Este artículo se publicó hace 11 años.
Miles de ucranianos toman Kiev para exigir la renuncia del presidente
Los manifestantes acampan en la Plaza de la Independencia de la capital y ocupan el Ayuntamiento y la sede del Consejo de Ministros mientras se repiten los enfrentamientos con la Policía. El presidente Yanukóvich estudia la posibilidad de
La tensión se adueña de Ucrania. Decenas de miles de manifestantes han inundado las calles de Kiev y la mítica Plaza de la Independencia al grito de "¡Revolución!" contra el autoritarismo del Gobierno de Víctor Yanukóvich y para exigirle la firma del acuerdo de asociación negociado ya con la Unión Europea. Los enfrentamientos entre opositores y agentes de Policía (FOTOGALERÍA) se han extendido por una gran parte de la ciudad. Yanukóvich se ha desplazado hasta las afueras de la capital para mantener una reunión con su gabinete en la que se está sopesando la posibilidad de decretar el estado de excepción.
Unos 20.000 manifestantes permanecían hasta la noche en la plaza de la Independencia, epicentro de las protestas y lugar emblemático de la Revolución Naranja de 2004, la revuelta contra el mismo Víctor Yanukóvich después de que se denunciara un fraude electoral en los comicios. En la noche del domingo, cientos de ciudadanos han levantado un gran número de tiendas de campaña en la zona para perpetuar la protesta. Además de pequeñas tiendas también se han levantado varias carpas de campaña militares y prosigue la recogida de suministros y alimentos. Mientras, la Policía mantiene sus posiciones en torno a la sede administrativa de la Presidencia, que los manifestantes han intentado asaltar en repetidas ocasiones.
Grupos de manifestantes han conseguido ocupar el Ayuntamiento y la sede del Consejo de Ministros. Cientos de personas rompieron los cristales del consistorio y lograron entrar en el edificio, que fue declarado "cuartel general de la revolución". Un tercer grupo, en este caso del movimiento nacionalista Libertad, tomó la Casa de los Sindicatos, tras romper las cámaras de vigilancia. Ante esta situación, los líderes de los partidos opositores hicieron llamamientos a la calma en el multitudinario mitin en la plaza de la Independencia.
Kiev vive una batalla campal entre la policía y miles de proeuropeístas
La protesta en Kiev ha ido a más a lo largo de la mañana y la tarde. Una marcha por el centro de la ciudad ha terminado en enfrentamientos con la policía que custodiaba la sede presidencial. Hasta medio millón de personas acudieron a la principal plaza de la ciudad, después de romper las barreras colocadas por la policía desde que la madrugada del sábado disolviera violentamente a los manifestantes allí acampados. Precisamente, esa actuación policial en el desalojo del sábado ha sido la chispa que ha encendido la mecha de la revuelta de este domingo.
El jefe de la Policía de Kiev dimite tras denunciar el "uso excesivo de la fuerza" por parte de los agentes Al menos un centenar de agentes de policía y 59 militares han resultado heridos durante los disturbios del domingo, sin que se hayan dado por el momento cifras de manifestantes lesionados. El jefe de la Policía de Kiev, Valeriy Koryak, ha presentado su dimisión tras denunciar el "uso excesivo de la fuerza" de los agentes contra los manifestantes
El presidente Yanukóvich acudió a una reunión con sus más cercanos colaboradores en las afueras de Kiev. "Se está estudiando qué hacer. Es muy probable que a partir de mañana se decrete el estado de excepción, pero es algo que aún no se ha decidido", dijo una fuente del Ejecutivo, que agregó que, de llegar adoptarse, la medida extraordinaria "probablemente" sólo afectará a la capital ucraniana.
En la plaza de la Independencia, el líder del movimiento Tercera República de Ucrania, el exministro del Interior Yuri Lutsenko, aseguró que la protesta en Kiev se ha transformado ya en una revolución. "Nuestro plan está claro: esto ya no es un mitin o una acción. Es una revolución", dijo ante los asistentes. Añadió que la sociedad civil y los políticos "están completando hoy lo que no acabaron durante las protestas masivas de 1991 y 2004", en referencia a la salida de la URSS y la Revolución Naranja. "La República Socialista Soviética de Ucrania está muriendo hoy aquí. Estamos asistiendo a su funeral".
"Estamos asistiendo al funeral de la República Socialista Soviética de Ucrania"
Por su parte, el líder parlamentario del partido opositor Batkivschina, de la encarcelada ex primera ministra Yulia Timoshenko, anunció ante los congregados el inicio de una huelga general en todo el país para pedir la renuncia del presidente.
