La liberación de Alberto Fujimori aviva la indignación de los afectados por los crímenes de la dictadura
Los familiares de quienes fueron secuestrados y asesinados bajo las órdenes del exmandatario acusan al Gobierno actual de corrupción y exigen justicia.
Carlos Noriega (Página 12)
Lima-
El dictador peruano Alberto Fujimori ha sido puesto en libertad antes de cumplir su condena a 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad. Ahora, los familiares de las víctimas de su mandato expresan su frustración, pero también su firmeza.
La de las víctimas es una lucha de décadas en los tribunales y en las calles. Con la voz rota, pero con la decisión inquebrantable de continuar peleando contra la impunidad, los familiares de las personas afectadas por la dictadura han anunciado movilizaciones y acciones en los tribunales internacionales; quieren conseguir que Fujimori vuelva a prisión para cumplir su condena.
"Tenemos que seguir alzando nuestra voz para denunciar públicamente a los responsables de la muerte de nuestros familiares. Muchas de las personas que luchan ahora son personas mayores que están enfermas y que tal vez ya no puedan seguir con la misma fuerza que antes, pero el amor por sus seres queridos los mantiene en pie. Vamos a seguir buscando el camino para acabar con la impunidad y la corrupción", ha comunicado Gisela Ortiz, hermana de Luis Enrique, un estudiante universitario asesinado durante la dictadura de Fujimori.
"Además de sentencias por violaciones de los derechos humanos, con el agravante de ser crímenes de lesa humanidad, Fujimori está acusado por corrupción. El indulto indebido lo ha puesto en libertad, pero no quita que Fujimori sea un criminal. No queremos que nos regalen nada, sino que se respeten las condenas impuestas por el sistema de Justicia", ha continuado explicando Ortiz.
Los asesinatos de 'La Cantuta'
Luis Enrique fue una de las diez víctimas de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, conocida de manera popular como La Cantuta, donde un grupo clandestino del Ejército, llamado Colina, secuestró a nueve alumnos y un profesor en julio de 1992. Este grupo los llevó a un descampado, los asesinó y quemó sus cuerpos. Hasta ahora no se han podido recuperar todos los cadáveres.
Otro de los estudiantes secuestrados y asesinados fue Armando Amaro. Su hermana Carmen dice ahora que con la liberación de Fujimori se han burlado de los familiares de las víctimas y de todo el país: "Más allá del dolor, de la indignación por la liberación de Fujimori, siento que he fallado a mi hermano, porque quizá lo que hicimos no fue suficiente para garantizar que el responsable de su muerte cumpla la pena de 25 años".
Carmen señala que el Gobierno de Dina Boluarte ha liberado a Fujimori por su cercanía personal a las ideas del dictador y por el interés de distanciarse del Tribunal Internacional, al que podrían llegar las acusaciones contra Boluarte y sus ministros por las muertes de medio centenar de manifestantes en protestas sociales.
Dora Oyague también fue secuestrada en la 'La Cantuta' y asesinada por el grupo Colina. Carolina Oyague, su hermana, denuncia que "fueron crímenes horrendos" y que la liberación del dictador le causa "una indignación total, repugnancia". Por último, exige justicia desde hace 31 años: "Quiero retirarme a llorar, poder desprenderme un poco del dolor, pero para nosotros no hay descanso. No podemos dejar descansar a nuestros seres queridos".
Los crímenes de Fujimori
El exdictador fue sentenciado por las matanzas de 'La Cantuta' y Barrios Altos (el asesinato de 15 personas, entre las que se encontraba un niño de ocho años, en 1991), pero hay muchos otros crímenes por los que no ha sido juzgado.
Uno de ellos es la desaparición del estudiante universitario Martín Roca, que fue secuestrado en octubre de 1993, llevado a los sótanos del Servicio de Inteligencia del Ejército, torturado y asesinado. Su cuerpo fue incinerado y continúa desaparecido.
Su padre, Javier Roca, que ahora tiene 85 años, se recorre los juzgados demandando justicia desde entonces: "Con esta liberación de Fujimori he sentido la indignación y la impotencia de siempre. Nunca he podido alcanzar la verdadera justicia ni superar la crueldad de los militares, del Estado".
"Los familiares de las víctimas llevamos muchos años luchando, igual que en Argentina lo hacen las madres y abuelas de la Plaza de Mayo, que son un ejemplo para nosotros. Nuestra esperanza era que ese tipo de crímenes no se repitieran nunca más, pero no lo hemos conseguido", se ha lamentado Roca.
Otras liberaciones recientes
El sindicalista Pedro Huilca, secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), era un activo e influyente opositor a las políticas neoliberales del Gobierno fujimorista cuando fue asesinado a balazos en la puerta de su casa, en diciembre de 1992.
A pesar de las evidencias de que el asesinato fue cometido por el grupo Colina, los agentes de este escuadrón fueron absueltos por un tribunal hace tan solo unas semanas. Esto significa que nadie ha sido condenado por el crimen.
Indira Huilca, hija del sindicalista, tenía cuatro años cuando la dictadura asesinó a su padre. Ahora, es una de las figuras más importantes de la izquierda y fue congresista entre 2016 y 2018. "La liberación de Fujimori es la manifestación de un Gobierno corrupto que no se han extinguido. Esta liberación hace que piense que Fujimori opera aún como el jefe de una mafia", ha asegurado Huilca.
La liberación de Fujimori sin que haya cumplido su condena duele, pero está lejos de derrotar a los familiares de las víctimas de su dictadura. Carmen Amaro lo deja claro: "Situaciones como este indulto provocan rabia, pero si creen que nos han ganado, se equivocan. Si creen que nos rendimos, se confunden. Vamos a continuar luchando por el amor a nuestra familia. Aquí nadie se rinde".
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