La represión de la libertad de prensa se ensaña con las mujeres. Este año, 78 periodistas fueron encarceladas en el mundo, lo que supone un incremento de un 27,9% respecto a 2021, cuando ya entonces se había registrado una subida de casi el 20%.

Un reflejo de "la feminización creciente de la profesión" y de que ellas no se libran de las represalias, puesto que hoy ya representan el 14,6% de todos los encarcelados, cuando hace cinco años no alcanzaban el 7%.

Son cifras del informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), que detalla que el número de reporteros varones en prisión creció este año un 11,2%, de modo que los periodistas —hombres y mujeres— entre rejas por ejercer su profesión asciende a 533, un 13,4% más que en 2021. De ellos, 83 son periodistas no profesionales y 18, trabajadores de medios.

Cuatro países han encarcelado al 70% de las mujeres: China (19), Irán (18), Birmania (10) y Bielorrusia (9). Entre ellas figuran Zhang Zhan, condenada a cuatro años por provocar "disturbios" al cubrir la pandemia a través de las redes sociales, y Huang Xueqin, quien lleva un año presa, a la espera de juicio, por informar sobre la corrupción, la contaminación industrial y el acoso a mujeres y niñas.

Irán ha mandado a prisión a quince mujeres tras las protestas que se desataron a mediados de septiembre por la muerte de Mahsa Amini, detenida por la policía de la moral por llevar una "indumentaria inapropiada". Otras tres —entre las que se encuentra Narges Mohammadi, Premio RSF al Coraje 2022— fueron encarceladas antes de las manifestaciones, como recoge el Balance 2022 de de periodistas encarcelados, asesinados, secuestrados y desaparecidos en el mundo.

"Esta elevada cifra de periodistas presas confirma la voluntad de las autoridades iraníes de silenciar sistemáticamente las voces de las mujeres", explica Reporteros Sin Fronteras, que recuerda que Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi, las primeras que alzaron la voz tras la muerte de Mahsa Amini, están acusadas de un delito por el que podrían ser condenadas a muerte: "Propaganda contra el sistema y conspiración para actuar contra la seguridad nacional".

Entre las diez encarceladas en Birmania figura Htet Htet Khine, quien cubrió las manifestaciones posteriores al golpe de Estado de 2021, condenada a seis años y a trabajos forzados por "incitación al odio contra el ejército". Y entre las nueve presas en Rusia destaca Maryna Zolatava, incluida en la lista oficial de "terroristas" y en "prisión preventiva" desde hace un año y medio.

Reporteros Sin Fronteras denuncia el trato recibido en Vietnam por Pham Doan Trang, condenada a nueve años por sus artículos críticos, el acoso de Turquía contra los medios acusados de simpatizar con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las tretas de Egipto para encarcelar a defensoras de la libertad de prensa, como Hala Fahmy, por "pertenencia a un grupo terrorista" y difusión de "noticias falsas".

Todos estos regímenes figuran en los puestos más bajos de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2022, que recoge datos de 180 países y en cuya cola están Corea del Norte y Eritrea. Le siguen Irán (178), Birmania (176), China (175), Vietnam (174), Egipto (168) y Turquía (149), aunque RSF también subraya que hay dos periodistas encarceladas por Arabia Saudí (166) y otras tantas por Guatemala (124).

Los cinco países con más presos

Si sumamos a los varones, el 54% de los reporteros encarcelados se concentran en cinco países: China (110), Birmania (62), Irán (47), Vietnam (39) y Bielorrusia (31). RSF destaca las detenciones del camerunés Amadou Vamoulké, el argelino Mohamed Mouloudj, el australiano Julian Assange, el egipcio Alaa Abdel Fattah y el ruso Ivan Safronov, condenado a 22 años por revelar "secretos de Estado" ya publicados en internet.

Capítulo aparte se merece China, donde el octogenario Yiu Mantin lleva entre rejas desde 2014, acusado de "contrabando de productos prohibidos", por intentar publicar un libro sobre el presidente Xi Jinping. También han sido encarcelados decenas de profesionales uigures en Xinjiang, así como el fundador y seis empleados del diario Apple Daily.

"Este nuevo récord de periodistas en prisión confirma la imperiosa y urgente necesidad de resistir a estos poderes sin escrúpulos y de ejercer nuestra solidaridad activa con todos aquellos y aquellas que defienden el ideal de la libertad, la independencia y el pluralismo de la información", ha advertido Christophe Deloire, secretario general de RSF, quien acusa a los regímenes autoritarios de llenar sus cárceles "a toda velocidad".

Asesinados en el ejercicio del periodismo

Hasta el 1 de diciembre de 2022, cuando se cerró el informe, 57 periodistas fueron asesinados en el mundo, un 18,8% más que el año anterior. Reporteros Sin Fronteras señala que el aumento de fallecidos se debe a la guerra de Ucrania, donde en apenas seis meses mataron a ocho profesionales, como el ucraniano Maks Levin o el francés Frédéric Leclerc-Imhoff.

El 64,9% de los asesinatos tuvieron lugar en países "considerados en paz" y el 47,4%, en territorio latinoamericano: once en México (casi el 20%), seis en Haití y tres en Brasil (tres). De ahí que Reporteros Sin Fronteras la considere "la región más peligrosa del mundo para los periodistas".

Y el 35,1% de los asesinatos se produjeron en zonas de conflicto, tres puntos más que en 2021. El 14% eran periodistas extranjeros, una cifra que sube debido a que cinco de los ocho reporteros caídos en Ucrania fallecieron lejos de su país de origen.

De los 57 periodistas asesinados en el ejercicio de su profesión, siete eran mujeres (12,3%). De nuevo, RSF recuerda que su mayor presencia se corresponde con el aumento de los porcentajes. Así, las muertas se han multiplicado por tres desde 2020, cuando solo representaban el 4% de los fallecidos.

Secuestrados y desaparecidos

Además, al menos 65 profesionales del sector permanecen secuestrados: 42 en Siria, once en Yemen, once en Irak y uno en Malí. Veinte meses han pasado desde que el francés Olivier Dubois fue raptado por el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), afiliado a Al Qaeda en Malí, mientras que el americano Austin Tice permanece retenido en Siria desde hace una década.

Finalmente, se ha perdido el rastro de Dmytro Khiliuk en Ucrania y de Roberto Carlos Flores Mendoza en México, por lo que desde 2003 ya son 49 los periodistas desaparecidos.

Entre ellos hay tres mujeres, dos mexicanas y una peruana, según Reporteros Sin Fronteras, que destaca en su informe el caso del británico Dom Phillips, asesinado en Brasil cuando investigaba la lucha de las tribus locales contra la caza furtiva y la explotación de los recursos naturales de la Amazonia.