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La hermética batalla por Jersón frena su referéndum de anexión a Rusia

Kiev mantiene un silencio casi total sobre el estado de la contraofensiva una semana después, aunque anuncia que ha recuperado dos localidades. Rusia ha tachado de fracaso la operación en varias ocasiones, aunque reconocen bombardeos en toda la región.

Mapa con la situación de la guerra en Ucrania el 5 de septiembre.
Mapa con la situación de la guerra en Ucrania el 5 de septiembre. EUROPA PRESS

Hace ya una semana desde que el Ejército de Ucrania anunció el inicio de una contraofensiva para recuperar terreno en el frente sur de la guerra, es decir, en la región de Jersón, que cayó en manos rusas casi por completo durante los primeros días de la invasión ordenada por Vladimir Putin el pasado febrero.

Las autoridades ucranianas han guardado un silencio casi total sobre el avance de su contraofensiva desde entonces, ya fuera por seguridad o por evitar informaciones desfavorables. No obstante, las primeras informaciones oficiales apuntan a leves éxitos que confirman analistas internacionales, servicios de inteligencia occidentales y el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW).

Este último think tank estadounidense asegura que ha confirmado "de forma independiente" la "liberación" de al menos un emplazamiento en la región de Donetsk y otro en la de Jersón, enclave estratégico por su salida al Mar Negro y sus comunicaciones con la Crimea ocupada. Aunque el movimiento de Ucrania también ha servido para alejar el fantasma de un referéndum en la región ocupada para integrarla en la Federación Rusa.

No obstante, los expertos advierten en cada actualización de que este tipo de operaciones no se deciden en el plazo corto y que hay que esperar semanas o meses para ofrecer un análisis certero. Los analistas apuntan a que será una campaña de desgaste prolongada en un momento crucial en el que Ucrania dispone de más armamento de precisión facilitado por los aliados occidentales, a los que debe convencer de que los esfuerzos militares y económicos para apoyar su resistencia están sirviendo de algo.

La contraofensiva ha quedado eclipsada por el temor creciente a un desastre nuclear debido a los constantes ataques alrededor de la central nuclear de Zaporiyia, región vecina a Jersón. Se trata de la planta nuclear más grande y potente de Europa, está bajo control ruso desde hace meses y ha tenido que desconectar su último reactor en funcionamiento debido a los bombardeos de los que Rusia y Ucrania se acusan mutuamente. No han cesado ni con la visita del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que ha advertido en numerosas ocasiones del peligro de los combates en la zona y ha dejado una misión permanente de vigilancia en la central.

Dos pueblos recuperados

El pasado domingo empezó a hablarse abiertamente desde fuentes oficiales ucranianas de lo que se considera el primer hito de la campaña. La fotografía de un soldado ucraniano colocando la bandera nacional sobre el tejado de un hospital ha servido a la propaganda de Kiev para asegurar que sus tropas han recuperado parcial o totalmente el área cercana a Vysokopillia. Se trata de una población de menos de 4.000 habitantes ubicada aún a más de 130 kilómetros al norte de Jersón, la capital de la región, pero ubicada a pocos kilómetros de la margen izquierda del rio Dniéper, que marca una frontera natural decisiva para el éxito de la contraofensiva.

Tras esta imagen vendida como heroica, el presidente Volódimir Zelenski se refirió este lunes al  avance de sus tropas, aunque manteniendo el hermetismo que se ha instaurado. "No contaré los detalles, pero las banderas ucranianas están volviendo a los lugares donde deben estar por derecho".

Según Zelensky y varios de sus asesores, en los últimos días, el 42º batallón separado de Infantería Motorizada de las Fuerzas Armadas de Ucrania habría "liberado dos localidades en el sur" y otra, también sin especificar, en el frente del Donbás.

Son informaciones parciales, ya que el Ministerio de Defensa de Ucrania ha prohibido a los periodistas informar desde primera línea y ha instado a la prensa a "no cuestionar las acciones del comando y no servir como herramientas adicionales de la propaganda rusa". Por su parte El ISW ha confirmado al menos dos de estos logros citados por Kiev tras analizar imágenes de satélite, informaciones oficiales de ambos bandos y publicaciones en redes sociales.

Rusia insiste en el fracaso

Por su parte, desde Moscú insisten casi a diario en que la ofensiva ucraniana ha fracasado, aunque el Kremlin lleva lanzando este mensaje desde el primer día de la contraofensiva. La última declaración en ese sentido ha llegado este lunes por voz de Kirill Stremousov, subjefe de la administración cívico militar en la región. Según la agencia rusa TASS, Stremousov habla de 3.000 muertos en las filas ucranianas desde el inicio del contragolpe.

