Este artículo se publicó hace 13 años.
Londres y París investigan la fortuna de Gadafi
Las pesquisas no implican la congelación automática de los bienes
La Justicia de Francia y de Reino Unido siguen el ejemplo suizo. La Fiscalía de París ordenó ayer iniciar una investigación preliminar sobre los bienes y cuentas que poseen en Francia tanto Muamar Gadafi como el expresidente egipcio, Hosni Mubarak. Por su parte, el Ministerio británico de Hacienda hizo saber ayer al Daily Telegraph que dentro de unos días estará en condiciones de congelar activos financieros propiedad del Gobierno libio por valor de miles de millones de libras.
La acción francesa es la consecuencia de la querella depositada contra los dos dictadores por las ONG Sherpa y Transparency International, que señalaron a la Justicia los indicios de que el volumen de los bienes y cuentas atribuidos a Gadafi y Mubarak en Francia no corresponde con sus ingresos declarados. Ello permite pensar que hay indicios de que se trata de "bienes mal adquiridos" delito en Francia, y que por lo tanto cabe investigar. La investigación sobre los bienes de Mubarak y de Gadafi ha sido confiada a la Oficina Central para la Represión de la Gran Delincuencia Financiera. No obstante, ello no implica automáticamente ni el bloqueo de haberes y cuentas ni tampoco que esas fortunas sean incautadas y devueltas.
Las inversiones del fondo soberano libio alcanzan los 23.000 millones
La delegada general de Sherpa, Maude Perdriel, explicó que Gadafi "estaría actualmente organizando la evaporación de su patrimonio", por la vía de paraísos fiscales. Por ello, estimó, "ahora es cuando hay que congelar sus bienes".
Propiedades en LondresEl Ministerio de Hacienda británico tiene la misma prioridad. "Después de sacar a los británicos de Libia, estamos listos para ocuparnos de los fondos de Gadafi en el extranjero. Hay gente ocupada en esto al más alto nivel", dijeron fuentes oficiales.
La ONG Sherpa asegura que Gadafi saca su capital a paraísos fiscales
Los activos vigilados son cuentas corrientes, propiedades inmobiliarias y una mansión en Hampstead, en el norte de Londres, tasada en diez millones de libras (unos 11,7 millones de euros). En esa casa vivió durante años uno de los hijos de Gadafi, Saif al Islam, cuando estudiaba en la London School of Economics.
A pesar de la contundencia del mensaje, no está claro que el Gobierno conservador vaya a actuar con urgencia. Promesas similares se hicieron durante la revolución egipcia a cuenta de los fondos de la familia Mubarak y no llegaron a concretarse. El viceministro de Exteriores, Alistair Burt, dijo entonces que no podía tomarse ninguna medida hasta que las autoridades egipcias hicieran una petición en ese sentido. Mientras Gadafi siga en el poder, ese es un mensaje que no llegará a Londres.
El Ministerio de Exteriores afirma que una intervención rápida sólo es posible si se demuestra que los fondos han sido empleados ilegalmente. La opción más inmediata para que esos obstáculos legales desaparezcan sería una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Las inversiones libias en Londres son numerosas y en su mayoría se han hecho a través del fondo soberano Autoridad de Inversiones Libias (LIA, en sus siglas en inglés). La lista de sus propiedades es extensa: un edificio de oficinas valorado en 120 millones de libras, el edificio Portman House valorado en 155 millones, y la tercera parte del Hotel Corinthia, de cinco estrellas. LIA es, además, el quinto mayor accionista del Grupo Pearson, dueño del diario Financial Times.
Sus inversiones en todo el mundo alcanzan los 23.000 millones de euros. El fondo es propiedad del Estado libio, pero los responsables son lógicamente personas muy cercanas a Gadafi. Su presidente es el primer ministro libio Baghdadi Mahmudi.
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