Polonia promete más aviones de combate a Ucrania en la lucha "hombro con hombro" contra Rusia
El presidente polaco, Andrzej Duda, se ha comprometido a entregar toda su flota de aviones de combate MiG-29 a Ucrania para continuar la lucha contra Rusia y ha reiterado su respaldo a una eventual adhesión de ese país a la OTAN.
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Cuando más lo precisaba, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha recibido en Polonia el mejor de los alientos y el compromiso de nuevos suministros de armas, en concreto más aviones de combate MiG-29. También se lleva a Kiev un acuerdo para fabricar munición de forma conjunta y ha obtenido el renovado respaldo polaco para que Ucrania acabe entrando en la OTAN. Esta posibilidad, rechazada por Moscú desde hace años, fue una de las chispas que desataron la invasión rusa.
El nuevo espaldarazo polaco llega en un momento muy complicado de la guerra, cuando el ejército ucraniano se está planteando retirarse de la ciudad de Bakhmut ante la presión de las fuerzas rusas.
"No nos habéis abandonado. Habéis permanecido a nuestro lado, hombro con hombro, y os lo agradecemos. Realmente creemos que ésta es una relación histórica", ha señalado Zelenski a sus aliados polacos en una comparecencia junto al presidente Duda.
El presidente de Ucrania se ha reunido en Varsovia con su homólogo polaco y con el primer ministro Mateusz Morawiecki. Es su primera visita oficial a Polonia desde el comienzo de la guerra, pero ya se había reunido con Duda en seis ocasiones desde el 24 de febrero de 2022, cuando comenzó la invasión rusa, en viajes no oficiales y en escalas cortas.
Aviones polacos y munición de artillería estadounidense
El líder polaco ha prometido este miércoles durante la visita de Zelenski enviar a Ucrania el resto de aviones MiG-29 de los que dispone Polonia, además de los 14 que ya ha prometido a Kiev, ocho de los cuales se encuentran ya en territorio ucraniano. "Pienso que en el futuro podremos transferir el resto de nuestra flota de MiG-29 a Ucrania, si todavía se necesitan allí", ha señalado Duda.
Polonia dispone de un escuadrón de 28 de estos cazas de origen soviético, muy aptos para su manejo por los pilotos ucranianos y de gran versatilidad en el tipo de combate en el que podrían intervenir en el este de Ucrania, especialmente en una eventual contraofensiva a gran escala y como apoyo para los tanques que también ha enviado Polonia, junto con algunos países europeos y Estados Unidos.
Duda ha indicado, no obstante, que su Gobierno precisará del permiso de la OTAN para completar ese suministro de aviones a Ucrania. Otros países europeos han prometido unidades de ese tipo de avión de combate, aunque Ucrania sigue pidiendo F-16 de fabricación estadounidense. De momento, Washington ha rechazado enviar ese modelo de avión y tampoco pueden hacerlo los aliados europeos de Ucrania que disponen de escuadrones de este aparato.
Hay una línea roja sobre el envío de aviones para luchar contra las fuerzas del Kremlin que los Gobiernos occidentales, incluido el de EEUU, se guardan mucho de cruzar. Los MiG-29 son vistos como aviones ex soviéticos y, a pesar de su potencial, no tienen para Moscú el significado que podría suponer el despacho de los F-16.
No obstante, la ayuda estadounidense sigue también, en otras formas. En la víspera de su viaje a Varsovia, Zelenski mostró su agradecimiento a EEUU por el nuevo paquete de ayuda militar prometido a su país, que incluye munición de artillería y para los sistemas estadounidenses de misiles HIMARS que ya funcionan en el campo de batalla. Esta nueva entrega está valorada en 2.600 millones de dólares.
La guerra sigue y los planes de paz se suceden, sin mucho éxito
Las cosas no van bien para el ejército de Kiev en el frente de Bakhmut, como ha reconocido el propio Zelenski en su viaje a Polonia. Además, crecen las dudas sobre la esperada contraofensiva ucraniana de primavera destinada a romper la línea del frente que las fuerzas rusas han blindado este invierno con una clara intención: consumar la partición de Ucrania ante unas eventuales negociaciones.
Ahora es Bielorrusia, el principal aliado europeo de Rusia, la que se ha sumado a los planes de paz aportados por la propia Ucrania y China, con una demanda por parte de Minsk del fin de las hostilidades y la detención de cualquier movimiento de tropas y material bélico como base para negociar un armisticio o incluso un posterior tratado de paz.
Aunque las dos partes en conflicto han rechazado esta posibilidad, el Kremlin ha accedido estudiarla durante la visita en curso a Moscú del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. El líder ucraniano participa este jueves en la reunión del Consejo Supremo de Estado del Estado de la Unión, que reúne a autoridades de los dos países y que abordará temas de seguridad común, como el anuncio reciente de Rusia de que desplegará armas nucleares tácticas en Bielorrusia.
