Froilán contra el cambio climático

Llámenme desconfiado, llámenme tiquismiquis, pero empiezo a sospechar que esto del cambio climático la ONU no se lo acaba de tomar en serio. Es difícil esclarecer qué da más risa, si que Froilán vaya a trabajar en la organización de la próxima Cumbre del Clima o que la próxima Cumbre del Clima tenga lugar en Dubai. De haber podido hacerlo, le habrían encargado el menú a Hannibal Lecter, la comisión de festejos a Unabomber y la diplomacia a Risto Mejide. Seguramente detrás de todo este despropósito está el mismo chistoso que bautizó a Silvio Berlusconi como “Il Cavaliere”.

Para quienes seguimos sus andanzas en las páginas de sucesos y en los atestados policiales, en este sofisticado chiste sobre Froilán sobran cuatro o cinco palabras: basta decir que “Froilán va a trabajar” y media España ya se está partiendo el pecho. Sin embargo, buena parte de la prensa hispánica ha engolado con la parafernalia de siempre el primer acercamiento al tajo del cuarto pretendiente a la línea sucesoria al trono. Más o menos la misma prensa hispánica que anunciaba la semana pasada que, por culpa de la prisa de Pedro Sánchez al convocar elecciones, peligran las vacaciones del rey Felipe VI y su familia. Por lo visto, todavía hay gente en este país de charanga y pandereta que ignora que la monarquía consiste básicamente en una oda al absentismo laboral.

La última vez que Froilán apareció en los papeles fue en febrero de este año, en medio de un desalojo en un after madrileño, cuando se suponía que estaba trabajando en la compañía petrolera nacional de Abu Dhabi. Lo que da una idea de la flexibilidad y el buen rollo que hay en las empresas dirigidas por jeques árabes, salvo si los papeles no vienen sellados con escudo heráldico, porque entonces te encuentras con 6500 operarios fallecidos en el Mundial de Qatar. El caso es que, después de una serie de altercados dignos de una reedición del Torete, las noticias aseguran que el vástago de la infanta Elena y Jaime de Marichalar está ahora muy centrado en su trabajo en la ONU. Todo un éxito para un chaval que repitió tres veces 2º de la ESO y en cuyo currículum destacan las peleas a cabezazos, los concursos de eructos y los tiroteos en el propio pie.

Lo peor de todo sería que verdaderamente hubieran metido en vereda a Froilán, dejándonos a los españoles sin el jolgorio de contemplar a un borbón actuando como borbón sin pantallas ni filtros ni dobles de acción: una lección de historia a tiempo real que nos sale por un pico, pero que merece la pena, aunque sólo sea por hacerle la competencia a Charlie Sheen. Es posible que su nuevo jefe, el sultán Ahmed Al Jaber, lo haya entendido mejor y quiera pasárselo en grande al encargarle la organización de un evento mundial contra el cambio climático en un país líder en el consumo de combustibles fósiles. A lo mejor la próxima cuchufleta es declarar a Arabia Saudí sede de los próximos Juegos Olímpicos de Invierno. Desde que se fundó, la ONU siempre ha sido una mierda pinchada en un palo, pero a estas alturas ya ni se preocupan en disimular.