Este artículo se publicó hace 9 años.
"No es un tratado, es un golpe de Estado"
Miles de personas recorren las calles de Madrid para pedir la paralización del TTIP, en una jornada en la que 75 ciudades de todo el mundo acogen protestas contra el polémico tratado
Alejandro López de Miguel
-Actualizado a
MADRID.- El 18 de abril estaba marcado en rojo en sus calendarios, y aseguran que los actos de este sábado han superado sus expectativas. Plataformas, movimientos sociales, sindicatos, partidos políticos y miles de ciudadanos se han lanzado este sábado a las calles de 75 ciudades en todo el mundo para clamar contra el tratado de libre comercio que Bruselas y Washington negocian con sigilo, con el beneplácito de las grandes multinacionales. En total, se han celebrado más de 700 eventos en todo el globo para exigir la paralización del acuerdo, que cada vez cuenta con más opositores.
Al grito de "¡No es un tratado, es un golpe de Estado!", y "Somos personas, no mercancías" miles de personas -más de 10.000 según los organizadores- han recorrido el centro de Madrid en un ambiente festivo para clamar contra un acuerdo que consideran una nueva ofensiva del neoliberalismo económico, y que podría afectar a los derechos laborales, a la protección de los consumidores o al medio ambiente europeo, entre otros. Eso, por no hablar de que fomentará las privatizaciones, destruirá puestos de trabajo y supondrá la pérdida de soberanía de los estados en detrimento de las empresas.
Pasadas las seis de la tarde, desde la plaza de Neptuno hasta la Puerta del Sol han marchado representantes de partidos políticos como Cayo Lara y Marina Albiol (IU); Rafael Mayoral y Ramón Espinar (Podemos); o la coportavoz de Equo Rosa Martínez. Tampoco han faltado algunas de las caras más conocidas de sindicatos como CGT y de organizaciones sociales como ATTAC, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Amigos de la Tierra y distintos colectivos del 15-M.
La Comisión Europea no hizo preguntas cuando redactó un mandato negociador, tampoco cuando garantizó que los documentos serían secretos durante treinta años tras la firma del TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership). En todo el proceso sólo ha preguntado abiertamente a los europeos en una ocasión, sobre la cláusula ISDS que incorpora el acuerdo y que blinda a las multinacionales. La respuesta despejó todas las dudas: el 97% de los 150.000 participantes en la consulta dijo no al blindaje de las corporaciones, y Bruselas dejó de hacer preguntas.
Consciente de que las preguntas podrían no volver a llegar, la Campaña estatal #NoalTTIP, organizadora de las movilizaciones en 53 ciudades españolas, ha querido lanzar un par de mensajes a la Comisión, a los gobiernos de los 28 y a las multinacionales que ansían la firma del acuerdo: la movilización acaba de empezar, esto es sólo el punto de partida, y cada vez más gente conoce la esencia del TTIP, por lo que el número de detractores del acuerdo seguirá en aumento.
Mayoral: "Es una amenaza contra soberanía, los derechos y la democracia"
El coordinador federal de IU, Cayo Lara, criticaba este sábado desde la cabecera de la manifestación que las negociaciones sobre el TTIP tengan lugar "en el mayor de los secretos", y sostenía que debería haber "un gran debate nacional sobre este asunto", antes de cargar contra PP y PSOE por "ocultar" el acuerdo.
"PP y PSOE deben dar la cara y decir que están en contra del pueblo al dar su apoyo al TTIP", apuntaba Rafael Mayoral, secretario de Relaciones con la Sociedad Civil de Podemos.
Mayoral considera el acuerdo "una amenaza contra la soberanía, los derechos y la democracia" de los españoles, un "tratado que sólo persigue la protección de las élites".
Rosa Martínez, coportavoz de Equo, criticaba a la Comisión por haber dejado a las organizaciones civiles fuera de sus planes, y resaltaba el esfuerzo de plataformas y movimientos sociales por arrojar luz sobre un acuerdo que todavía es casi desconocido para la ciudadanía.
Este es uno de los puntos clave sobre el TTIP, según denuncian todos los opositores: el silencio político y mediático sobre el acuerdo que la escritora Almudena Grandes achaca al temor de los medios a perder anunciantes, las grandes empresas que impulsan el tratado.
"Es probablemente la causa más importante que hoy se está luchando", aseguraba Grandes a Público, minutos antes de subir al improvisado escenario en el remolque de un camión, en la Puerta del Sol, para leer el manifiesto de los organizadores.
Cuatro mil personas en Barcelona
Barcelona, Sevilla, Valencia, Zaragoza o Bilbao son algunas de las ciudades que han acogido las protestas de este 18-A contra el TTIP. Según la agencia EFE, hasta cuatro mil personas se han concentrado en la Ciudad Condal para rechazar el acuerdo Transatlántico en la segunda movilización global contra el TTIP en apenas seis meses.
En Viena han sido más de 20.000, en Bruselas más de 2.000, y en los municipios más pequeños apenas fueron decenas, pero los organizadores creen haber salido reforzados tras su paso por las calles y plazas.
Los activistas insisten en que están a tiempo de parar el TTIP, en que la Comisión no puede seguir haciendo oídos sordos a sus quejas, y apuntan que esto es sólo el inicio del camino, el punto de partida de sus reivindicaciones. "Las movilizaciones acaban de empezar", advierte Lara.
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