Zelenski muy preocupado por la suerte de Bakhmut
Este anuncio ha venido a complicar si cabe más un conflicto que se encuentra en un callejón sin salida en el que ninguno de los contendientes, Rusia y Ucrania, acaba de imponerse al otro a pesar de todo el esfuerzo bélico y humano arrojado sobre los campos de batalla ucranianos.
El presidente de Ucrania ha reconocido en esta visita su gran preocupación por lo que ocurre en torno a Bakhmut, la ciudad del Donbás que se ha convertido en símbolo de la resistencia ucraniana y de la tozudez rusa para enviar, a cualquier coste, oleada tras oleada de combatientes para conquistarla.
Por vez primera, Zelenski ha reconocido la posibilidad de que las fuerzas ucranianas que aún combaten en Bakhmut puedan retirarse hacia el oeste, a fin de tomar resuello y continuar la lucha en otros puntos.
"Si las circunstancias alcanzan un nivel de más intensidad y si existe el peligro de que podamos perder efectivos al ser rodeados, entonces se tomarán las decisiones apropiadas y correctas por parte del general al mando. Estoy seguro de ello", ha referido Zelenski.
Por eso, ha añadido, es tan importante la llegada de municiones. "Cuanto antes lleguen, antes podremos dar la vuelta a la situación no solo en Bakhmut sino en el resto del territorio de nuestro país", ha agregado.
En marzo, la Unión Europea comprometió cerca de 2.000 millones de euros para la entrega de municiones de artillería a Ucrania, procedentes de los arsenales de los países de la UE y de la compra y fabricación de nuevos proyectiles.
La visita oficial de Zelenski a Polonia ha permitido firmar un memorando para la fabricación conjunta de munición para carros de combate. Este tipo de armamento es fundamental para una eventual contraofensiva ucraniana contra la ocupación rusa, aunque el propio Zelenski haya admitido que desconoce cuándo el ejército de su país estará preparado para lanzar ese contragolpe a gran escala.
Según ha explicado Zelenski, la situación en Bakhmut es "la más difícil" de todo el frente. "Se están utilizando allí cantidades ingentes de armas y artillería. La situación es muy complicada y hay escasez diaria (de munición)", ha señalado el líder ucraniano, a la par que desmentía las noticias ofrecidas esta semana por el ejército ruso, que reclamaba ya la toma de Bakhmut.
Polonia renueva su compromiso para que Ucrania entre en la OTAN
Junto con Estados Unidos, Polonia encabeza el compromiso armado occidental en la guerra de Ucrania. Además de acoger a cientos de miles de refugiados civiles ucranianos, el Gobierno de Varsovia es uno de los defensores a ultranza de la integración de Ucrania en la OTAN y en la Unión Europea.
En esta visita de Zelenski, el presidente Duda ha apostado porque la Alianza Atlántica otorgue a Ucrania unas garantías de seguridad iniciales "como introducción, a su plena adhesión a la OTAN", y ha insistido en que Polonia apoya "firmemente" la adhesión de Kiev a la Alianza. Zelenski ha agradecido este apoyo y ha subrayado que su país "será inflexible" en su avance hacia la integración en la OTAN.
Esta insistencia en la conversión de Ucrania en una avanzadilla de la OTAN a las puertas de Rusia fue una de las razones que dio Moscú para lanzar su invasión hace poco más de un año.
También lo fue la injerencia de Estados Unidos en la crisis de 2014 que llevaría a la caída del Gobierno del entonces presidente ucraniano, Víctor Yanukovich, defenestrado cuando quiso dar un giro en su política exterior hacia Moscú y suspendió un acuerdo clave con la Unión Europea.
Rusia advierte a EEUU de que ya hay una "guerra caliente"
Así lo ha recordado este miércoles el presidente ruso, Vladímir Putin, durante la recepción de las credenciales diplomáticas ante Moscú de dos decenas de embajadores en el Gran Palacio del Kremlin, entre ellos la nueva jefa de la legación estadounidense, Lynne Tracy. Según Putin, el respaldo de Washington a la revolución de la plaza Maidan en Kiev en 2014 "llevó finalmente a la actual crisis ucraniana", además de degradar las relaciones entre Estados Unidos y Rusia.
Más lejos ha ido el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, quien ha advertido de que la Guerra Fría que durante mucho tiempo ha enfrentado a Estados Unidos y Rusia se ha convertido ya en un "conflicto caliente", con una "implicación directa de este país en una guerra híbrida en contra de Rusia en diferentes frentes".
Un ejemplo más en esta escalada belicista lo dio este miércoles en Bruselas el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien reclamó de nuevo a los 31 que aumentaran sus presupuestos de Defensa nacionales hasta el 2% como mínimo del Producto Interior Bruto.
Stoltenberg emplazó a los miembros de la Alianza a la cumbre que en julio celebrará la OTAN en Vilna, Lituania, para que esta meta sea acordada de manera oficial. Hasta ahora solo siete países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte cumplen con ese presupuesto, cuya aplicación es la constatación del rearme acelerado del viejo continente y abre una eventual carrera de armamento que se puede extender a todo el planeta.
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