Este artículo se publicó hace 4 años.
CoronavirusLa icónica imagen que deja el coronavirus: un hombre muerto en las calles de Wuhan
La cuarentena a la que está sometida la ciudad explica la soledad en la que murió este ciudadano, cuyo cadáver fue encontrado muy cerca del Hospital Wuhan Número 6, uno de los principales centros para el tratamiento del virus.
La imagen es impactante y probablemente quedará como icono de la epidemia del coronavirus de la que tanto se habla estos días. Su autor es el fotoperiodista de la agencia AFP, Héctor Retamal: el cuerpo de un hombre muerto permaneció durante varias horas tirado en la acera de una calle de Wuhan, la ciudad china epicentro de la epidemia, antes de que los servicios sanitarios se lo llevaran.
El hombre, que puede tener más de sesenta años, lleva una máscara protectora blanca sobre la cara. Vestido de negro, está tumbado sobre su espalda, en la posición decúbito supino, con sus brazos a lo largo. Aunque no se se puede establecer un vínculo categórico entre su muerte y el coronavirus –podría haber muerto por otra razón–, la cuarentena a la que está sometida la ciudad de Wuhan —las autoridades han ordenado el aislamiento a más de 50 millones de personas en toda la provincia– desde la semana pasada explica la soledad en la que murió esta persona. Además, el cadáver apareció a unas pocas docenas de metros del Hospital Wuhan Número 6, uno de los principales centros médicos para el tratamiento de personas afectadas por el virus.
La policía y las autoridades sanitarias locales, contactadas por AFP, no pudieron proporcionar ningún detalle más sobre las circunstancias de su muerte.
Lo cierto es que un periodista de AFP vio el cuerpo muerto el jueves por la mañana frente a una tienda de muebles. Luego, poco después, fue testigo de cómo la Policía y los servicios sanitarios llegaron con trajes de protección completos. Después de examinar el cuerpo, el personal médico colocó cuidadosamente una manta azul sobre el cuerpo.
Los agentes de Policía, visiblemente nerviosos, rodearon el cuerpo con cajas para ocultarlo a la vista del público, antes de que un equipo de científicos forenses examinara con más detenimiento el cuerpo.
Una vez terminado el trabajo, agentes y sanitarios se quitaron sus trajes completos, antes de ser rociados inmediatamente con desinfectante por sus colegas.
Una vecina de la calle que se aproximó a la escena del incidente, afirma, visiblemente afectada y a modo de corolario: "Es terrible. Muchas personas han muerto en los últimos días".
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