Este artículo se publicó hace 2 años.
Horas claves en la crisis de Ucrania tras la negativa de EEUU y la OTAN a que la Alianza frene su expansión
EEUU y la OTAN entregan sus esperadas respuestas por escrito a Rusia. Todos los ojos viran ahora a la reacción del Kremlin, que podría utilizar este fracaso como base para una escalada bélica, continuar negociando o perpetuar la tensión sine die.
María G. Zornoza
Bruselas-Actualizado a
- "¿Estamos más cerca de la guerra ahora que hace dos semanas?"
– "Las tensiones están aumentando y vemos más tropas rusas, no solo en Ucrania sino también en Bielorrusia. Esto añade tensión y preocupación y demuestra que no hay desescalada, pero al mismo tiempo hace más necesario encontrar una solución política y pacífica", ha contestado Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, tras anunciar que la Alianza Atlántica ha entregado la respuesta a las peticiones rusas.
Los aliados y Estados Unidos, en coordinación, han remitido a Moscú la respuesta por escrito a los tratados que Vladimir Putin presentó en diciembre exigiendo un compromiso sobre la no expansión de la OTAN al Este, en especial alusión a la no incorporación de Ucrania y Georgia al foro.
Los documentos remitidos son fieles a la postura que Occidente lleva clamando desde hace semanas. No hacen ninguna concesión: mantienen que la puerta de la Alianza se queda abierta y que cada Estado soberano es dueño de su propio destino. Este esperado movimiento, sin embargo, llega en un momento de alto voltaje.
Francia abandera en estos momentos al bloque comunitario para impulsar la vía diplomática
Estados Unidos ha advertido hoy mismo, de nuevo, que la invasión a Ucrania se produciría a mitad de febrero aunque, también durante esta jornada, Kiev ha señalado que las tropas movilizadas en su frontera son "insuficientes" para un gran ataque.
En la UE se distancian del alarmismo norteamericano reduciendo el tono de Washington. No perciben como tal la inminencia del ataque. De hecho, Francia abandera en estos momentos al bloque comunitario para impulsar la vía diplomática. El Elíseo ha reunido a representantes galos, alemanes, ucranianos y rusos para resucitar el formato de Normandía y mantener una línea directa con el Kremlin, después de que los europeos se quedasen marginados en las negociaciones de desescalada previa. El propio Emmanuel Macron mantendrá una importante conversación telefónica con Putin el viernes.
Fuentes diplomáticas descartan que la UE y Estados Unidos hayan orquestado una especie de estrategia de "poli bueno y malo" con Putin porque la "situación es demasiado tensa como para ese juego".
Al final del día, la visión del mundo, los intereses en juego y la maquinaria diplomática son diferentes para Washington y Bruselas, que por su parte sí coinciden en que de producirse la agresión rusa, las consecuencias económicas serán "masivas".
La buena noticia es que la vía diplomática continúa abierta. La mala es que este mar de reuniones inconcretas no puede durar para siempre
La buena noticia es que la vía diplomática continúa abierta. La mala es que este mar de reuniones inconcretas no puede durar para siempre. Y la realidad sobre el terreno es que el cruce de acusaciones, el despliegue de material bélico en el flanco oriental y las amenazas están dejando un escenario sombrío. Lo que hay en juego no es para nada banal. Josep Borrell, Alto Representante de Exteriores de la UE, habla del momento más peligroso desde la Guerra Fría. Y el presidente estadounidense, Joe Biden, ha señalado que "si avanza con todas las fuerzas sería la mayor invasión desde la Segunda Guerra Mundial y podría cambiar el mundo".
"Preparados para lo peor"
"Mientras que trabajamos por una buena solución por la desescalada, también nos estamos preparando para lo peor", ha afirmado el líder de la Alianza. Desde 2014, la OTAN ha incrementado su presencia en los países del Este de Europa. Y está preparada para intensificar su material bélico en el Mar Negro y en el Báltico. Pero el envío de tropas a Ucrania está directamente descartado. Un escenario que cambiaría si el país vecino de Rusia fuese miembro de la OTAN. El sagrado Artículo 5 establece que si uno de los aliados es atacado, lo son todos. Y como tal deben responder. Solo se activó durante los ataques del 11-S.
La OTAN tiende la mano al "diálogo y a la transparencia"
Los cruciales documentos remitidos a Moscú no son ni propuestas ni una base a la negociación. Son una declaración por escrito de cuál es el margen de maniobra en estos momentos. Y no es muy amplio, al menos para Rusia.
La tensión en Ucrania entra en horas y en terreno clave. Y también desconocido
Aunque se mantienen con cuidado hermetismo, la OTAN ha revelado que ofrece al Kremlin el diálogo en base a tres ejes: el regreso a las oficinas en Moscú y Bruselas; restablecer los canales de comunicación para fomentar la transparencia y rebajar las tensiones; y un nuevo acuerdo de armas que reduzca los riesgos de un choque nuclear, químico, cibernético o biológico.
El noruego, que representa a los 30 países aliados, ha exigido, además, la retirada de las tropas rusas de Ucrania, Georgia y Moldavia reiterando que la suya es una "alianza defensiva que no busca la confrontación" pero advirtiendo de que "no comprometerá sus valores" ni "su seguridad".
Y, ¿ahora qué?
El choque de trenes continúa. Y nadie sabe a ciencia cierta si la palanca de freno va a activarse in extremis. En Bruselas y en Washington defienden que todo está en el tejado de Rusia. La tensión en Ucrania entra en horas y en terreno clave. Y también desconocido. Porque nadie sabe cuál va a ser la reacción de Vladimir Putin. Un escenario es que perciba la respuesta occidental como una afrenta, la rechace y se convierta en el pretexto de una escalada bélica de consecuencias impredecibles. Otro es que el presidente ruso acceda a continuar las negociaciones y la tensión comience a rebajarse, algo que no sería un cheque en blanco. Y un tercero es que la situación se empantane durante meses y años con picos como los que se están produciendo en estos momentos.
Medio mundo mantiene ahora la respiración y todos los ojos viran a la reacción del Kremlin. Las próximas citas serán determinantes. Anthony Blinken, secretario de Estado estadounidense, prevé reunirse con su homólogo ruso Sergey Lavrov durante los "próximos días". La OTAN y EEUU dicen que son serios en su ofrecimiento a "la vía diplomática" y que es el turno de Rusia de elegir cuál es su postura. De la forma que la crisis tome estos días pende el tablero de ajedrez de los próximos años y la vida de muchas personas.
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