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Zelenski recaba todo el apoyo posible para Ucrania, antes de que Trump pueda cambiar las cosas

El líder ucraniano quiere el mayor apoyo posible para Ucrania ante las crecientes dudas sobre la continuidad de la ayuda militar occidental en un momento crítico de la guerra. 

19/07/2024 El presidente Ucraniano, Vlodímir Zelenski, en una imagen de archivo.
El presidente Ucraniano, Vlodímir Zelenski, en una imagen de archivo. Pool / Ukrainian Presidentia / Zuma Press / ContactoPhoto / Europa Press

El intento de asesinato del expresidente estadounidense Donald Trump y sus altas posibilidades de ganar las elecciones de noviembre han desbaratado el tablero estratégico de Ucrania. También han acelerado una ofensiva diplomática contrarreloj del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para asegurar que su país disponga el año próximo de la ayuda militar occidental indispensable para no sucumbir ante Rusia.

No es para menos, pues tanto Trump como su segundo en esta carrera electoral, el senador por Ohio J.D. Vance, han mostrado muy poca predisposición para que la guerra de Ucrania siga siendo un asunto prioritario de la política exterior estadounidense. Ambos políticos republicanos se han declarado partidarios de concluir ese conflicto, lo que abocaría a Ucrania a perder una quinta parte de su territorio a manos de Rusia. 

Vance fue uno de los líderes republicanos que se opusieron hasta el último momento a que el Congreso de Estados Unidos aprobara la ayuda extraordinaria por 61.000 millones de dólares para Ucrania. Finalmente ese paquete defendido por el presidente estadounidense, Joe Biden, fue aprobado esta primavera, pero los recelos quedaron.

Como ha reiterado Trump desde que salió ileso del atentado que sufrió, la prioridad de EEUU. está en la defensa de su frontera sur con México ante la llegada de inmigrantes ilegales y en el teatro de operaciones Asia Pacífico ante China

En el cierre de la Convención Nacional Republicana, este jueves, celebrada en Milwaukee (Wisconsin), Trump se convirtió oficialmente en candidato de ese partido a los comicios presidenciales del próximo 5 de noviembre. 

El final de las crisis internacionales

El líder republicano lanzó en ese foro una promesa quizá exagerada, pero muy orientativa sobre la que puede ser su política exterior de alcanzar la Casa Blanca. "Acabaré con todas las crisis internacionales", aseguró. Un llamamiento arriesgado, pero con un objetivo claro: insistir en que, con Trump en el poder, la guerra de Ucrania no tendría ningún sentido para la estrategia internacional de Washington.

El que fuera presidente de los Estados Unidos entre 2017 y 2021 acusó a los líderes demócratas de su país de convertir el mundo en "un planeta en guerra" y de humillar la política exterior estadounidense en Afganistán, con la "caótica retirada" de sus tropas en 2021, que arrojaron a ese país a los brazos del régimen talibán

Según Trump, "envalentonada por ese desastre, Rusia invadió Ucrania" en febrero de 2022 y en octubre del año pasado Israel "sufrió el peor ataque de su historia". Ahora, añadió, China cerca a Taiwán. Trump agregó que bajo su mandato ninguna de estas crisis habría ocurrido.

Zelenski ha querido restar importancia a estas advertencias de Trump, aunque el nerviosismo es evidente. EEUU es el mayor suministrador de armas de Ucrania, sus asesores trabajan codo con codo con los artilleros ucranianos, su inteligencia militar permite al ejército de Kiev seguir funcionando y solo el apoyo total de Washington permitirá a ese país acceder a la OTAN en algún momento. 

Zelenski pone sus esperanzas en Londres

En su viaje de esta semana al Reino Unido, Zelenski se refirió en una entrevista con la BBC a esta actitud de Trump: "Quizá realmente no entiende lo que sucede en Ucrania. Por eso tendremos que trabajar duro con Estados Unidos", aseguró. Pese a lo que le pueda decir Zelenski a Trump y viceversa en estos momentos y con toda la carrera electoral por delante, el líder ucraniano hace muy bien en no fiarse de lo que el imprevisible político estadounidense podría hacer en un futuro. 

Por eso, Zelenski abogó de nuevo el jueves en Blenheim, Londres, por la necesidad de apoyar a Ucrania en la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE), que incluye a los 27 países de la Unión Europea y 20 no miembros, como Gran Bretaña

Pero la reunión importante ocurrió este viernes, cuando Zelenski reclamó al nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, que lidere la defensa de Ucrania en Europa. En concreto, Zelenski insistió para que Starmer dé luz verde al libre uso de los misiles de largo alcance británicos y así golpear el territorio ruso sin restricciones. "Es posible destruir" áreas donde Rusia concentra sus armas, afirmó.

Según el mandatario ucraniano, si Reino Unido levanta esas restricciones al uso de misiles como los Storm Shadow, el ejército de Kiev podría también fortalecer la defensa antiaérea y "asegurar sus posiciones en la primera línea del frente", con el ataque a unidades rusas estacionadas justo al otro lado de esa línea de combate

El primer ministro británico brindó a Ucrania el "apoyo inquebrantable" del Reino Unido, que, aseguró, "redoblará" en un futuro, pero no dio ese beneplácito total para el uso de los misiles británicos contra cualquier blanco en Rusia. 

