton y que días después se dedicó a enviar mensajes privados a la prima de la víctima para que no denunciase a su colega. Pero ser rico también tiene sus inconvenientes y es que cuando dejas de apoquinar los hermanos del alma, igualitos que tú, te repudian, parece ser que nadie quiere que la mierda le salpique.
Neymar Jr. se encuentra ahora jugando en el Al-Hilal de Arabia Saudita que es un país que siempre acoge lo mejor de España, y que también fue el destino elegido por el Celta de Vigo para ceder una temporada a su jugador Santi Mina, después de que fuese condenado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía a cuatro años de cárcel por un delito de abuso sexual cometido en julio del año 2017. También en 2017, el ahora exjugador Robinho, fue condenado por la justicia italiana a nueve años de prisión por una agresión sexual grupal cometida en el año 2013, pero decidió escaparse con el rabo entre las piernas de Italia a Brasil, su país natal, en donde siguió jugando hasta el año 2020. Ese año, un medio de comunicación brasileño filtró los audios en los que el exfutbolista se reía de la víctima de su agresión y la broma se le acabó. “Me río porque no podía importarme menos. La mujer estaba completamente borracha, ni siquiera sabe lo que pasó”. Gracias al Tribunal Superior de Justicia de Brasil este pobre hombre va a pasar los próximos años a la sombra en una prisión de Sao Paulo. A ver si allí le hacen tanta gracia los chistes sobre violaciones.
Llevamos una semana de violencia machista terrible. Y si algunos hombres en estado larvario ejercen toda esta violencia contra las mujeres es porque quieren, pero, sobre todo, porque pueden. Todo el sistema les avala. Se les permite usar la violencia física desde niños sin más penalización social que la de brutos, ocupan espacios a costa de quitárselos a sus compañeras y, por encima, son aplaudidos por ello. Muchos referentes que adulan hoy niños y adolescentes son futbolistas cuyo mayor logro consiste en cobrar cantidades obscenas de dinero por darle patadas a un balón y presumir de jet en las redes sociales. Tenemos un problema como sociedad si seguimos avalando la estúpida teoría mercantilista de que los futbolistas (hombres) ganan lo que generan porque lo único que generan es dinero para vivir por encima del orden y de la ley, un culto a la imagen y a la riqueza estúpidos, clasismo y machismo rancio de manual ¿Alguien puede decirme qué impacto positivo tienen en la sociedad, en la economía, en los empresas, en la sanidad, en la educación o en el medio ambiente unas personas que ingresan al año más dinero que el presupuesto de federaciones enteras? La violencia sexual en este país es insoportable y los futbolistas no pueden ser un modelo a seguir para los niños. Dotar de semejante potencial económico a una panda de descerebrados es de una irresponsabilidad absoluta, pero quienes manejan el negocio saben bien que antes que manadas, necesitamos rebaños que sigan ciegamente a líderes facilones con los que seguirán exprimiendo la cartera y el cerebro de los jóvenes a golpe de marketing y apuestas deportivas.
Pero no todo han sido malas noticias esta semana. Me gustaría acabar recordando que uno de los jueces del caso Alves, el magistrado Luis Belestá, que ha estado al frente durante todo el procedimiento, expresó su discrepancia con el criterio de la mayoría de sus compañeros señalando que se debería prorrogar la situación de prisión provisional. A pesar de las súplicas del jugador, para este juez sigue existiendo riesgo de que Alves eluda la acción de la Justicia como en las tres anteriores veces en las que se le había denegado la solicitud y ha insistido en el que el enorme potencial económico del exfutbolista es un riesgo en si mismo para que se produzca la fuga. Y yo no puedo estar más de acuerdo con el magistrado porque si el Yoyas pudo irse al monte, Alves también.
Esta semana también se juzgó el caso de Jéssica Méndez, la joven gallega cuyo vecino y acosador asesinó con su coche en 2022. El jurado declaró a José Carlos Eirín culpable de su asesinato con alevosía imponiendo además el agravante de género, pese a que no existía relación sentimental con la víctima.
Y otro que lloró esta semana fue José Diego Yllanes Vizcay, el asesino de Nagore Laffage, cuyo recurso por el “derecho al olvido” solicitando que Google y la Agencia Española de Protección de Datos retiraran las noticias del crimen de la plataforma fracasó. Pero es que las feministas nunca nos vamos a olvidar de Nagore ni de ninguna víctima de violencia machista. Y de sus agresores tampoco nos olvidamos, por mucho que facturen.
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