Este artículo se publicó hace 3 años.
Israel extrema la vigilancia digital de la población palestina de Cisjordania
La reciente revelación de un programa que anima y premia a los soldados que fotografíen a más palestinos en los territorios ocupados muestra que Israel sigue incrementando la vigilancia digital de la población civil. Las imágenes faciales de palestinos de
Eugenio García Gascón
Actualizado a
Esta semana ha transcendido la existencia de un sofisticado programa de vigilancia del ejército israelí que impulsa a los soldados a fotografiar a todos los palestinos de los territorios ocupados, incluidas mujeres, niños y ancianos, e introducir las imágenes en una base de datos que permite identificar y controlar en todo momento a la población de Cisjordania.
El programa lo ha revelado un informe de The Washington Post que recoge declaraciones de soldados que han participado en esa empresa y lo han denunciado a Breaking the Silence, una ONG israelí integrada por exmilitares contrarios a la ocupación, desde el anonimato para evitar ser identificados y castigados por las autoridades.
El programa vierte el reconocimiento facial en una red de cámaras y teléfonos inteligentes que se incorpora a un depósito denominado Blue Wolf, con cuya base de datos se contrastan las fotografías. El programa responde emitiendo colores que alertan a los soldados para indicarles si la persona en cuestión debe ser detenida, arrestada inmediatamente o ignorada.
Ori Givati, de Breaking the Silence revela que hay "un sistema de vigilancia digital extremadamente invasivo"
Los soldados llaman al programa coloquialmente el "Facebook de los palestinos". Sus responsables alientan a los soldados a fotografiar a toda clase de palestinos e incorporar a diario las imágenes a Blue Wolf. Los soldados compiten entre ellos para hacer más fotografías y quienes hacen más reciben recompensas, por ejemplo permisos.
El número de fotografías realizadas no se conoce aunque el objetivo es acumular el mayor número posible con el fin de que en la base de datos esté registrada la mayor parte de la población palestina. Hasta ahora se sabía que existía el programa pero los datos que aportan The Washington Post y Breaking the Silence indican que es mucho más amplio de lo que se creía.
Ori Givati, uno de los responsables de Breaking the Silence, confirma que la última investigación que ha elaborado esta ONG "revela la existencia de un sistema de vigilancia digital extremadamente invasivo que usan los soldados israelíes para perseguir a la población civil palestina de los territorios ocupados".
En Hebrón, al sur de Cisjordania, se han instalado cámaras en los controles militares de esta ciudad en cuyo corazón residen cientos de colonos judíos radicales. Las cámaras identifican a los palestinos antes de que ellos presenten sus tarjetas de identificación y una extensa red de circuito cerrado monitorea sus movimientos.
Los jefes militares dicen a los soldados que el programa de vigilancia es necesario para proteger a Israel del terrorismo, aunque los soldados que lo han denunciado señalan que tiene un alcance que va más allá de la lucha contra el terrorismo. Uno de los soldados entrevistados comentó que constituye "una completa violación de la privacidad de un pueblo completo".
El parlamento europeo insta a prohibir el uso del reconocimiento facial por parte de la policía en lugares públicos
Según la organización de derechos civiles AccessNow, el uso de la vigilancia y del reconocimiento facial que practica Israel está entre los despliegues más elaborados de esta tecnología en todo el mundo para controlar a una población.
El ejército rehúsa dar explicaciones sobre el programa y asegura que la vigilancia de los palestinos son "operaciones rutinarias de seguridad" que forman parte de la "lucha contra el terrorismo", y que los militares "se esfuerzan para mejorar la calidad de vida de la población palestina".
Este mes de noviembre el parlamento europeo instó a prohibir el uso del reconocimiento facial por parte de la policía en lugares públicos, un asunto que preocupa a muchos europeos que consideran que restringe la libertad de los ciudadanos. En al menos una decena de ciudades de EEUU, incluidas Boston y San Francisco, también se ha prohibido el uso de tecnología de reconocimiento facial por los mismos motivos.
El debate sobre esta cuestión está cada día más vivo en Occidente. También en EEUU, donde la policía y otras agencias de seguridad insisten en la necesidad de usar el reconocimiento facial. Un estudio oficial realizado en EEUU señala que una veintena de agencias gubernamentales de ese país utiliza tecnología de este tipo porque les ayuda a identificar a sospechosos durante las protestas. Quienes defienden el uso de esta tecnología sostienen que su prohibición socavará en Europa la lucha "contra el crimen y el terrorismo".
Dentro de Israel se observa el movimiento de un sector del gobierno, la policía y los servicios secretos que quiere introducir cámaras de reconocimiento facial en ciertos lugares del país, pero al mismo tiempo otros sectores, como la agencia de protección de la privacidad, se oponen al proyecto. Naturalmente, Israel aplica unos criterios bien distintos en los territorios ocupados.
"Ya no nos sentimos cómodos para socializar porque las cámaras siempre nos filman", dijo este palestino de 49 años
El abogado de la Asociación de Derechos Civiles de Israel Roni Pelli cree que el ejército debe "desistir inmediatamente" de un programa que viola sistemáticamente derechos fundamentales de los civiles. "Mientras los países desarrollados imponen restricciones sobre la fotografía, el reconocimiento facial y la vigilancia, la situación descrita (en Hebrón) constituye una grave violación de derechos básicos como el derecho a la privacidad, al tiempo que se incentiva a los soldados a sacar tantas fotos como sea posible de hombres, mujeres y niños en una especie de competición".
El vecino de Hebrón Yaser Abu Marjiah, padre de cuatro hijos, declaró a The Washington Post que desde la guerra de 1967, cuando Israel ocupó Cisjordania, la vida se ha ido haciendo más difícil para los palestinos de la ciudad y que la nueva vigilancia digital ha quitado a los civiles los últimos vestigios de privacidad.
"Ya no nos sentimos cómodos para socializar porque las cámaras siempre nos están filmando", dijo este palestino de 49 años. Y agregó que ya no deja que sus hijos salgan a jugar a la puerta de su casa y que sus familiares que viven en zonas con menos cámaras evitan visitarlo en su casa.
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