Opinión

¿Aprenderemos algo de la DANA de València?

Voluntarios con palas y cepillos retiran barro de las calles del barrio de El Raval.Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

Por Agustín Moreno

Activista de Ecologistas en Acción

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A la naturaleza hay que respetarla. De lo contrario, nos golpearán los hechos: cientos de muertos y grandes daños materiales, como los que ha producido la DANA en València y, en menor medida, en Castilla La Mancha, Andalucía y Cataluña. Una DANA es un evento meteorológico que produce grandes perturbaciones atmosféricas y precipitaciones extremas. Antes se conocía como “gota fría” y se concentraba en los meses de otoño. Pero las actuales danas del levante de la península ibérica se producen cuando el clima está cambiando radicalmente y se generan fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes, más intensos y duraderos.

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Lo primero es atender a las personas afectadas, luego tomar medidas. Hay que actuar con toda la potencia y rapidez posible para ayudar a la población. Destaca la generosa solidaridad de los voluntarios, pero debe ser el Estado el que ponga a disposición de las víctimas todos sus recursos y el buen trabajo de los profesionales. Para proteger a la ciudadanía se necesita un fuerte Estado construido con nuestros impuestos. El neoliberalismo que predica menos Estado es un peligro para la sociedad.

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¿Sacaremos alguna lección de la DANA de 2014? Durante la pandemia del covid, Pierre Latour decía: “si todo se detiene, todo puede ser cuestionado”; “lo último que necesitamos hacer es retomar de manera idéntica lo que hacíamos antes”. Tenía razón, se debían y se podían haber hecho otras cosas. Pero no fue así. Ahora, nos puede volver a pasar lo mismo.

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