Alemania reducirá a la mitad su apoyo a Ucrania

Esta acogida en Londres le sirvió a Zelenski de consuelo tras las malas noticias que dos días antes llegaron desde Alemania, el mayor suministrador de armas a Ucrania en suelo europeo y segundo tras EEUU. El Gobierno alemán aprobó el miércoles su proyecto de ley de presupuestos y en él se reflejó la reducción de las ayudas militares a Ucrania en 2025 hasta los 4.000 millones de euros, es decir, un 46,6% menos del monto firmado para el año en curso, cuando alcanzarán los 7.480 millones de euros.

Las restricciones alemanas no son las únicas en Europa. El propio secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, vio recientemente cómo el monto de ayuda que había propuesto para Ucrania en 2025 se reducía de 100.000 millones a 40.000 millones de euros. 

El proceso burocrático europeo para destinar grandes sumas a la compra de armas es lento. De ahí la preocupación de Zelenski, sobre todo en estos momentos en los que solo Rusia es capaz de ir ganando poco a poco nuevas plazas en el frente

Posición desfavorable de Ucrania en el frente

La apertura de un nuevo frente en el norte de Ucrania, en la región de Járkov, y la presión en el resto de la línea de confrontación entre los dos ejércitos, desde Jersón al Donetsk, están dando una ventaja creciente a Rusia cada día más difícil de superar. El ejército ucraniano es acosado por los continuados bombardeos rusos, con sus misiles y su aviación dotada de bombas planeadoras, mucho más baratas y eficaces contra las posiciones de la infantería y la artillería ucranianas que los misiles balísticos y de crucero. 

Por eso, Zelenski reclamó en Londres los misiles de largo alcance y el permiso para destruir aeródromos dentro del territorio de la Federación. Esta potestad, sin embargo, no acaba de gustar a todo el mundo en Europa, como Alemania, pues acerca cada vez más la confrontación directa de la OTAN con Moscú. 

¿Dónde están los F-16?

El mandatario ucraniano también pidió que llegaran de una vez las decenas de aviones F-16 prometidos por países de la OTAN, una entrega avalada por EEUU que podría quedar comprometida a partir de enero de 2025, cuando el nuevo inquilino de la Casa Blanca tome posesión de su cargo. "Han pasado 18 meses y los aviones no han llegado hasta nosotros", insistió Zelenski.

El ejército ucraniano contaba ya para este mes con la llegada de algunos de los F-16, pero éstos siguen retrasándose, con el hándicap añadido de que no hay en Ucrania los suficientes aeródromos a salvo de los misiles rusos. Y si los F-16 tienen su base en aeródromos de países vecinos, miembros de la OTAN, y desde allí atacan territorio ruso, Moscú considerará esta acción como una declaración de guerra

¿Negociaciones a la vista?

Por todo ello, Zelenski apostó por dar un vuelco a la situación bélica en Ucrania en estos momentos, cuando determinados actores, como Hungría, insisten en hablar de negociaciones. El propio presidente ucraniano señaló que en una segunda cumbre de paz sobre Ucrania, tras la celebrada en junio en Suiza, podría estar invitada Rusia. Según Zelenski, si Rusia sufriera un desgaste acusado en el campo de batalla, ello permitiría a Ucrania acudir con una posición reforzada a esas eventuales negociaciones. 

"Al presionar a Rusia, creo que es posible llegar a un acuerdo diplomático", aseguró Zelenski en esa entrevista a la BBC. De momento, los movimientos que se están dando en el seno de la UE y la OTAN con Hungría, en la presidencia rotatoria de la Unión, buscando una salida negociada a la guerra, son rechazados rotundamente por sus socios. 

En estos momentos, la Europa de Stoltenberg, Ursula von der Leyen (presidenta de la Comisión Europea) y Josep Borrell (jefe de la diplomacia de la UE) es más partidaria de la guerra como medio para derrotar a Rusia que la propia Ucrania. 

La emblemática caída de Krinkí

Pero las posibilidades de Ucrania para dañar irremediablemente a Rusia se reducen día a día. En las últimas jornadas, por ejemplo, el ejército ucraniano reconoció la pérdida de tres localidades importantes, entre ellas Krinkí, en Jersón, un golpe militar y moral para las fuerzas de Kiev.

Krinkí se encuentra (o encontraba, pues ha sido arrasada) en la orilla oriental del río Dniéper. Había sido tomada por el ejército ucraniano como una cabeza de playa en el lado ruso de esa región de Jersón. La única localidad dominada por Ucrania en esa ribera del río. Ahora Krinkí ha caído, como se reconoció este viernes, y están saltando las denuncias sobre el destino de cerca de 800 soldados ucranianos que defendieron esa plaza desde octubre de 2023.

Todas las sospechas apuntan a que los errores del ejército ucraniano acabaron con la masacre a manos de las tropas rusas de esos defensores de Krinkí, atrapados en una ratonera sin poder ser evacuados. Una acusación que repite justamente las que el Gobierno de Kiev hace de la estrategia rusa de utilizar a sus soldados sin compasión y como carne de la trituradora de la guerra.

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