Racismo y aporofobia en estado puro: un hombre lanza agua con una manguera a una mujer negra sin hogar

La Policía de San Francisco ha iniciado una investigación al propietario de una galería de arte después de rociar agua con una manguera a una mujer negra sin hogar, según recoge el medio local San Francisco Chronicles. Las imágenes las ha publicado un chef que trabaja en la zona donde ha ocurrido la agresión, en Jackson Square, y que pudo grabar el momento.

En una entrevista, el propietario de Foster Gwin Gallery ha explicado a The Chronicle que la mujer volcó varios cubos de basura en la puerta de la galería y que luego se negó a marcharse. Sin embargo, el representante del Distrito tres de la ciudad, Aaron Peskin, ha calificado de "desmesurado" el asalto.

"Se está elaborando un informe policial completo y solicitando declaraciones de testigos para asegurarse de que este hombre sea acusado", ha indicado. También ha explicado que la mujer está ingresada en el hospital local desde este miércoles.

Gwin ha defendido su comportamiento y señala que le pidió que se moviese para "limpiar la calle". Ha afirmado que la reacción de la mujer fue "gritar cosas beligerantes, escupir y gritar". Ante esto, el autor de la agresión ha reconocido que la ha rociado bajo estas palabras: "Muévete y te ayudaré".

Políticas que fomentan la aporofobia

El jefe de la Policía de San Francisco, Bill Scott, ha instado a la calma y ha pedido que, si alguien estaba molesto con la situación, no actúe con ira y en su lugar llamara a la Policía para que pueda ayudar.

El caso está en manos de la Policía para recopilar pruebas, entrevistar a los testigos y presentarle el caso al fiscal del distrito. Sin embargo, los abogados de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles y el Comité de Abogados por los Derechos Civiles han emitido un comunicado en el que denuncian lo que vive la gente que no tiene vivienda en la ciudad californiana.

Los letrados de la organización emitieron un comunicado, afirmando que las políticas de San Francisco hacia la falta de vivienda convierten a la población "sin hogar en chivos expiatorios, como si fueran objetos para ser barridos, encarcelados y acosados".