María Corina Machado, en la encrucijada ante el agotamiento de opciones en Venezuela
Todas las miradas están ahora sobre la dirigente opositora, quien asegura que se quedará en el país e insiste en que, el 10 de enero de 2025, Edmundo González Urrutia será investido como presidente de la República de Venezuela.
Caracas-Actualizado a
La partida del excandidato presidencial Edmundo González de Caracas a Madrid representó un golpe en las filas de la oposición venezolana. Al menos en aquella que sostiene que él es quien ganó las elecciones del pasado 28 de julio, y que la lucha es "hasta el final", como repite María Corina Machado desde hace meses.
Todas las miradas están ahora sobre ella, quien asegura que se quedará en el país. "Tenemos el presidente electo de Venezuela seguro, fuera del país, y la lucha de los venezolanos afuera y adentro continúa cada día con más fuerza", declaró esta semana, en una aseveración con el objetivo de realizar un control de daños ante el impacto negativo ante la salida de González, y mantener la expectativa entre sus seguidores.
Sostener esa expectativa le resulta, sin embargo, cada día más cuesta arriba. El tiempo juega en su contra: las elecciones presidenciales se alejan en el calendario a medida que pasan las semanas, y asoma un fin de año con la fecha del 10 de enero a la postre, es decir cuando Nicolás Maduro asuma como presidente por tercer mandato consecutivo.
Uno de los objetivos de Machado es prepararse para esa fecha. "El 10 de enero del 2025, como corresponde en nuestra Constitución, Edmundo González Urrutia será juramentado como presidente de la República de Venezuela y comandante en jefe de nuestras fuerzas armadas venezolanas", dijo también esta semana Machado.
Presionar para el reconocimiento
La dirigente opositora insiste en que los gobiernos extranjeros no deben solamente desconocer la victoria de Maduro del 28 de julio, sino reconocer a González como presidente electo, y, en consecuencia, como presidente en funciones a partir de enero. Para eso contó con una noticia favorable el jueves, con la proposición aprobada en el Congreso español para instar al Gobierno de Pedro Sánchez a reconocer a González como "presidente electo y legítimo".
En la proposición se solicitó a Sánchez liderar el reconocimiento de González en Europa y más allá. Ese objetivo parece por ahora difícil: el mandatario español no nombra a González como presidente electo, aunque le haya concedido asilo y recibido personalmente, y el último comunicado internacional de 49 países emitido el jueves desde "el área de Stakeout del Consejo de Seguridad" de Naciones Unidas tampoco lo designa de esa forma.
Sánchez no nombra a González como presidente electo, aunque le haya concedido asilo y recibido personalmente
El comunicado conjunto, firmado por Washington, la Unión Europea, varios gobiernos latinoamericanos -con la ausencia de los determinantes Brasil, México y Colombia- señala que el resultado de la elección "es distinto al resultado por el Consejo Nacional Electoral (CNE)", pero no dice en palabras que González sea efectivamente el presidente electo, algo que, según Machado, es ahora el paso imprescindible.
El texto, difundido por el Gobierno de Panamá, afirma a su vez que "en virtud del fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) instamos al CNE a que publique de manera inmediata los resultados (...) correspondientes a todas las mesas, y permita la verificación imparcial por parte de observadores independientes". El fallo citado refiere al del poder judicial, que tras certificar el resultado electoral exhortó al CNE presentar los "resultados definitivos" del 28 de julio, algo que, pasado el lapso legalmente previsto aún no ocurrió.
¿Por qué el CNE no lo hizo? El fiscal general, Tarek William Saab, refirió en días pasados al hackeo recibido, sin explicar por qué el mismo no permite que se publiquen los resultados desagregados. El poder electoral, que había anunciado que los publicaría, se mantiene por su parte en silencio, una situación que afecta la legitimidad del resultado.
Entre dejar Venezuela y la soledad política
Una gran parte de la oposición venezolana se encuentra fuera del país. Muchos en Miami, como el ex "presidente encargado" Juan Guaidó, que hoy pocas cancillerías quieren recordar; otros en Madrid, como Leopoldo López, Antonio Ledezma o González. Son las dos capitales que concentran a históricos dirigentes que el chavismo señala como golpistas, que se fueron de Venezuela a lo largo principalmente de los últimos años.
Pocos o ningunos de los que dejaron el país lograron mantener relevancia política dentro de Venezuela
Pocos o ningunos de los que dejaron el país lograron mantener relevancia política dentro de Venezuela, fuera del espacio, en el mejor de los casos, de las redes sociales. Machado, quien alcanzó su cenit político durante esta campaña electoral, en parte por la ausencia en la arena nacional de muchos de los históricos dirigentes, parece ahora ante una encrucijada: terminar por irse del país, o enfrentar una posible orden de citación a declarar o de arresto, aunque eso aún no ocurrió.
Dejar Venezuela significaría una claudicación ante su propio idioma político intransigente y radical, la desilusión de quienes la siguen, y engrosar las filas de los que no pueden regresar. Se sabe además que la política aborrece el vacío, en particular cuando vienen tiempos electorales.
Elecciones es justamente lo que asoma para el 2025, con las llamadas "megaelecciones" a gobernadores, alcaldes y Asamblea Nacional, contienda para la cual muchos están preparándose, incluidos dirigentes que acompañaron a González como candidato, pero, por ejemplo, guardaron silencio ante su salida hacia el asilo en España. ¿Cuántos lamentarían realmente una partida de Machado del país? ¿Cuántos recordarán a González y sus denuncias cuando comience la nueva temporada electoral?
Amenaza de fuerza
"Solo será posible derrotar a la dictadura venezolana si somos capaces de usar la fuerza de una manera que doblegue el poderío de la dictadura", afirmó esta semana el comunicador peruano Jaime Bayly. Su afirmación fue hecha después de explicar en qué consistiría un plan presuntamente elaborado por el contratista militar Erik Prince, junto con el multimillonario Elon Musk, con el objetivo de derrocar a Maduro. Dos magnates realizando un golpe por encargo: la privatización en su última instancia.
La idea de que es necesaria una acción de fuerza puede verse en mayor o menor grado de transparencia en varios análisis opositores, en particular de quienes están fuera del país. No es la primera vez que se hace explícito el llamado a una operación violenta contra el Gobierno, en un país donde los intentos han sido crónicos.
En las calles de Venezuela no tienen lugar grandes movilizaciones o concentraciones
Por el momento, fuera de las redes sociales la imagen es de una dirigencia opositora en un callejón cada vez más angosto. El último llamamiento de Machado a movilizar fue para hacerlo en Madrid y no en Caracas, y en las calles de Venezuela no tienen lugar grandes movilizaciones o concentraciones, producto de la combinación del accionar de los cuerpos de seguridad del Estado y el desgaste por la repetición de llamados a las calles sin resultados tangibles.
El loop en declive es un escenario al que comienza a enfrentarse Machado, un camino ya transitado por Guaidó años atrás en su simulación presidencial. Por el momento uno de los objetivos centrales de Machado está en el reconocimiento internacional de González como presidente de cara al 10 de enero, fecha en que repite que será investido mandatario de Venezuela, aunque sin decir si en Caracas, desde Madrid o algún lugar aún desconocido.
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