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Muere Izzat Ibrahim al Douri, el último líder del Baaz iraquí

La muerte esta semana del último líder del Baaz iraquí probablemente significa la desaparición de la vieja guardia del partido de Saddam Hussein, depuesto en 2003. Izzat Ibrahim al Douri fue una de las figuras más allegadas al histórico líder de índole socializante. Solo unas horas antes de su muerte fue acusado de estar ultimando un golpe de estado.

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Imagen de Izzat Ibrahim Al-Douri el 4 de abril de 2015 [Antiimperialistische Aktion/Facebook — Antiimperialistische Aktion/Facebook

mADRID,

El 26 de octubre se anunció la muerte de Izzat Ibrahim al Douri, último secretario general del partido Baaz de Irak, vicepresidente durante el mandato de Saddam Hussein, un hombre clave durante muchos años en la política de ese país y que desde la invasión estadounidense de 2003 había vivido en la clandestinidad dirigiendo actividades armadas contra las nuevas autoridades de Bagdad.

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La muerte de Al Douri ha reabierto un debate acerca de las capacidades que ahora tiene esa proscrita formación a la que periódicamente se le atribuyen desde el gobierno planes para desestabilizar el país e incluso para dar un golpe de estado, algo que la mayoría de analistas consideran que no está a su alcance.

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El comunicado del partido decía: "En la tierra de Irak, la tierra del combate, hoy se ha caído de su caballo el jinete del Baaz y de la resistencia nacional iraquí, el símbolo del valor, el heroísmo y el sacrificio, el líder fiel, el compañero Izzat Ibrahim al Douri, que alcanzó las cumbres más altas de gloria y generosidad, de firmeza y paciencia. Creemos en la marcha del Baaz y en el derecho de esta nación y de su pueblo a vivir en libertad y con dignidad".

Se le dio por muerto en varias ocasiones. Una vez se llevó su supuesto cadáver a un laboratorio de Bagdad para que le hicieran pruebas de ADN pero el gobierno no tenía con qué compararlas. Su primer vídeo se difundió en abril de 2012, coincidiendo con el 65 aniversario de la fundación del Baaz. Luego se divulgaron más videos y audios que demostraban que seguía vivo.

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Al Douri fue un elemento esencial de un partido de orientación más o menos socialista, cuya fotografía figuraba en los naipes que divulgaron las autoridades de EEUU tras la invasión. Por su captura se ofrecía una recompensa de 10 millones de dólares. A pesar de ser buscado durante años, logró evadirse, indicando que el partido sigue contando con una infraestructura notable. Su figura aparece ligada al Baaz desde los años cincuenta. Durante mucho tiempo desempeñó cargos relacionados con la agricultura antes de ser elegido para la dirección en 1966. Tras el golpe baazista que tuvo lugar dos años después, ocupó los cargos de ministro de Agricultura e Interior.

14 años como vicepresidente del Mando Revolucionario

En 1979, cuando Saddam Hussein accedió al poder echando al anterior presidente, Al Douri fue elegido vicepresidente del Consejo del Mando Revolucionario, un cargo que ocupó hasta 2003. Desde 1979 mantuvo una relación muy estrecha con Saddam Hussein, una lealtad incuestionable, especialmente cuando llegó el momento de depurar el partido de sus rivales sin piedad.

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Con estos antecedentes, y debido a las detenciones masivas de hombres del régimen por los americanos, Al Douri accedió de manera natural a la dirección de lo que quedó del Baaz. Su carácter y sus características personales le ayudaron en esa dirección, aunque algunos analistas señalan que carecía de carisma de masas y que su desaparición probablemente no afectará demasiado a la estructura del partido.

La situación actual de Oriente Próximo no es favorable para partidos seculares. En estos momentos solamente Siria, donde gobierna otra rama del Baaz, tiene un partido laico que ha sido perseguido sistemáticamente por Occidente durante décadas debido a su oposición al sionismo y a la expansión sionista, una expansión que ahora no cuenta prácticamente con ninguna oposición.

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El escenario de la región es bien distinto al que había cuando se estableció el Baaz. Entonces la lucha contra los movimientos religiosos reaccionarios la dirigieron el egipcio Gamal Abdel Nasser y el partido Baaz, mientras que hoy la lideran desde otro ángulo el príncipe emiratí Mohammad bin Zayed, el príncipe saudí Mohammad bin Salman y el presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi.

En cuanto al futuro en el liderazgo del Baaz iraquí, no será fácil elegir a un sucesor entre los más jóvenes, aunque probablemente no queda otra alternativa. Muerto a los 78 años, Al Douri quizás haya sido el último líder de la vieja guardia. No hay duda de que su sucesor también será sunní ya que desde 2003 el partido, que en otros tiempos fue más diverso, se ha convertido en reducto de la minoría sunní no religiosa.

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Analistas iraquíes creen que no es probable que el Baaz sufra nuevas escisiones. Es más posible que alguna figura se desmarque a título personal, pero no ocurrirá lo que sucedió tras la invasión americana, cuando el partido sufrió tres escisiones que no condujeron a ninguna parte. Otros analistas señalan que en la actualidad el partido ya cuenta con una escisión próxima al Baaz sirio.

En todo caso, es evidente que con muchos de sus líderes históricos en el exilio, es un partido débil y no cuenta con la capacidad necesaria para dar un golpe de estado, a pesar de que las autoridades de Bagdad aireen de tanto en tanto esa supuesta amenaza para intimidar a los iraquíes. Las autoridades se sirven de esa inexistente amenaza para ocultar el desgobierno y la pésima gestión del poder.

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La última vez que se habló de Al Douri fue precisamente unas horas antes de su muerte, cuando el líder del Consejo Supremo Islámico y exministro del Interior, Baquir Yabr al Zubaidi, advirtió a través de Facebook de la existencia de un complot militar apoyado por Estados Unidos y Occidente en general para llevar a Al Douri al poder.

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