La última vez que Moscú hizo balance sobre la situación en este frente fue el viernes y hablaba de 330 militares ucranianos. Rusia y sus lugartenientes en la región han reconocido combates encarnizados y constante bombardeos sobre edificios de varias ciudades de la región y sobre la capital, la única capital regional bajo control ruso. De hecho, uno de los bombardeos verificados por imágenes en redes sociales con geolocalización es el del hotel Zateryanny Mir, el pasado sábado. Se trata de un gran complejo considerado "cuartel general" de las tropas rusas y las milicias prorrusas en la región, según otro portavoz del Mando Sur ucraniano.

Suspendido el referéndum de anexión a Rusia

A pesar del fracaso que trata de vender Moscú, las autoridades prorrusas de la nueva administración impuesta en Jersón han informado este lunes de que aplazan sus planes de celebrar un referéndum para su integración en Rusia, como ya se hizo con Crimea en 2014.

El anuncio ha sorprendido por dos razones. La primera, porque se reconoce abiertamente que el rumbo de la contraofensiva está alterando la situación en la zona. La segunda, porque nunca ha estado claro el avance de la organización de este referéndum más allá de declaraciones puntuales en los últimos meses. Las últimas referencias lo fijaban para otoño, pero sin concreción.

"Nos hemos preparado para la votación. Queríamos organizar el referéndum lo antes posible, pero debido a los actuales acontecimientos, pienso que por ahora haremos un paréntesis", ha dicho nuevamente el subjefe prorruso de la Administración Militar-Civil de la región, Kiril Stremousov, a la televisión pública rusa, recoge EFE.

Según los analistas, también han influido en este aplazamiento los diversos asesinatos de autoridades prorrusas en la región. Son varios los atentados con bomba o tiroteos a quemarropa que se atribuyen a "partisanos" que nutren una resistencia ucraniana a la ocupación desde hace meses.

Destruir la cadena de suministros

Ucrania anunció su contraofensiva hace ocho días, aunque en realidad lleva tiempo hablando de una campaña para recuperar el sur. Siempre ha huido de marcar objetivos concretos y sus portavoces han pedido paciencia ante una campaña basada en debilitar a las tropas rusas destruyendo su cadena de suministros, en lugar de reconquistar territorio con infantería y blindados.

Desde el pasado julio, las fuerzas armadas ucranianas han destruido o dañado varios puentes sobre el río Dniéper, lo que dificulta el abastecimiento de las tropas rusas ubicadas en la margen izquierda. Este lunes, Natalia Humeniuk, portavoz militar del Mando Sur de Ucrania, ha reiterado que hay tres puentes sobre el río Dniéper dañados e inutilizados. Las fuerzas rusas han construido pontones sobre el agua y utilizan barcos y ferris para seguir abasteciendo a su tropa, pero también están bajo la línea de fuego ucraniana, ha insistido, sin dar un número exacto de objetivos alcanzados. Hablan de bombardeos contra puestos de mando, depósitos de municiones y nodos logísticos que harían difícil que Rusia pudiera mantener su despliegue en la margen derecha del Dniéper.

En concreto, se han bombardeado los puentes de Antonivka (uno de los más importantes, junto a la ciudad de Jersón) y de Nueva Jakovka (unos 50 kilómetros río arriba), lo que impide el refuerzo de los contingentes rusos en la región ocupada y dificulta el abastecimiento de los militares destacados allí. No obstante, añadió que cualquier mínimo avance ucraniano por tierra es respondido por constantes bombardeos rusos a gran distancia.

Balance de tropas en ambos lados

Kiev no ha dado detalles de su despliegue sobre Jersón. Un oficial de una brigada ucraniana, Taras Berezovets, indicó al canal de televisión Espresso que en la orilla derecha del río Dniéper quedan actualmente unos 20.000 soldados rusos y prorrusos.

En una entrevista con la revista rusa Meduza, crítica con el Kremlin, el analista militar Rob Lee, del estadounidense Instituto de Investigación de Política Exterior (FPRI), asegura que gran parte de las unidades militares ucranianas están compuestas por reservistas y voluntarios sin demasiado entrenamiento. Eso hace difícil avanzar y asegurar posiciones. Por eso la estrategia se centra en ataques muy preciosos y a gran distancia gracias a los sistemas de misiles HIMARS facilitados por EEUU, y los MLRS británicos. También se han reportado desde fuentes ucranianas bombardeos de tanques y bases rusas en la región mediante los drones armados Barayktar.

Para el analista militar, cruzar el río Dniéper "será difícil" y mucho más mantener la ofensiva una vez lo cruce, pero apunta a cierta "ventaja de Ucrania en artillería" que le permitirá "seguir atacando detrás de las líneas rusas" aunque no traspasen el río.

Por su parte, no está claro el daño infligido a las escuadras militares rusas, aunque diversas fuentes apuntan a que el Kremlim inició hace semanas una campaña de reclutamiento de voluntarios para destinar al frente del sur de Ucrania y del Donbás.

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