Este artículo se publicó hace 2 años.
El Parlamento británico investigará a Boris Johnson por el 'partygate' de Downing Street
La investigación correrá a manos del comité de Privilegios de la cámara, que no comenzará a trabajar hasta que la Policía haya concluido su propio estudio del caso.
Madrid--Actualizado a
El Parlamento británico ha aprobado este jueves investigar al Primer Ministro, Boris Johnson, por supuestamente mentir sobre las fiestas que el líder celebró durante la pandemia. Un escándalo que ya se conoce como el partygate y que puede costarle al conservador su puesto como cabeza de Gobierno.
La investigación correrá a manos del comité de Privilegios de la cámara y ha sido autorizada sin votación: la presidencia de los Comunes ha preguntado a viva voz si alguien se oponía a que tenga lugar y nadie ha mostrado su rechazo. El Gobierno rectificó en el último momento su intención de retrasar esta investigación, al haber constatado, según los medios británicos, que muchos diputados conservadores no secundaban esa medida.
La comisión parlamentaria no comenzará a trabajar hasta que la Policía haya concluido su propia investigación sobre las celebraciones durante la pandemia en Downing Street, según detalla la moción presentada por el Partido Laborista que ha sido aprobada.
El debate de este jueves en la Cámara de los Comunes ha puesto de manifiesto el descontento entre las filas conservadoras con su propio primer ministro. El diputado tory Steve Baker ha liderado las críticas desde su bancada al esgrimir que Johnson "hace tiempo que se tendría que haber marchado".
El debate ha puesto de manifiesto el descontento entre las filas conservadoras con su propio primer ministro
Otros conservadores, como Bob Neill, no han llegado a pedir su dimisión pero han elevado el tono de sus reproches: "Sin haber llegado a una decisión final sobre la posición del primer ministro, estoy profundamente decepcionado con lo que ocurrió en el número 10 de Downing Street" durante la pandemia, ha afirmado.
El primer ministro no ha asistido a la sesión parlamentaria por encontrarse de viaje en la India pero ha dado luz verde previamente a sus correligionarios para que no se opusieran a la moción laborista, ante la perspectiva de que muchos de ellos se habrían abstenido o votado en contra igualmente, sin acatar la disciplina de partido. "Lo que he decidido es que no quiero que haya una ausencia de escrutinio, y si la oposición quiere centrarse en esto y continuar hablando sobre esto, está bien", ha dicho a la BBC.
La oposición cree que Johnson mintió deliberadamente
La oposición, representada por el Partido Laborista bajo la dirección de Keir Starmer, ha mantenido que Johnson mintió deliberadamente a la Cámara de los Comunes al asegurar que no se violaron las medidas de seguridad contra la covid-19 en la sede de Downing Street. Esta acusación puede tener graves consecuencias porque, si se demuestra que el Primer Ministro engañó conscientemente al Parlamento, estaría legalmente obligado a dimitir.
Por este motivo los colaboradores de Johnson insisten en que el mandatario no lo hizo de manera voluntaria. A su vez, el propio líder del Gobierno sentenció el 8 de diciembre: "Me han asegurado repetidamente que no se rompieron las normas". Para demostrar finalmente quién tiene razón, el presidente del Parlamento, Lindsay Hoyle, aprobó el pasado martes la propuesta de los laboristas para debatir y votar una investigación al Primer Ministro.
El mismo martes Johnson reiteró sus disculpas, como ya hizo el 12 de abril, cuando recibió una multa de la Policía, la cual pagó por la irrisoria cantidad de 50 libras esterlinas (unos 60 euros). El cuerpo policial también ha impuesto en los últimos días sanciones semejantes a otros funcionarios y personal del Gobierno por incumplir las restricciones asistiendo a fiestas y reuniones, entre las que se encuentra el cumpleaños de Boris Johnson el 19 de junio de 2020.
Cuando el mandatario subió al atril el martes, la Cámara de los Comunes lo recibió con gritos que clamaban su dimisión. "Fue mi error y pido perdón por ello sin reservas", admitió el jefe de Gobierno. Pero sus palabras no contentaron a Starmer, quien calificó sus explicaciones de "chiste" y acusó a Johnson de ser "deshonesto".
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