La imagen de Javier Milei se desploma en apenas dos meses en el Gobierno argentino

Todos los resultados de las encuestas y los análisis sobre campañas electorales coinciden en que Javier Milei tiene una fuerte caída en la aceptación pública. Algunos dicen que bajó nueve puntos desde la toma de posesión, otros hablan de siete puntos, pero es un proceso rápido y que no tiene muchos antecedentes, porque los anteriores gobernantes, en la etapa conocida como luna de miel (cuando acababan de asumir el cargo), subían y subían en la aceptación.

Algunos consultores mencionan que ya registran un 10% de arrepentidos de haber votado a La Libertad Avanza (LLA). Varios consideran que el proceso de caída es insostenible, otros afirman que la única esperanza de Milei está relacionada con bajar la inflación, algo que por ahora está muy lejos. Otros defienden que el Gobierno tiene margen porque la oposición, en especial el peronismo, está muy dañada.

Página/12 conversó con ocho de los encuestadores más conocidos del país para pedirles un diagnóstico ahora que va a cumplirse, el próximo sábado, apenas dos meses de la llegada al poder del nuevo presidente.

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Siete puntos abajo y arrepentidos

Raúl Timerman, del Grupo de Opinión, sostiene que "tanto la opinión sobre la gestión de Gobierno como la opinión sobre Milei cayeron siete puntos. Estaban en 55%  de aprobación y ahora están en 48". Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por Shila Vilker. "Pero hay un dato interesante –continúa Timerman– : entre los que votaron a Milei, hay un 10% que nos dice que está arrepentido. Hay que ver cómo evoluciona eso", plantea el analista.

"El principal problema para la gente sigue siendo la inflación y todavía ve más responsabilidad en el Gobierno anterior que en éste, pero ya el 42% le adjudica la culpa a Milei", concluye Timernman.

Nueve puntos abajo

Roberto Bacman es el titular del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP). Según sus datos, "el presidente perdió nueve puntos de imagen positiva en dos meses. Tenía 61% de aprobación y ahora tiene 52. Una caída muy fuerte. Pero hay otro fenómeno. La sociedad se polariza. Es habitual en procesos electorales: la gente está a favor de tal y en contra de tal. Pero esa polarización no sigue después. Ahora tenemos 47% que se considera oficialista y 40% que se considera opositor. En el medio, apenas 10% que afirma ser independiente. No es normal"

"Las principales preocupaciones son la inflación y los salarios que consideran bajos o muy bajos. En ambos casos las cosas empeoraron con el actual Gobierno, especialmente con los aumentos que el encuestado considera más importantes: alimentos, bebidas, luz, gas, teléfonos móviles. En ese marco, apenas hay un 20% que dice que llega a fin de mes y el 50%  afirma que tiene que ajustar gastos para llegar. Esto explica la polarización y una mala perspectiva para el Gobierno, a menos que las cosas mejoren. Lo real hoy es que Milei está empezando a perder votantes propios y votantes que no eran propios que los agregó al vencer. Lo que se viene es complicado", redondea.

División y el futuro atado a la inflación

Hugo Haime, titular de Haime y Asociados, analiza oficialismo y oposición. "Hoy tenemos una balcanización política que, por un lado, fortalece al Gobierno pero, por otro, lo condiciona. Y el escenario de fondo, es un Gobierno que cada día pierde opiniones positivas. El no-peronismo es mayoritario en términos de gobernadores.

Dentro del peronismo tenemos rupturas como las de Jaldo y un peronismo cordobesista que se comporta en forma independiente. Todo esto se expresa en la Cámara de Diputados con un peronismo que suma la mayor cantidad de senadores y diputados pero no es mayoría. En términos de opinión pública ya sabemos que es un Gobierno que no suma apoyo sino que lentamente lo va perdiendo. Su destino está atado a la baja de la inflación”.

Sin luna de miel y Milei sin tiempo

"Luna de miel no hay", afirma Analía Del Franco, de Del Franco Consultores. "Estos meses parecen haberse convertido en un período para tratar de sostenerse y no desmoronarse por debajo del 45% de opinión positiva. Es verdad que Milei nunca transitó por altos niveles de aprobación, de manera que está acostumbrado. Hay una franja que votó a Milei y que empieza a mostrarse decepcionada. Mantiene su núcleo duro: varones de sectores populares, menores de 30 años y sobre todo del interior del país. Comparado con otros inicios de gestión, la perfomance es regular o mala. La opinión pública tiende a darle entre seis meses y un año para conseguir logros. Parece muy poco, porque Milei habla de que necesita periodos mucho más largos".

