Opinión
¡Aprovecha el día sin IVA y sin servicios públicos!
Por Toni Mejías
Periodista
-Actualizado a
La decisión del youtuber El Rubius de mudarse a Andorra para pagar menos impuestos ha vuelto a poner sobre la mesa el debate de si es demasiado elevada la carga fiscal en España. Por suerte para las arcas públicas, también hay creadores de contenido audiovisual en contra de salir del país para pagar menos y entienden que aporten más al estado del bienestar asumiendo que, igualmente, viven “de puta madre”, como decía el famoso streamer Ibai Llanos.
Podríamos hablar sobre si pagamos muchos impuestos, pero sólo hay que recurrir a los datos, los cuales lo desmienten, ya que estamos por debajo de la media europea, pero entre los muchos debates que se han generado alrededor de la noticia, existe la queja de que El Rubius tiene un público muy joven al cual le está dando un mensaje negativo con este movimiento de residencia. Sin entrar de lleno en quiénes deben ser los agentes socializadores de nuestros hijos e hijas, son numerosos los factores que, a menudo, nos hacen alejarnos de la idea de que pagar impuestos es positivo.
Entre las celebridades, estos creadores asociados a las nuevas tecnologías son los últimos en sumarse al cambio de domicilio para pagar menos. Muchos deportistas españoles lo han hecho durante años, sobre todo aquellos asociados a deportes sin residencia fija (motor, ciclismo, tenis…). Podría poner aquí una larga lista de deportistas que miran al cielo con la bandera de España en el podio mientras suena el himno, pero que no dejan ni un euro en impuestos al país que tanto dicen amar. Incluso el que es casi una bandera andante, Rafa Nadal, tuvo sus empresas registradas en el País Vasco para pagar menos impuestos. Aunque hubiera sido gracioso verlo en Roland Garros con la ikurriña, la Justicia se encargó de terminar con esos chanchullos hace años.
No es la única trampa que utilizan los deportistas de élite para pagar menos. Algunos futbolistas, que tienen más difícil justificar un domicilio en el extranjero, han gozado de leyes a medida para pagar menos. Por ejemplo, la conocida como “Ley Beckham” que permite a los extranjeros que se muden a España a trabajar el tributar como no residentes. Podéis leer más detalles en la red, pero básicamente es beneficioso para las rentas altas. No somos los únicos. En Italia han reducido al 30 % (aquí es el 50) el porcentaje que pagan los futbolistas al fisco. La idea es hacer más apetecibles las ofertas a grandes estrellas y mejorar el nivel del Calcio, lo cual está sucediendo. Muchas voces están sugiriendo hacer lo mismo aquí ante el declive La Liga en competiciones europeas. ¿Lo respaldarían los aficionados? Esperemos que no decidan los mismos que aplauden a futbolistas en la puerta de los juzgados.
Lo mismo ha sucedido con políticos, empresarios, folclóricas… Cuentas en Suiza, apropiación indebida de dinero público y otras artimañas para pagar menos en la declaración. Aunque en algunos casos han pagado condenas, a otras de estas personas se les ha hecho lavado de cara en medios televisivos y acaban siendo casi las perjudicadas de estos casos. Ahí tenemos a Isabel Pantoja, por ejemplo, decidiendo en un programa televisivo qué niños cantan bien mientras todavía tiene cuentas pendientes. Por no hablar del vanagloriado Amancio Ortega, el ídolo de masas de los que tienen mascarilla con bandera.
Muchos ejemplos que hacen dudar al ciudadano sobre la importancia de los impuestos. Por un lado, los políticos que despilfarran hacen pensar que no vale para nada. Por otro lado, deportistas, youtubers o empresarios que fijan su residencia en el extranjero y nos dan a entender que aquí se paga mucho. También famosos que salen en la televisión en contra del régimen fiscal español y convencen a sus seguidores de lo malo de los impuestos. ¿Pero son los únicos? ¿Nos libramos la clase trabajadora?
No. Rotundamente no. En el día a día tenemos muchos estímulos cercanos que nos hacen detestar los impuestos. Por poner un ejemplo, durante mis 10 años trabajados en fábricas distintas de mi zona, nunca me pagaron las horas extras dentro de la nómina. Y no soy una excepción, conozco mucha gente así. No voy a decir que sea la norma general, aunque me dé esa sensación por la gente de mi entorno, pero, aunque fuera una mínima parte, es un gran número de dinero que dejamos de ingresar para el bien común. Otro ejemplo es que todo el mundo conoce la expresión “¿lo quieres en A o en B?”. Igual que, cuando se nos ofrece esa posibilidad, el B suele ganar por goleada.
También las grandes tiendas (y algunas pequeñas) suelen atraernos con la posibilidad de no pagar impuestos, como si esa negación nos hiciera más felices. La realidad es que les funciona. Cuando grandes empresas nos ofrecen sus productos “sin IVA” es publicidad engañosa. Es una artimaña publicitaria que empezó una cadena de electrónica, pero que ahora es más común en más tiendas. La realidad es que no puedes dejar de pagar el IVA. Lo único que te ofrecen es un descuente equivalente. El IVA, por fortuna, se paga siempre. Pero ofreciendo esa posibilidad de burlar los impuestos, se ha demostrado que venden más, aunque también se ha demostrado las trampas que hacen aumentando precios durante los días anteriores. Pero la adrenalina que nos aporta no pagar a Hacienda compensa todo.
¿Qué podemos hacer para cambiar esta dinámica? Si la mayoría de grandes figuras mediáticas han dimitido de hace pedagogía en este asunto (es normal, defiende a su clase social), tocará hacerla en otros ámbitos. Desde hace unos años la educación en finanzas se está comenzando a implantar en las escuelas, pero si se hace desde una mirada neoliberal y de economía de mercado seguiremos en las mismas. Además de este tipo de enseñanzas, es prioritario recordar lo parte positiva de los impuestos, así como perseguir el fraude, a los evasores, a los que malgastan y rechazar al que se fuga a otro país para no contribuir al bienestar de la mayoría. Que compitan con Andorra, que lo mismo pasa a ser una potencia mundial deportiva. Quién sabe.
Porque la realidad diaria es que pedimos que haya más atención primaria y más personal para hacer pruebas PCR y vacunar, pero esos sueldos se pagan con nuestros impuestos. También pensamos que faltan profesores para bajar la ratio por clase y atender correctamente a nuestros hijos e hijas y estos se pagan con impuestos. Los que han sufrido el temporal Filomena también querían las calles limpias y las basuras recogidas, pero esos trabajadores también se pagan con impuestos. Es el estado del bienestar, amigo. Y si tenemos una derecha que quiere cargárselo y compramos y abrazamos su mensaje, terminaremos con él.
El Partido Popular lanzó hace unos meses una campaña que decía “El dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos”. Cuando necesites asistencia médica mira tu bolsillo. Cuando necesites un profesor vuelve a mirar. ¿Tenéis un médico o un profesor? ¿Tenéis dinero para pagar la sanidad o educación privada? ¿No? Pues sale de los impuestos. Y cuanto menos se ingrese, peores serán los servicios. Así que deja de aplaudir a quienes no contribuyen, porque no será quienes te salven ni te eduquen.
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