El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha condenado al acusado a siete años y cuatro meses de prisión, además de una indemnización a la víctima y una orden de alejamiento, ya que considera probados los hechos.

El condenado es un médico de familia de León, concretamente de El Bierzo. Los hechos ocurrieron en 2021, cuando la víctima tenía 21 años y acudió a su enfermera por un tema ginecológico. Esta le derivó a un especialista, que no era su doctora habitual, puesto que no se encontraba trabajando. En ese entonces, estaban en vigor las restricciones sanitarias por la pandemia de covid-19, por lo que las acompañantes de la paciente (madre y abuela) se tuvieron que quedar fuera de la consulta.

Durante el examen médico, que duró 22 minutos, el médico le hizo preguntas sexuales, como "si conseguía el orgasmo en sus relaciones sexuales, si se masturbaba o si se depilaba su zona genital", según informa El País. Después, una vez ella desnuda, el acusado, con guantes de látex y lubricante, le empezó a masajear el clítoris a la víctima mientras le preguntaba "si le gustaba lo que estaba haciendo y si sentía lo mismo que cuando llegaba al orgasmo", a lo que ella contestaba que no.

A continuación, el sanitario la masajeó vaginalmente. Según informa El País, "a modo de penetración, al tiempo que le masajeaba la zona del clítoris". Esto se repitió en varias ocasiones, después de haberle pedido que se pusiera de pie, de espaldas a él y con los codos en la camilla. Mientras, nuevamente, le volvió a preguntar si notaba que estaba cerca del orgasmo, a lo que volvió a obtener respuesta negativa por parte de la víctima.

Después de esos 22 minutos, el médico le pidió que se vistiera. Según informa El País, la víctima intentó pedirle explicaciones al acusado después de hablar del tema con sus familiares, la enfermera y la matrona de su localidad, pero este no le atendió ni ese día, ni en los siguientes.

La víctima denunció ante la Guardia Civil la agresión sexual días después de que ocurriera. En la sentencia consta que los hechos provocaron una "alteración de su ánimo, disgusto y malestar emocional durante el día de los hechos y varios posteriores".

El sanitario ha sido condenado por agresión sexual con prevalimiento, con sanción de siete años y cuatro meses de prisión. Este debe indemnizar a la paciente con 5.000 euros, además de haberle sido impuesta una orden de alejamiento sobre la víctima.