El Vaticano tacha de "graves violaciones de la dignidad humana" el cambio de sexo, el matrimonio homosexual o el aborto
La institución religiosa ha publicado este lunes un documento en el que critica la transexualidad, el feminismo y el matrimonio del mismo sexo, entre otras cuestiones.
El Vaticano ha hecho público este lunes un documento, titulado Dignitas infinita, en el que condena como graves violaciones de la dignidad humana, además de la eutanasia o el aborto, la "teoría de género" o el cambio de sexo. Así, a pesar de las intenciones del Papa Francisco de modernizar el órgano religioso, todavía parte de la Iglesia sigue viendo con recelo muchos de los avances sociales en materia de igualdad presentes actualmente.
Este texto, publicado con motivo del 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, persigue ofrecer "la oportunidad de aclarar por parte de la Iglesia algunos malentendidos que surgen a menudo en torno a la dignidad humana".
Despenalizar la homosexualidad
La Doctrina de la fe ha reiterado que "toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad" y ha denunciado que en algunos lugares se encarcele, torture e incluso prive "del bien de la vida" a no pocas personas, únicamente por su orientación sexual.
Aunque el cardenal se opone al matrimonio homosexual, sí se ha posicionado en contra de que algunos católicos ordenen el encarcelamiento de determinadas personas "por el solo hecho de ser homosexuales", ya que ha aclarado que la Iglesia está a favor de la despenalización de la homosexualidad.
El Papa Francisco se pronunció hace tiempo sobre esta cuestión en varias ocasiones, afirmando que, bajo su forma de ver, los padres no deberían condenar a sus hijos homosexuales. No obstante, ello contradice su opinión relativa a que la atracción hacia personas del mismo sexo no constituye un delito, pero sí un pecado.
El cambio de sexo atenta "contra la dignidad"
La Iglesia ha cargado asimismo contra lo que denomina "la teoría de género", que considera "extremadamente peligrosa porque borra las diferencias en su pretensión de igualar a todos" y "pretende negar la mayor diferencia posible entre los seres vivos: la diferencia sexual".
En lo relativo a la realidad trans, ha condenado los cambios de sexo, alegando que "es en el cuerpo, de hecho, donde cada persona se reconoce generada por los demás, y es a través de su cuerpo que el varón y la mujer pueden establecer una relación de amor capaz de generar a otras personas".
Exceptuando a las personas "con anomalías genitales", el cardenal ha destacado que, por regla general, toda operación de cambio de sexo "corre el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción".
Así, ha relatado que existe, en el ser humano "una tendencia a creer que se es capaz de cambiar y construir todo como si no hubiera nada antes que nosotros".
En otro apartado se ha referido a "las violencias contra las mujeres", entre las que ha incluido la supuesta "coacción al aborto", como algo llevado a cabo "a menudo para satisfacer el egoísmo de los varones". Para la Iglesia, el aborto constituye un proceso que ha sido, bajo su mirada, abordado desde una terminología que "tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública". El escrito también condena la eutanasia y el suicidio asistido y critica que se hable a veces de "leyes de muerte digna".
En el texto, que ha sido presentado por el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, se enumeran también las "violaciones graves de la dignidad humana que son de especial actualidad", entre las que figuran, a ojos de la Iglesia, los vientres de alquiler. La Iglesia ha calificado esta práctica como algo "deplorable, que convierte al niño en un mero objeto" y ha señalado que "ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre".
En la rueda de prensa de presentación del documento, el cardenal ha señalado que, ante el deseo de ser madre, la mujer debe respetar siempre la dignidad humana, por lo que ha recomendado la adopción como la forma más idónea de ejercer la maternidad en caso de no tener hijos biológicos.
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