Este artículo se publicó hace 14 años.
Rabat engañó a los líderes saharauis del campamento
La parlamentaria Ebbi revela que el ministro de Interior cenó con los que ahora llama terroristas
El pasado 4 de noviembre, cuatro días antes del asalto al Campamento Dignidad, los líderes de su comité de dirección salían exultantes de la casa del wali (gobernador) de El Aaiún. En la residencia de Mohamed Guelmous, explica a este diario Gajmoula Ebbi, diputada saharaui en el Parlamento marroquí, "estos jóvenes, ocho chicos y una chica de entre 25 y 30 años" habían mantenido una reunión con el ministro de Interior marroquí, Taïb Cherkaoui, que empezó a las cuatro y media y se prolongó hasta las ocho.
Los nueve jóvenes y el ministro Cherkaoui incluso cenaron juntos después de concluir un acuerdo que debía satisfacer las reinvindicaciones socioeconómicas de los saharauis acampados. Este compromiso quedó sólo pendiente de ser firmado, relataron por teléfono los jóvenes a Ebbi,"muy contentos y sintiendo una gran responsabilidad".
Un alto cargo de Rabat aseguró a Ebbi que el campamento no sería atacado
Hace dos días, el titular marroquí de Interior insinuó, en la rueda de prensa que ofreció en Madrid tras reunirse con su homólogo Alfredo Pérez Ru-balcaba, que los saharauis con cuyos líderes compartió mesa aquella noche tienen vínculos con Al Qaeda. Sobre los jóvenes que el 4 de noviembre cenaron con él en la casa del gobernador, pesa ahora una orden de busca y captura.
Recibir a 'terroristas'"¿Por qué se dice ahora que estos chicos son terroristas?, ¿cómo es posible entonces que el ministro los recibiera?", se pregunta la diputada saharaui. Ebbi, miembro del Consejo Real Consultivo para Asuntos Saharianos (CORCAS), un organismo creado a iniciativa del rey Mohamed VI, dice sentirse "engañada y humillada" después de que las autoridades marroquíes le "mintieran" al asegurarle que no habría ningún tipo de intervención violenta en el campamento.
La diputada dice que los policías detenían a todos los varones de más de 12 años
El acuerdo que Marruecos prometió a quienes ahora da caza consistía en desmantelar el campamento a cambio del compromiso de proporcionar trabajo, vivienda y terrenos a los 20.000 saharauis que participaban en la protesta. "No sólo eso prosigue la diputada,también habían obtenido la promesa de un plan de acción oficial para toda la gente necesitada en el Sáhara, que incluía una especie de salario de integración de 1.600 dirhams (142 euros) mensuales para los saharauis que no tuvieran trabajo ni otros ingresos".
El acuerdo no llegó a firmarse. "El día 7 [víspera del asalto], las cosas empezaron a cambiar y la policía comenzó a cerrar el paso al campamento", recuerda Ebbi. "Pese a formar parte de la comisión mediadora entre las autoridades y los líderes de la protesta, nadie me informó de que no se iba a seguir negociando por razones que desconozco", explica. Es más, "un cargo de alto nivel de la administración marroquí" aseguró a la diputada "desde Rabat", a las 11 de la noche anterior a la mañana del desalojo, que no habría intervención violenta.
"A las siete de la mañana relata Ebbi, sonó el teléfono". El asalto ya se había producido. Los primeros heridos que esta saharaui atendió fueron dos chicos; "uno tenía "la boca reventada", relata.
"Si se revienta a hostias a los jóvenes, no se puede hablar de democracia"
Aunque su testimonio ya le ha traído problemas el diario Al Massae, el más vendido del país, ha pedido su cabeza, Ebbi no duda en cuestionar la versión marroquí y el vídeo que el ministro Cherkaoui mostró en Madrid para apoyar su relato: "En ese vídeo no se ve lo que hacen las fuerzas de seguridad ni qué armas llevan, sólo a supuestos saharauis".
Ebbi no quiere hacer cábalas sobre el número de muertos, pero reclama a Rabat "una investigación transparente". Sí subraya que hay "muchos desaparecidos" y que la policía "entraba en las casas y se llevaba a todos los varones de más de 12 años". La cifra de entre 400 y 800 detenidos que maneja el CNI le parece "creíble".
"Si se detiene de forma indiscriminada y se revienta a hostias a los jóvenes, no se puede luego hablar de democracia", subraya la diputada.
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