La UE adopta la 'estrategia Afganistán' y se abre a dialogar con los rebeldes sirios

El futuro de la Siria posterior a Al Asad es esperanzador, pero altamente incierto. Esa es la máxima que resuena más fuerte en los pasillos de Bruselas una semana después de la caída de Damasco y de la huida del dictador a Rusia. La UE se abre a establecer contactos con los rebeldes de Hayat Tahrir al-Shams (HTS), milicia de raíz yihadista que controla el 48% del territorio país. El gran interés de los europeos pasa por que Siria se estabilice para que los refugiados regresen y no haya nuevas olas migratorias. Entretanto, en Bruselas también guardan silencio sobre las incursiones y bombardeos de Israel en Siria.

En agosto de 2021, cuando los talibanes tomaron el control de Kabul y regresaron al poder en Afganistán, la UE asumió que debía establecer algún tipo de cooperación con los radicales "sin que ello significase reconocimiento". Bruselas dibujó una serie de prerrequisitos como el respeto del nuevo régimen del Estado de Derecho, los derechos humanos y especialmente los de las mujeres, y el establecimiento de un Gobierno de transición inclusivo. Tres años después, el hostigamiento de los fundamentalistas ha sido especialmente feroz contras las mujeres, a las que han anulado y prohibido hasta hablar. "La esperanza de progreso y empoderamiento que había comenzado a tomar forma se ha transformado en un vendaval de restricciones draconianas que silencian y someten a mujeres y niñas", denuncia Amnistía Internacional sobre la situación en Afganistán.

Con respecto a Siria, en Bruselas preparan el terreno para establecer contactos a nivel de trabajo, todavía no políticos, con las nuevas autoridades de Damasco. "Hay una nueva esperanza, esperamos que la pesadilla de tantos años termine. Ahora lo más importante es una Siria estable con la que establecer contactos y pasar mensajes de cuáles son nuestras expectativas. Ya tratamos con los talibanes, pero no los reconocemos. La idea es trabajar con nuestros principios en Siria", reconoce una fuente europea. "El acompañamiento debe quedar claro, si no sería dejar el espacio a otros. Hay que estar estar ahí y preservar la integración”, afirma otra fuente.

Kaja Kallas, la nueva Alta Representante de la UE para la política exterior, ha detallado en su reciente visita a la ciudad jordana de Aqaba, donde este sábado se celebró una conferencia internacional sobre Siria, que estos principios son la estabilidad, la soberanía y la integridad territorial, el respeto a las minorías, la no radicalización, el fortalecimiento de las instituciones, la unidad del gobierno —que incluya a todos los grupos de Siria— y la rendición de cuentas por los crímenes cometidos.

En los pasillos comunitarios se impone la cautela ante la incertidumbre en la evolución del conflicto. Como en el caso de los talibanes, casi nadie vio llegar un acontecimiento que en cuestión de días sacudió la región. Sin embargo, ni en el caso de Afganistán ni en el resto de los países de la primavera árabe el cambio se tradujo en esperanza y una vida mejor para millones de ciudadanos. Los habitantes de Libia, Túnez, Egipto y Yemen viven en guerras civiles, Estados fallidos o bajo la batuta de nuevos dictadores.

"Esperemos que sea para bien", afirmó recientemente Josep Borrell, antiguo jefe de la diplomacia europea, sobre el cambio de cuartel en el país. El español recordó el perfil yihadista de HTS "aunque sus integrantes hayan cambiado el turbante por un blazer azul". La organización escindida de Al Qaeda ha intentado edulcorar su imagen a sabiendas de que todos los ojos de la comunidad internacional están puestos sobre ellos. Y en la UE celebran de momento su moderación. Sin embargo, los 27 ministros de Asuntos Exteriores, reunidos este lunes en Bruselas, no sacarán a Hayat Tahrir al-Shams de su lista de organizaciones terroristas ni tampoco darán ningún paso ipso facto sobre las sanciones impuestas a lo largo de la última década contra Al Asad y sus colaboradores. La UE mantiene su Acuerdo de Asociación con Siria congelado desde el inicio de la primavera árabe y todavía ve prematuro revisar su postura.

Siria es un país geoestratégicamente valioso. Rusia, el que hasta ahora había sido el gran valedor del régimen de Al Asad, mantiene en Latakia su única base militar del Mediterráneo. Pero lo que más les preocupa a los europeos es la dimensión migratoria. "Esperemos que no haya una oleada de refugiados. El contexto migratorio está muy presente en todos los debates", reconoce una fuente. "La inmigración está en la mente de todos, por eso creemos que una Siria estable es la mayor garantía de que no vamos a ver esos flujos", coincide otra.

La obsesión de la mayoría de países europeos es que los refugiados sirios que acogieron tras la crisis de 2015 regresen a su país. Más de la mitad de ellos han congelado los procedimientos de asilo. Y Austria va más allá y ha anunciado que apoyará a los sirios que deseen regresar a su país de origen con un bono de retorno de 1.000 euros. "El país necesita ahora a sus ciudadanos para reconstruirse. Los procedimientos de asilo en curso para los ciudadanos sirios en Austria seguirán suspendidos", ha señalado el canciller austriaco Karl Nehammer. Bruselas ya se ha abierto a financiar estos retornos, un "incentivo" de regreso que no convencen a España. Todos en la UE reconocen que nadie es capaz de decir si es seguro volver a Siria "en una, dos o tres semanas”.

Entretanto, aunque en Bruselas apelan constantemente a la importancia de mantener la soberanía e integridad territorial de Siria, se impone el silencio sobre los múltiples bombardeos de Israel y sus planes de doble la presencia de los colonos en los Altos del Golán. Incluso algunas delegaciones europeas se muestran comprensivas alegando el temor a que un país vecino esté controlado por un grupo con raíces en Al Qaeda.