Signos de desilusión o desesperación

Eduardo Fidanza, de Poliarquía, analiza que "el análisis de los primeros 60 días es ambiguo y depende de quién lo haga. Si nos atenemos a los datos de opinión pública, se observa una rápida y significativa caída de la aprobación del Gobierno, desde niveles altos, lo que le permite al oficialismo seguir sosteniendo, con razón, que dispone de una base de apoyo. Sin embargo, más allá de las estadísticas, los estudios cualitativos y la conversación cotidiana, empiezan a evidenciar sentimientos de desilusión, entre los votantes a Milei, y, en general, angustia y desesperación por el aumento de precios, que ha dejado a los presupuestos familiares, muy por debajo de la cobertura de las necesidades de alimentación, salud y educación".

"Desde la perspectiva política, el juicio sobre la marcha del Gobierno muestra a un presidente, y su núcleo más cercano, convencido de que está en el camino correcto, y una oposición que, con matices, apunta a las debilidades del programa oficialista, básicamente en el plano económico y político. En resumen, no encaja la magnitud de la transformación a la que aspira Milei, con el escaso apoyo político que dispone, y una sociedad que empieza a mostrar signos de desilusión, temor y desesperación. Lo que viene dependerá de que el Gobierno obtenga resultados pronto, que permitan una bajada significativa de la inflación sin que ocurra un demoledor retroceso. De lo contrario, el proyecto libertario podría debilitarse mucho más pronto de lo que sus participantes llegan a imaginar", explica el titular de Poliarquía.

Caos y pérdida de apoyo social

"El inicio de la nueva gestión está siendo caótico en lo político, social, económico y comunitario", afirma Marina Acosta, de Analogías- Paradójicamente es un caos planificado por el propio Gobierno. "El objetivo: imponer su agenda y eliminar las correlaciones de fuerza. Pero lo más importante es que estamos asistiendo al impacto que tienen las consecuencias del brutal programa de ajuste en los sectores medios y bajos; irremediablemente, eso hará que vaya perdiendo apoyo social. En este sentido, de los datos de nuestro último estudio se concluye que Milei cuenta con un acompañamiento social relativamente bajo si se tiene en cuenta el poco tiempo que lleva en el Gobierno".

¿Cuánto va a durar esto?

Alfredo Serrano Mansilla del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), hace un análisis más global. "Lo primero y principal es que mintieron respecto a terminar con la casta, entendiéndose casta como la vieja política. En la CELAG hemos calculado el índice de casta de este Gobierno. De 78 altos cargos, 55 son hombres y mujeres que ya estuvieron en gobiernos y en gestiones anteriores con una alta responsabilidad. Por lo tanto, lo primero es que hay un gran fraude electoral".

"Lo segundo es que libran una batalla cultural para que se naturalice el sacrificio hasta el extremo, con un país en que el 95% está cada vez peor, lo que incluye a la clase media. Y con una democracia militarizada. Lo que sí han logrado es construir una mega coalición, en la que no tendríamos que hablar de opositores blandos. Estos sectores son gobernantes blandos más que opositores. ¿Cuánto va a durar esto? No lo sabemos porque también es difícil de saber: no sabemos si hay resignación o voluntad de cambiar la actual situación".

Una catástrofe social

Artemio López, de Equis, hace un diagnóstico duro. "Tras dos meses de gobierno, sucede lo obvio: la catástrofe social avanza. La inflación de diciembre, después de la devaluación de Milei, fue del 25%. Enero será similar. Dos adultos y dos niños necesitan 495.000 para no ser pobres y en enero eso irá para arriba, obviamente. En ese mismo lapso, los salarios privados formales ascendían a mediados de diciembre, a 394.000 pesos en bruto, aplicando los descuentos de ley, quedaron 315.000 de bolsillo, apenas el 62% del valor de la canasta de pobreza de diciembre. Esa relación difícilmente mejorará en los meses sucesivos. Un jubilado, en marzo, cobrará, con el aumento de la Ley de Movilidad, unos 140.000 pesos".

"Lo dicho, una catástrofe social se avecina. Sobre esta base, la imagen presidencial cae y se hará insostenible. El tiempo en que esto suceda no lo podemos determinar sin caer en vaticinios sin sustento" concluye López.

A los dos meses de haber asumido, la mayoría de los presidentes se acercaban al 70% de popularidad. Pese al discurso oficial, basado en encuestas de consultoras que no registran antecedentes, la imagen de Milei sufre un notorio deterioro. El dato adicional es que esas relativamente malas evaluaciones se producen en tiempos en que todavía una parte de la población afronta los aumentos con el aguinaldo de fin de año, pero en vísperas de los golpes que se preparan para febrero y marzo. En especial las tarifas y los altísimos costes que implicarán el regreso a clases y la secuencia de despidos que asoman en el panorama.