Este artículo se publicó hace 14 años.
El Tea Party se ha ensañado con la primera presidenta de la Cámara
"Fire Pelosi" ("Echemos a Pelosi") es el cartel que más se ha distribuido y enarbolado en los mítines conservadores
Nancy Pelosi hizo historia en 2007 cuando se convirtió en la primera mujer presidenta de la Cámara de Representantes (segunda en la línea de sucesión, después del vicepresidente). En esta campaña, su nombre es el que más animosidad ha despertado entre los conservadores. El odio que ha generado, especialmente entre los militantes del Tea Party, es proporcional a la indiferencia que despierta su previsible sucesor, el republicano de Ohio, John Boehner.
"Fire Pelosi" ("Echemos a Pelosi") es el cartel que más se ha distribuido y enarbolado en los mítines conservadores. Representante por San Francisco desde 1987, esposa de un multimillonario, Pelosi, de 70 años, se ha identificado con las medidas más polémicas del Gobierno demócrata, lo que ha arrastrado su cuota de popularidad a un histórico 29%.
John Boehner, 61 años, eternamente moreno, objeto de constantes bromas sobre la intensidad (variable) de su bronceado, es otro veterano de Washington, donde lleva casi 20 años representando al viejo cinturón industrial. Obama intentó convertirle en enemigo político en sus mítines sin mucho éxito, porque nadie sabía quien era.
A Boehner no le espera una tarea fácil. El partido republicano tiene más disciplina interna que el demócrata pero no es un monolito. Y sabe que le debe mucho a la energía, a veces caótica, a veces contraproducente, del Tea Party. Pero una cosa es el entusiasmo electoral y otra muy distinta el juego de poderes en Washington, y la cúpula conservadora no tiene intención de verse desbordada por un grupo de espontáneos.
Esta noche, el Tea Party, que no existía hace dos años, debe confirmar su consistencia política. Políticos afiliados al movimiento ultra se presentan en 129 de las 435 carreras a representante y optan por 9 de los 37 escaños a senador. Algunos tienen el puesto asegurado: Marc Rubio (en Florida), Rond Paul (en Kentucky), y Mike Lee (en Utah); pero otros saben que van a perder, como Christine O'Donnell (en Delaware), ante el gran disgusto de la dirección republicana, que habría presentado a candidatos más moderados para ganar el escaño.
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