Estas protestas se producen el mismo día que Yanukóvich haya anunciado que hará todo lo que esté en su mano para estrechar las relaciones entre su país y la Unión Europea, según un comunicado emitido por su oficina. La integración en la UE es la principal reivindicación de los grupos opositores que están tomando las calles. De hecho, las movilizaciones empezaron hace días tras el rechazo del presidente a firmar un Acuerdo de Asociación negociado con la UE tras alegar que Ucrania sufrirá grandes pérdidas para adaptar su economía y su legislación a la comunitaria. El Gobierno, muy condicionado por sus importantes relaciones con Rusia, suspendió el pasado 21 de noviembre provisionalmente las negociaciones sobre el acuerdo de asociación con la UE.
Dirigentes opositores convocan una huelga general para hacer caer al presidente
"Haré todo lo que dependa de mí para acelerar el proceso de acercamiento de Ucrania a la Unión Europea, sin permitir para ello grandes pérdidas para nuestra economía ni el empeoramiento de las condiciones de vida de nuestros ciudadanos. Lo haremos como socios igualitarios", señaló Yanukóvich, en un mensaje a la nación al celebrarse este domingo el aniversario del referéndum de independencia de Ucrania de la URSS.
"Debemos guiarnos exclusivamente por los intereses nacionales, y ser responsables ante el futuro. Debemos situar a nuestro país en el mapa político de Europa y del mundo, como un Estado grande y soberano", agregó Yanukóvich. El presidente aseguró que Ucrania ha hecho su elección: "Somos un país europeo y nuestro camino está marcado por la historia. Al mismo tiempo, mi convicción profunda es que la integración con la Unión Europea debe ser como socios igualitarios", concluyó. Pero ese mensaje no ha calmado a la oposición, encendida por la represión ejercida en la madrugada del sábado por las fuerzas policiales contra manifestantes en la plaza de la Independencia.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, se ha pronunciado sobre estos sucesos y ha defendido el derecho de los ucranianos a expresar democráticamente sus opiniones, haciendo un llamado a todas las partes a evitar la violencia. "La violencia y la fuerza no son la forma de resolver diferencias políticas en una sociedad democrática", señaló Rasmussen en un comunicado.
El Gobierno de Rusia se ha ofrecido a debatir con Ucrania y la UE las "consecuencias económicas" de una posible firma de un acuerdo de asociación y de un tratado de libre comercio entre Kiev y Bruselas, según ha anunciado este sábado el viceministro de Exteriores ruso, Vasily Nebenzia. "No hemos sido los que hemos propuesto o insistido en estas conversaciones, pero si la UE y Ucrania quieren que debatamos las consecuencias económicas de su asociación en nuestras relaciones trilaterales, estamos dispuestos, en principio, a hacerlo", ha declarado Nebenzia, según ha informado la agencia estatal de noticias rusa, RIA Novosti.
En la cumbre europea celebrada en Vilna (Lituania), el presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, propuso la creación de una comisión trilateral para explorar las vías para profundizar sus relaciones bilaterales. Los líderes europeos rechazaron esta posibilidad, aduciendo que no necesitan "un acuerdo trilateral para un tratado bilateral". El Gobierno ucraniano ha justificado su negativa a firmar los acuerdos con la UE, el de mayor volumen que rubricaría con un Estado no miembro, en las pérdidas económicas que acarrearía en volumen comercial con Rusia y otras exrepúblicas soviéticas, asociadas en una alianza.
Kiev ahora se halla en una disyuntiva a raíz de su rechazo al pacto con Bruselas. Al tiempo que Rusia le presiona para mantener su influencia económica en el este de Europa y aspirar a crear una organización comercial de mayores dimensiones, Ucrania está siendo escenario desde hace varios días de multitudinarias protestas contra el viraje de su Gobierno hacia Oriente.
Las excusas del presidente
Las palabras de Yanukóvich confirman la posición que expresó el 21 de noviembre pasado, cuando anunció su rechazo a firmar un Acuerdo de Asociación negociado con la UE tras alegar que Ucrania sufrirá grandes pérdidas para adaptar su economía y su legislación a la comunitaria.
En la cumbre de Vilna celebrada el jueves y viernes pasado entre la UE y la Asociación Oriental, el mandatario ucraniano dijo que su país mantenía la intención de firmar el documento llamado a acercar a esta antigua república soviética a los valores y estándares de la Unión Europea. Pero pidió a sus socios europeos una "labor conjunta sobre un programa de ayuda a Ucrania", que permita al país "prepararse para las secuelas negativas del período inicial que, sin lugar a dudas, sentirán las capas más desfavorecidas de los ucranianos" tras la firma del Acuerdo.
Kiev cifra en 160.000 millones de dólares el monto necesario para la homologación de su industria y su producción, sin contar con el coste que supondría en dinero y empleo la pérdida del mercado ruso.
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