Este artículo se publicó hace 14 años.
Turquía se alza contra Israel por el asalto naval
Una marea humana rinde el último tributo en Estambul a las nueve víctimas del ataque contra la flotilla
"Tiraron bombas de humo cuando descendían al barco desde los helicópteros. Iban enmascarados y llevaban grandes pistolas", recordaba ayer en Estambul la activista turca Nilufer Cetin. Cuando los soldados israelíes les abordaron en alta mar corrió a encerrarse en un baño con su hija de poco más de 1 año, a la que había embarcado en la Flotilla de la Libertad "para jugar con los miles de niños que hay en Gaza". Cuando la descubrieron y la obligaron a salir de su escondite, vio que "el barco se había convertido en un lago de sangre".
"Dispararon balas, nos pegaron, hubo quien sufrió descargas eléctricas, cualquier método en el que se pueda pensar fue usado contra nosotros", describía a la BBC el griego Dimitris Gielalis. Para impedir la difusión de imágenes que mostrasen la brutalidad de las tropas israelíes, estas requisaron todos los ordenadores, móviles y cámaras de los más de 450 activistas y no les devolvieron sus pertenencias al deportarlos, de madrugada, desde Israel a Estambul.
Gul: "Turquía nunca olvidará ni perdonará el ataque a sus ciudadanos"
"Venganza, venganza"Los desgarradores testimonios han enfurecido aún más a la sociedad turca. "Abajo Israel. Ojo por ojo, sangre por sangre, venganza, venganza", gritaban ayer miles de personas, ataviadas con pañuelos y banderas palestinas, en los alrededores de la mezquita Fatih, donde se celebró el funeral por las víctimas del asalto israelí.
"Vais directos al cielo. Dios bendiga vuestro martirio", podía leerse en una gigantesca pancarta colocada cerca de los ataúdes de los fallecidos, ocho de ellos de nacionalidad turca y uno estadounidense. La ceremonia fúnebre transcurrió en absoluto silencio, pero al acabar volvieron a escucharse las consignas: "Hoy todos somos palestinos, abajo el bloqueo israelí ilegal".
Ankara asegura que llevará a los responsables ante los tribunales
Turquía es el único aliado de Israel en Oriente Próximo, y uno de los pocos países musulmanes que mantiene relaciones diplomáticas con Tel Aviv. Pero la masacre ha tensado la cuerda al máximo y aumentará aún más el aislamiento israelí, tal como se desprende de las duras declaraciones de los líderes turcos.
El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, para quien el abordaje fue un acto de "terrorismo de Estado", advirtió ayer que la obsesión israelí por la seguridad es contraproducente: "La paranoia de Israel sobre su seguridad amenaza su seguridad".
El presidente, Abdullah Gul, aseguró ayer que "Turquía nunca olvidará y nunca perdonará el ataque a sus ciudadanos", un asalto naval que calificó "como uno de los peores errores de Israel en toda su historia, como el tiempo demostrará".
Interrogatorio a los heridosLa reacción turca no se quiere limitar a duras palabras de condena: las autoridades han anunciado que presentarán cargos contra todos los responsables israelíes del asalto.
Con el fin de reunir material para abrir una causa, el fiscal general de Ankara empezó ayer a interrogar a algunos de los 19 heridos ingresados en el hospital Atatürk de la capital turca. La mayoría de los activistas, entre los que se encuentran los tres en la unidad de cuidados intensivos, presentan heridas de bala, mientras que otros reciben atención médica por fracturas óseas, explicaron fuentes hospitalarias.
Además, forenses citados por la televisión turca NTV apuntaron a los disparos como causa de las muertes: cuatro de los cadáveres examinados tenían "heridas letales por armas de fuego en la cabeza y los otros en el pecho". Algunos, según los forenses, fueron acribillados a corta distancia.
La ONG turca Fundación de Ayuda Humanitaria dio la puntilla. Denunció que tres activistas siguen desaparecidos y, por tanto, podrían sumarse al saldo de muertos.
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