Israel trata de sacudirse las críticas y cesa a dos oficiales por el ataque a convoy de la ONG del chef José Andrés
Otros tres mandos han sido apercibidos, al entender que "gestionaron mal información crítica" y "violaron las reglas de enfrentamiento".
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han decidido cesar a dos oficiales y apercibir a otros tres por el ataque en el que murieron siete trabajadores de la ONG estadounidense del chef José Andrés, World Central Kitchen (WCK).
Israel mantiene que el ataque se debió a un "error", al creer que en él viajaban dos milicianos armados de Hamás. La investigación concluyó que las fuerzas israelíes identificaron a dos "pistoleros" en los camiones de ayuda mientras el convoy se dirigía a un almacén en Deir al Balah, y cuando los vehículos abandonaron el lugar tras la descarga, "uno de los comandantes supuso erróneamente que los pistoleros iban dentro de los vehículos y que se trataba de terroristas de Hamás".
Esta es la conclusión fundamental de la pesquisa independiente encargada por el Ejército al Mecanismo de Investigación y Evaluación de Hechos (FFAM), un cuerpo liderado por el mayor general Yoav Har Even, encargado de ofrecer la mayor información posible para decidir si se abre una investigación criminal sobre incidentes en combate.
Los hallazgos de la investigación fueron presentados este jueves al jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Herzi Halevi, y hechos públicos este viernes, cuando también se llevaron a cabo sesiones informativas con embajadores y cuerpo diplomático.
"Las fuerzas no identificaron los vehículos en cuestión como asociados a WCK. Tras una identificación errónea por parte de las fuerzas, atacaron a los tres vehículos WCK basándose en la clasificación errónea del evento y la identificación errónea de que los vehículos tenían agentes de Hamás en su interior", señala la investigación.
Los mandos sancionados, entre ellos el jefe de operaciones para el Mando Sur, "gestionaron mal información crítica" y "violaron las reglas de enfrentamiento" marcadas por el Ejército israelí.
En el ataque murieron el palestino Saifeddin Ayad Abutaha, la australiana Lalzawmi Frankcom, el polaco Damian Soból, el canadiense-estadounidense Jacob Flickinger y los británicos John Chapman, James Henderson y James Kirby.
Aunque iba perfectamente identificado, el convoy de WCK recibió el impacto de tres misiles disparados por un dron, lo que fue "una grave violación de las órdenes y de los procedimientos operativos estándar de las Fuerza de Defensa de Israel", concluyó.
"Los hallazgos de la investigación indican que el incidente no debería haber ocurrido. Quienes aprobaron el ataque estaban convencidos de que su objetivo eran agentes armados de Hamás y no empleados de WCK", indicó el FFAM, que también apuntó "errores en la toma de decisiones".
Tras analizar las conclusiones del informe, Halevi adoptó la siguientes medidas: cesar al comandante de apoyo de fuego de la brigada, un oficial con rango de mayor; y al jefe de la brigada, un coronel en la reserva; además de amonestar a los comandantes tanto de la brigada como de la 162.ª división, que opera en el centro de la Franja.
Además, Halevi "reprenderá formalmente" al jefe del Comando Sur, por "su responsabilidad general en el incidente. "Nos tomamos en serio el grave incidente que se cobró la vida de siete trabajadores humanitarios inocentes. Expresamos nuestro profundo dolor por la pérdida y enviamos nuestras condolencias a las familias y a la organización WCK", indicó.
El Ejército aseguró que considera "de vital importancia" la actividad de las agencias humanitarias en la Franja y se comprometió a garantizar su seguridad.
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