Opinión
Los gais del PP
Por Paco Tomás
Periodista y escritor
Volvió a suceder. Esa indignación y esa rabia que solo los desagradecidos saben provocar. Dos días diferentes, en dos situaciones distintas y con dos protagonistas homosexuales y del PP.
Uno fue Jaime de los Santos, el Ernst Röhm de la fachosfera, en una comisión de igualdad para luchar contra los discursos de odio, delante de la presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+), Paula Iglesias, alguien que a sus treinta y cuatro años ya ha hecho más por los derechos y libertades de las personas LGTBIQ+ de lo que ha hecho y hará De los Santos en el resto de sus días. El diputado del PP aprovechó para celebrar lo nada homófoba que es la sociedad española actual -si fuera así, desde luego no ha sido gracias a su partido- y soltar perlas del tipo “a mis compañeros no les pregunto con quién se acuestan. Quizá deberíamos dejar de hablar de con quién tenemos relaciones íntimas cada uno de nosotros”.
Sus aportaciones desde una tribuna parlamentaria siempre me avergüenzan y me ofenden. Quienes me acosaron, humillaron y vejaron durante ocho años, en el colegio, tampoco me preguntaron con quién me acostaba. Me atacaron por ser, no por acostarme con tíos, porque tenía 7 años. Ni siquiera sabía cual era mi orientación sexual. Ignorar esa variable y las consecuencias que tiene en nuestras vidas es solo un rasgo de psicopatía.
De los Santos, como una Pantoja parlamentaria, pidió focos a su persona para comparar e igualar el dolor y sufrimiento de un niño marica o une niñe trans acosado en el colegio con su “arrinconamiento” por no haberle dejado ir en la pancarta de cabecera de una manifestación del Orgullo. Hay que tener poca vergüenza. Uno no sabe si son malas personas, ignorantes o directamente estómagos agradecidos con quienes les pagan el sueldo. Porque para ellos, los gais del PP, solo hay una identidad respetable: la que te aporta el dinero. Ser rico, obtener privilegios y mantenerlos es lo único por lo que merece la pena luchar. No por las violencias contra tu género o contra tu orientación sexual. Solo tiene sentido luchar por tu privilegio de hombre cis, blanco, occidental y cobrando más de 4.000 euros al mes. Lo de ser gay, no es relevante. Porque De los Santos asegura que no tiene más problemas por haber nacido gay. Supongo que porque, para él, su homosexualidad es un complemento de Louis Vuitton que lucir cuando la ocasión lo merece. Un toque chic en la reunión de señoros. Jamás dará un solo paso para defender los derechos de aquellas personas LGTBIQ+ pobres, racializadas, agredidas,…porque si eres marica y pobre, ese no es su problema. Haber medrado, como hizo él, siempre ejemplar, así no tendrás que ir llorando por las calles porque te han pegado una paliza por maricón. Que se vistan decentemente, como él, siempre ejemplar, así no te insultarán por la calle por ir provocando. Esa forma de pensar es lo verdaderamente indecente, no luchar por los derechos y la seguridad de las personas LGTBIQ+.
Es curioso que a Jaime de los Santos le parezca homófobo que el ministro Oscar López le diga que era personal shopper de la esposa de Mariano Rajoy y no vea homofobia en no prohibir las terapias de conversión para “curar” la homosexualidad, como hizo Ayuso en la Comunidad de Madrid, o en frases de dirigentes del PP como “a los niños les hace sufrir sentirse diferente y más si se tiene por padres a dos hombres o dos mujeres”, “no casaré homosexuales porque son personas taradas”, “la bandera gay en un espacio público es tan ilegal como la estelada”, “si alguno quiere cambio de sexo, o trasplantes de cerebro, que lo pague”, “los homosexuales no hacen daño a nadie, solo a sí mismos”, “el matrimonio homosexual es como la unión entre un perro y una señora” o “el riesgo de que un niño sea violado por sus progenitores en una pareja homosexual es del 29% y en el caso de una pareja heterosexual del 0,6%”. ¿Han visto ustedes a Jaime de los Santos denunciar la homofobia de esas declaraciones? Yo no. Ni a ningún gay del PP. Y luego vienen a darnos lecciones. Manda cojones.
El otro gay de derechas fue el senador del PP Javier Jiménez que, tras negar que sus argumentos fuesen tránsfobos porque él es homosexual -¡qué nivel!-, le dijo a Carla Antonelli, una mujer que ya estaba batallando por los derechos LGTB en los años 80, que “entre que me defienda usted y mis derechos como gay y lo haga el Partido Popular, me quedo con lo segundo”. ¿Se puede ser más ignorante? El partido que ha votado, sistemáticamente, contra todos los avances que hoy disfruta la comunidad LGTBIQ+ en España es la apuesta del señor Jiménez. No deja de ser lógico si entendemos que los gais del PP no quieren libertad y derechos para las personas LGTBIQ+. Quieren libertad y derechos para ellos. Para sustituir el patriarcado por el homopatriarcado que, con todo el dolor escribo, también seduce a algunos homosexuales del PSOE.
Los gais del PP solo han salido del armario cuando los otros gais ya han recibido las hostias, las cárceles, el hostigamiento y la discriminación luchando por unos derechos y libertades que ahora ellos disfrutan y que, y eso es lo que les envilece, son incapaces de agradecer. Los gais del PP son los de “vivir lo tuyo con discreción”. Son los mayores perpetuadores de la homofobia social. Ellos, que preferían renunciar a su lugar en el espacio público a cambio de mantener la fiesta en el club privado, ahora quieren sujetar una pancarta, quieren foco, cuando jamás hicieron nada que les honre para ejercer esa consideración.
Los gais del PP creen que los que vemos sus incoherencias y las señalamos, su inacción a la hora de luchar contra los discursos de odio -¡que pactan con VOX, no me jodan!- y la criticamos, somos sectarios. Ellos, que prefieren ser fieles al partido más lgtbifóbico de la historia de la democracia española a llevarle la contraria, dicen que los sectarios somos nosotros. Respeto más a una mujer ultraconservadora como Celia Villalobos que a cada uno de los gais del PP. Al menos ella fue coherente y votó a favor del matrimonio igualitario.
Los gais del PP, como el abogado de Katy Silva, la acusada absuelta que no hizo nada por impedir que asesinaran a Samuel Luiz por maricón, creen que lo nuestro es “folclore de la homosexualidad”. Son los terratenientes del homopatriarcado. Les pone cachondos el ‘voto macho’. Ellos son españoles de bien. Son, por encima de todo, una panda de ingratos con corbata de seda.
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