Opinión
La falacia del copago en autovías
Por David Bollero
Periodista
La técnica del globo sonda continúa siendo un recurso al que recurren los gobernantes cuando no se quieren pillar los dedos. El último ejemplo es la ocurrencia del copago en las autovías del Estado cuya circulación por ellas hasta ahora financiábamos con nuestros impuestos. Parece ser que ya no basta con la sangría fiscal a que es sometida la clase obrera para cubrir los elevados costes de mantenimiento. El quid de la cuestión es ¿se está gestionando correctamente lo que se recauda y, además, se recauda lo que se debiera? Y la respuesta es no en ambos casos.
La gran falacia del copago, se aplique a lo que se aplique, es el mantra de que "los servicios públicos hay que pagarlos". El problema es que ya los pagamos, especialmente la clase trabajadora que proporcionalmente paga mucho más que el empresariado y las grandes fortunas. Pagar, aunque sea simbólicamente, por circular por una autovía, es en realidad pagar dos veces. No es la primera vez que el ministro de Fomento José Luis Ábalos desliza esta posibilidad, tras admitir que los kilómetros de autovía crecen año a año mientras el presupuesto para su mantenimiento disminuye.
Impulsar el copago en las autovías es más rápido, sencillo y provoca menos dolores de cabeza que acometer una reforma fiscal más justa. No ha pasado un solo gobierno por La Moncloa que le meta mano en el bolsillo a las empresas, a las grandes fortunas, a la Iglesia... en lugar de hacerlo a quienes ganan menos de 1.000 euros al mes. Ninguno. Los primeros tienen a su alcance todo tipo de vericuetos legales para eludir el pago de impuestos. La clase trabajadora no. En consecuencia, se recauda mucho menos de lo que se debiera y termina por exprimirse aún más la hucha de quienes menos tienen.
Por si esto no bastara, lo que se recauda se despilfarra, teniendo que acudir a fondo perdido al rescate de las ineptitudes de quienes contruyeron autopistas privadas o rescatando bancos que acumulan sentencias en contra por haber estafado a sus clientes con cláusulas abusivas. Para quien no llega a fin de mes, sería una buena noticia que en lugar de escuchar de nuevo el globo sonda del copago en autovías oyera el de recuperar los rescates del Estado. Sin embargo, esas son noticias que nunca llegan, como tampoco el de atajar los agujeros negros de las SICAV, quitar las subvenciones a los grandes terratenientes de la nobleza o acometer una reforma fiscal justa.
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