Este artículo se publicó hace 3 años.
La Justicia de Israel censura un documental que muestra una masacre del ejército al pueblo palestino
El documental 'Jenin, Jenin' ha vuelto esta semana a las portadas de la prensa hebrea y árabe después de que una jueza condenara a su director, Mohammed Bakri, a pagar una multa y ordenara la retirada todas las copias existentes en Israel. El documental narra la destrucción y muerte que causó el ejército durante una prolongada operación en la segunda intifada.
Eugenio García Gascón
Una jueza de la ciudad de Lod prohibió esta semana la difusión en Israel del documental Jenin, Jenin, de Mohammed Bakri, y ordenó la incautación de todas las copias del film. Además, impuso al director palestino-israelí la obligación de pagar unos 50.000 euros a un reservista del ejército que aparece brevemente en el film.
Jenin, Jenin se rodó en 2002 en esa ciudad del norte de la Cisjordania ocupada, durante la campaña que el ejército llevó a cabo en el campo de refugiados de Jenin y que causó decenas de muertos y centenares de heridos, arrasando completamente amplias extensiones de la ciudad que posteriormente tuvieron que ser reconstruidas a partir de cero.
La jueza respondía a una demanda presentada en 2017 en la que el teniente coronel Nissim Magnaji pedía una indemnización de más de 600.000 euros. Magnaji apenas aparece en el documental unos segundos, pero presentó la demanda después de que otro tribunal desestimara una primera demanda más general argumentando que solamente podían acusar de libelo a Bakri personas que aparecieran en el documental.
Del documental se desprende que los soldados israelíes cometieron crímenes de guerra durante la operación. La jueza Hilat Silash dictaminó que Bakri actuó sin contrastar la información y presentó los datos "sin buena fe", de modo que el director no puede acogerse a la ley antilibelo.
Jenin, Jenin, que tuvo una difusión considerable en Israel y en el extranjero, se estrenó en 2002, después de que el Tribunal Supremo anulara una orden de censura del ejército. Entonces cinco reservistas que participaron en la operación presentaron una demanda por libelo contra Bakri, demanda que fue rechazada por un tribunal y después por el mismo Supremo.
En su sentencia, el Supremo dictaminó que el documental contiene "mentiras", pero al no mencionar a ningún soldado específicamente, no puede decirse que se haya cometido un delito de libelo contra ningún soldado en concreto.
Las reacciones a la sentencia de esta semana, que Bakri recurrirá ante el Supremo, han sido dispares, en función de la ideología de quien las hacía. "Si se prohíbe la exhibición en Israel del film Jenin, Jenin, entonces deberían prohibirse todos los informativos de noticias de las televisiones. En cada uno de esos programas hay más propaganda, difamación, exageración, represión psicológica y mentiras" que en el documental de Bakri, escribió el periodista Gideon Levy en Haaretz.
La sentencia ha tenido un efecto no deseado por los demandantes puesto que desde que se ha conocido, el número de personas que ha visto el documental a través de internet ha crecido significativamente. Casi dos décadas después, Jenin, Jenin se ha convertido en un film de culto para quienes siguen la información que genera a diario la ocupación Israelí.
El hecho de que la jueza pertenezca a un tribunal de Lod también ha suscitado comentarios, puesto que esta ciudad palestina fue testigo de grandes masacres durante el establecimiento del estado de Israel en 1948. Según sus detractores, la jueza se ha erigido en una autoridad que sabe lo que ocurrió y no ocurrió durante la invasión de Jenin y la subsiguiente matanza y destrucción completa de cientos de viviendas palestinas.
La ironía es que ninguno de los soldados que participaron en la operación tuvo que rendir cuentas ante la justicia por los crímenes cometidos, ni tampoco se compensó a ninguna de las familias que fueron víctimas de la operación, mientras que el director Bakri, que documentó lo ocurrido, ha sido el que ha tenido que pagar, no solo con esta sentencia, sino durante las casi dos décadas en las que se le ha perseguido sin descanso.
"¿Son mentira las imágenes de la terrible destrucción del campo (de refugiados de Jenin)? ¿Son difamatorias las narraciones del ejército israelí bombardeando el hospital, que es un crimen de guerra? ¿Acaso no son genuinas las lágrimas? ¿Es un bulo el increíble sufrimiento de seres humanos que han sido refugiados dos o tres veces? ¿Son un producto de la imaginación los niños que merodean por las ruinas de lo que fueron sus casas? ¿Es un actor el médico que vio la muerte de su hijo? ¿Es toda esa destrucción un escenario de Hollywood?", se pregunta Gideon Levy después de volver a ver el documental.
Los hechos a los que se refiere Bakri se remontan a abril de 2002, en plena segunda intifada, cuando un gran contingente de soldados invadió el campo de refugiados de Jenin. Durante la operación, el ejército impidió la entrada de periodistas, de activistas de derechos humanos y de una misión de las Naciones Unidas, y el campo de refugiados permaneció aislado del resto del mundo durante varios días, lo que se tradujo en infinidad de rumores.
Human Rights Watch y Amnistía Internacional documentaron posteriormente la existencia de crímenes de guerra. Mohammed Bakri logró colarse en Jenin con una cámara y preguntar a los residentes palestinos sobre lo que estaba sucediendo, lo que dio origen al documental. En la batalla murieron al menos 50 palestinos y 23 soldados, según los datos de Human Rights Watch y del propio ejército israelí. Los daños materiales fueron cuantiosos, especialmente por la destrucción completa de cientos de viviendas.
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