Este artículo se publicó hace 11 años.
Reino Unido también está espiando correos, mensajes y llamadas de millones de ciudadanos
El diario 'The Guardian' desvela un nuevo escándalo del espionaje, pero Londres argumenta que sus servicios secretos actúan dentro de la legalidad y con las preceptivas autorizaciones
El centro de escuchas de la inteligencia británica (GCHQ) intercepta y almacena correos, mensajes y llamadas de todo el mundo que circulan por las redes de comunicaciones, según desvela hoy el diario The Guardian.
El periódico asegura haber accedido a documentos secretos que así lo prueban filtrados por Edward Snowden, el excolaborador de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) que destapó este mes un programa de EEUU para acceder a los datos de millones de ciudadanos almacenados en servidores de Google, Facebook y Skype, entre otros. La agencia británica tiene capacidad para acceder a los cables de fibra óptica por los que circula gran parte del tráfico mundial de telecomunicaciones, según las revelaciones de Snowden, y puede almacenar gran cantidad de datos para su análisis durante al menos 30 días.
La GCHQ puede acceder a los cables de fibra óptica por los que circula gran parte del tráfico mundial de telecomunicaciones La operación de filtrado y análisis, bautizada como "Tempora", entró en funcionamiento hace 18 meses, según el diario británico, que asegura que el espionaje británico comparte información obtenida a través de ese canal con la NSA. Los datos que se almacenan en el centro de escuchas incluyen llamadas telefónicas, correos electrónicos, entradas de Facebook, así como el historial de navegación de cualquier usuario de internet, según la filtración de la que se hace eco The Guardian.
Snowden, que dejó Estados Unidos y se trasladó a Hong Kong tras decidir revelar documentos secretos de la NSA, señaló al rotativo británico que su objetivo es exponer "el mayor programa de vigilancia hacia personas no sospechosas de la historia de la humanidad". Este mes, después de que se destapara la presunta colaboración del Reino Unido con el programa de ciberespionaje de Estados Unidos, Londres defendió que sus servicios secretos actúan dentro de la legalidad y con las preceptivas autorizaciones.
La pasada semana, The Guardian reveló que el GCHQ llevó a cabo un "espionaje sistemático" con el que se interceptaron los teléfonos y los ordenadores de políticos y funcionarios extranjeros que participaron en las reuniones del G-20 en 2009.
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