España se desmarca de los países europeos y no congela las solicitudes de asilo a los sirios
¿Es la Siria post-Assad un país seguro y estable? Algunos como Austria no tienen duda de ello y planean la deportación de decenas de miles de refugiados sirios en un momento de caos e incertidumbre.
Bruselas--Actualizado a
Finlandia, Suecia, Dinamarca, Bélgica, Países Bajos, Alemania, Francia, Grecia, Italia. Cada vez son más los países europeos que se apresuran a congelar la tramitación de asilo de nacionales sirios después de 13 años de guerra y de la reciente caída del dictador Bashar al Assad. Algunos como Austria van más allá y anuncian sus intenciones de deportar a decenas de miles de ellos. Mientras, España se convierte en una de las pocas excepciones en mantener sin cambios su política de asilo.
La UE congeló las relaciones con Siria en 2011 durante los primeros compases de la Primavera Árabe. Las protestas lograron tumbar a los regímenes de Libia, Túnez y Egipto, pero el sirio Bashar al Assad logró prolongar, gracias al respaldo de Rusia e Irán, su presidencia de mano de hierro hasta hace escasos días.
Pese al conocimiento de sus métodos de tortura en las cárceles sirias −que reveló Amnistía Internacional hace años− o el aplastamiento de la oposición, en los pasillos de Bruselas llevaba meses tomando fuerza la idea de normalizar las relaciones con Damasco y con el régimen alauita. El objetivo era claro: retornar a los cientos de miles de refugiados sirios que han llegado al bloque comunitario en la última década. Esta normalización y buena relación ya se había construido por el mismo motivo con el Estado fallido de Libia, el dictador egipcio Abdelfatah al Sissi y el cada vez más autoritario Kaïs Saied.
La caída de Al Assad, que ha huido junto a su familia a Rusia, ha supuesto la excusa perfecta para que los europeos vayan preparando el camino del retorno en un momento de creciente ascenso del discurso antiinmigración y de la extrema derecha. Una decena de países europeos han suspendido el procedimiento de asilo para los ciudadanos sirios.
Austria incluso está preparando un plan de "retorno y deportación" a Siria que podría alcanzar al 40% de los 100.000 ciudadanos procedentes de este país que residen en su territorio. "La caída del régimen de Assad cambia la situación general en Siria. El país necesita ahora a sus conciudadanos. Apoyaremos a cualquiera que quiera regresar a su tierra natal. Los actuales procedimientos de asilo están suspendidos por el momento", afirma a través de redes sociales el canciller Karl Nehammer.
España, la excepción
España es, por lo pronto, la excepción. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha detallado que "las solicitudes de asilo de ciudadanos sirios son pequeñas, a diferencia de lo que ocurre en otros países de la Unión Europea". Justifica con base en ello que "no es necesario tomar ninguna medida adicional".
En línea con la estrategia marcada por la Comisión Europea saliente, el nuevo Ejecutivo comunitario, que arrancó el pasado 1 de diciembre, mantiene una línea ambigua. Bruselas se limita a subrayar que los procedimientos de asilo recaen bajo la competencia de los Estados miembro, pero apela a la necesidad de respetar las reglas comunitarias y las obligaciones internacionales. Tanto la Comisión Europea como la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) reconocen que cada país tiene el derecho de posponer −que no cancelar− el examen de una solicitud de asilo en el caso de que se hayan producido cambios en el país de origen. La situación vigente en Siria es "cambiante".
Sin embargo, el retorno de estas personas en las actuales circunstancias son palabras mayores. Según el Derecho Internacional, debe producirse de forma “voluntaria, segura y digna” y siempre y cuando los cambios en cuestión duren y sean estables. El polvorín y futuro sirio son, sin embargo, inciertos, frágiles, volátiles y altamente imprevisibles.
El debate sobre Siria como 'país seguro' tensiona a la UE
Una de las cuestiones que fermenta este debate es la de si Siria es o no un país seguro. Ya durante los últimos meses, todavía bajo el dominio de Al Assad, varios Estados miembros presionaban para cambiar el estatus a país seguro para el retorno y proceder así con los traslados. La UE, por lo pronto, no ha modificado su calificación. El Pacto de Asilo y Migración, que se acordó hace ahora un año y entrará en vigor a más tardar en 2026, no recoge un listado de países seguros ni una definición. Deja esta interpretación a cada país europeo en un momento en el que el cierre de fronteras y el endurecimiento de la concesión de asilo son el denominador común en buena parte de los Veintisiete.
Ante esta nueva situación, varias ONG o eurodiputados han hecho sonar la voz de alarma. "Es necesario tener cautela con el retorno de refugiados. La caída de Al Asad puede abrir la puerta al retorno de refugiados de Europa, pero los estados europeos corren el riesgo de precipitarse antes de que el país esté a salvo", advierten desde el Consejo Europeo para los Refugiados y Exiliados (ECRE, por sus siglas en inglés). "Un debate sobre la migración está fuera de lugar mientras la situación en Siria no sea estable y podamos estar seguros de que las minorías, las mujeres y los kurdos pueden vivir allí con seguridad", advierte la eurodiputada alemana de Los Verdes, Hannah Neumann, en una entrevista con Welt.
Turquía e Israel han afilado sus cuchillos con la sangre todavía caliente para marcar terreno y reclamar su porción en el país
La UE asiste como mera espectadora a los desarrollos en Siria, a pesar de producirse en una región geoestratégicamente muy importante y con mucho impacto para los europeos. Entretanto, vecinos como Turquía e Israel han afilado sus cuchillos con la sangre todavía caliente para marcar terreno y reclamar su porción en el país.
"Instamos a todos los actores a evitar más violencia, a garantizar la protección de los civiles y a respetar el derecho internacional, incluido el derecho internacional humanitario. Instamos, especialmente, a la protección de los miembros de todas las minorías. Es imperativo que todas las partes interesadas entablen un diálogo inclusivo, dirigido por los sirios, sobre todas las cuestiones clave para garantizar una transición ordenada, pacífica e inclusiva", ha reaccionado la nueva Alta Representante, Kaja Kallas.
Está por ver el rumbo que toma la nueva Siria tras la llegada de una amalgama de grupos insurgentes encabezados por los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS), una organización considerada terrorista por la UE. El fantasma de Libia, un Estado fallido dividido que saltó por los aires tras la Primavera Árabe y donde impera una ley de la selva con decenas de milicias, está muy presente. De todo ello hablarán los 27 ministros de Asuntos Exteriores en su próximo Consejo, y último de este año, que se celebrará el próximo lunes en la capital comunitaria.
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