Lula jura como nuevo presidente de Brasil y proclama el "fin del autoritarismo" de la ultraderecha
El líder progresista, de 77 años, asumió este domingo como mandatario para el período 2023-2027. "Si estamos aquí es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña", afirmó en su discurso.
El líder progresista Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años, juró este domingo ante el Parlamento como nuevo presidente de Brasil para el período 2023-2027. "Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil", declaró el nuevo gobernante, quien hace cuatro años estaba en prisión condenado por supuesta corrupción en unos juicios luego anulados por la Corte Suprema.
Lula es el primer político brasileño que llega tres veces al poder. Hace hoy exactos veinte años, juró como presidente por vez y cuatro años lo volvió a hacer, tras su reelección en 2009. Sustituye en el cargo al ultraderechista Jair Bolsonaro, quien el pasado viernes viajó hacia Estados Unidos sin haber reconocido aún su derrota en las elecciones de octubre pasado.
Hoy, entre celebraciones populares por su regreso al poder, Brasil afronta una nueva etapa que tendrá un contexto distinto al registrado en las dos gestiones anteriores de Lula. Su tercer mandato se verá marcado por previsiones económicas poco favorables, marcadas principalmente por el frenazo del PIB brasileño –alrededor del 1% de crecimiento, según el Fondo Monetario Internacional–.
El nuevo mandatario asume además las riendas de un país que sufrió los recortes de Bolsonaro, un ultraderechista que aplicó la tijera neoliberal a las políticas sociales que la izquierda había impulsado anteriormente desde el Gobierno.
Minuto de silencio
Lula llegó al Parlamento tras desfilar en un vehículo sin capota frente a una multitud de decenas de miles de personas que desde primera hora de este 1 de enero se han congregado para asistir a los actos de toma de posesión.
En el comienzo de la sesión en el Parlamento se guardó un minuto de silencio en honor del exfutbolista Edson Arantes do Nascimento "Pelé" y del papa emérito Benedicto XVI, fallecidos en los últimos días.
En el Parlamento, han estado presentes delegaciones de medio centenar de países y todo el cuerpo diplomático acreditado en el país. Entre los asistentes figuraban el rey de España, Felipe IV, y los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Colombia, Gustavo Petro; Chile, Gabriel Boric; Paraguay, Mario Abdo Benítez, Uruguay, Luis Lacalle Pou; Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; y Alemania, Frank-Walter Steinmeier.
"Fin al autoritarismo"
En su discurso, Lula celebró la "victoria de la democracia" que le permitió ganar las elecciones de octubre, a pesar de las "amenazas" de la ultraderecha que aún no acepta su triunfo. "Si estamos aquí es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña", declaró ante el Parlamento.
"Fue la democracia la gran victoriosa", que "superó" las "más violentas amenazas a la libertad del voto", apuntó en alusión a la campaña contra el sistema de votación desatada por Bolsonaro. También dijo que su investidura le pone un "fin al autoritarismo" y pidió, en medio de los aplausos de la mayoría de los legisladores, "democracia para siempre".
El político brasileño se comprometió además a "retomar la integración" en América Latina para tener "un diálogo activo y altivo" con las otras regiones del mundo. "Retomaremos la integración a partir del Mercosur, con la revitalización de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y otras instancias soberanas" que existen en Latinoamérica, afirmó.
También garantizó que su Gobierno fortalecerá la cooperación con el foro BRICS, que Brasil integra junto con Rusia, India, China y Suráfrica, y tenderá puentes con África y el mundo en desarrollo, sin descuidar sus relaciones con Estados Unidos o la Unión Europea (UE).
Del mismo modo, Lula hizo una fuerte defensa del medioambiente en su primer discurso en el cargo y prometió este domingo acabar con la deforestación ilegal en la Amazonía y proteger a los pueblos indígenas. "No podemos admitir que (la Amazonía) sea una tierra sin ley, no vamos a tolerar la degradación del medioambiente que tanto mal ha hecho a nuestro país", subrayó en otro tramo de su discurso.
La ceremonia ha tenido un acto sumamente simbólico. Lula recibió la banda presidencial de manos de una representación diversa del pueblo del país ante la ausencia del ya exgobernante Jair Bolsonaro. Según establece el protocolo, es el presidente saliente quien debe pasar la banda a su sucesor. Sin embargo, el exmandatario ultraderechista, que sigue sin reconocer su derrota en las urnas, decidió no participar en los actos de investidura.
Ante esa situación, Lula ascendió a la parte alta del palacio presidencial acompañado por un grupo de personas que "simbolizan la riqueza y la diversidad del pueblo brasileño", entre ellos, un niño, afrodescendientes, mujeres, personas con discapacidad y el conocido líder indígena Raoni Metuktire.
Está previsto que las ceremonias oficiales concluyan con una recepción ofrecida por Lula a las delegaciones extranjeras en el Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería, vecina a las sedes del Parlamento y del Gobierno.
Desde horas antes de la ceremonia, en la Explanada se ha celebrado el llamado Festival del Futuro, un concierto que ha reunido a medio centenar de artistas populares y cuyo telón se preveía que bajaría ya entrada la madrugada del lunes.
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