Una pandilla asesina al menos a 180 personas mayores de 60 años en Haití
El cabecilla del grupo armado conocido como Wharf Jeremie ordenó la matanza después de que un chamán vudú le dijera que un grupo de ancianos del barrio había provocado la enfermedad y posterior muerte de su hijo.
La violencia de las llamadas pandillas —grupos criminales que controlan el 80% del país— sigue disparada en Haití. El Gobierno del país ha elevado este lunes a alrededor de 180 los muertos en la matanza perpetrada por la banda armada en Warf Jérémie, en la zona de Cité Soleil, una de sus comunas más castigadas por la miseria y la violencia, del área metropolitana de Puerto Príncipe, y advirtió de que se ha cruzado "una línea roja" con esta masacre.
La pandilla cometió esta matanza entre el jueves y el sábado pasado, después de que su líder, Monel Mikano Félix, alias Wa Mikano ("rey Mikano"), acusara a las víctimas, todas mayores de 60 años, de haber enfermado a su hijo mediante rituales de brujería, según informó este domingo la Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH, por sus siglas en francés).
El cabecilla del grupo armado conocido como Wharf Jeremie recurrió a la asesoría de un chamán vudú, que culpó a los ancianos de la zona de provocar la enfermedad del niño, que falleció el sábado por la tarde. Los miembros de la pandilla, según la organización humanitaria, asesinaron al menos a 60 personas el viernes y 50 el sábado con machetes y armas blancas.
Los vecinos de Cité Soleil, un barrio marginal densamente poblado junto al puerto de la capital, Puerto Príncipe, sobreviven asfixiados por el férreo control del crimen organizado, que desde hace años ha reemplazado al Estado en amplios territorios del país caribeño. La prohibición de utilizar teléfonos móviles ha impedido recabar más información sobre la matanza.
Naciones Unidas estima que la banda tiene 300 integrantes
Félix, uno de los pandilleros más prominentes junto al expolicía Jimmy Barbecue Cherizier, tiene prohibida la entrada desde 2022 en la vecina República Dominicana. El pasado mes de octubre, Naciones Unidas estimó que la banda Wharf Jeremie contaba con unos 300 integrantes. El grupo también ha operado en otras zonas de Puerto Príncipe como Fort Dimanche y La Saline, que en noviembre de 2018 fue escenario de la masacre de al menos 71 civiles en una incursión que acabó con el incendio de cientos de viviendas. Entonces las autoridades responsabilizaron del ataque a Barbecue, que todavía vestía uniforme y placa.
La matanza del pasado fin de semana es la enésima muestra de horror de un país presa de la delincuencia. En octubre, al menos 115 personas fueron masacradas en Pont-Sonde, una ciudad en la región de Artibonite, granero de Haití. Otra pandilla, Gran Grif, se atribuyó esa atrocidad, una represalia contra los vecinos que trabajaban con un grupo de autodefensa contra las operaciones de extorsión.
El Gobierno, partido en dos por luchas políticas internas, lleva años tratando de frenar el avance de las pandillas armadas en la capital, que ya controlan el 80% de Puerto Príncipe, y sus alrededores. Las autoridades haitianas habían solicitado en 2022, tras el magnicidio de Jovenel Moïse, seguridad internacional y apoyo a la policía local, pero la misión aprobada por Naciones Unidas en 2023 funciona a medio gas y carece de recursos. Desde entonces, los dirigentes políticos haitianos han pedido convertir la misión en una fuerza de paz de la ONU para asegurar su continuidad, pero el plan se estancó debido a la oposición de China y Rusia en el Consejo de Seguridad.
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