Este artículo se publicó hace 11 años.
Estrasburgo censura a Rusia por no investigar de forma adecuada la matanza de 22.000 polacos en 1940
15 familiares de víctimas de la matanza de Katyn, en 1940, presentaron su demanda en 2007. El TEDH considera que las investigaciones de Moscú sobre los asesinatos fueron defectuosas, pero se declara incompetente para juzgar los crí
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha determinado esta mañana que Rusia no cumplió con los derechos humanos al investigar la matanza de miles de polacos en Katyn en 1940. Según la corte de Estrasburgo, las autoridades rusas, herederas jurídicas de la URSS, han "incumplido sus obligaciones sobre la responsabilidad de poner los medios necesarios para investigar la causa" que ocultaron a los familiares que habían pedido explicaciones a la justicia de Moscú.
Por contra, el TEDH ha dejado claro que no es competente para juzgar aquellos crímenes y ha rechazado la petición de compensaciones planteada por los denunciantes por considerar que no es aplicable el Artículo 41 de la Convención Europea sobre Derechos Humanos.
Tal y como concluyó Estrasburgo en abril de 2012, la revisión del fallo no da la razón a los demandantes y cree que Rusia no ha vulnerado los artículos 2 (derecho a la vida) y 3 (prohibición de la tortura) del convenio. El motivo de ello es que la corte europea no puede examinar sucesos anteriores a la fecha en la que un Estado ha ratificado el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Rusia lo hizo en 1998.
Sin embargo, cinco de los diecisiete jueces sí creen que Moscú vulneró esos dos artículos, ya que aseguran que las violaciones flagrantes de los derechos humanos, como estos crímenes de guerra, "son imprescriptibles". Agregan, en una opinión parcialmente disidente, que "este caso hubiera sido una ocasión perfecta para aplicar la cláusula humanitaria", que le permita declararse competente en violaciones "de una dimensión más amplia que las ordinarias".
Después de haber acusado de la masacre durante más de 50 años al Ejército nazi, Rusia reconoció en 1990 su responsabilidad. Entonces puso en marcha una investigación que realmente se convertiría en una farsa eterna, hasta el punto de que en septiembre de 2004, los fiscales militares paralizaron las pesquisas y en diciembre decretó que 36 de los 183 volúmenes que incluían los archivos y las pruebas de la matanza debían ser considerados como información de alto secreto.
Negaron también a los familiares de las víctimas el acceso a las motivaciones de por qué había frenado la investigación y en 2009 se justificó diciendo que al ser extranjeros no tenían el derecho a acceder a aquella información. La justicia rusa tampoco atendió la petición de desclasificación de la información formulada por una ONG rusa en 2004.
En 2007, los familiares de 12 de las víctimas denunciaron el defecto de forma en las investigaciones rusas. Según su testimonio, todos ellos fueron llevados a campos de concentración tras la invasión de Polonia por el Ejército Rojo en 1939. Un año más tarde fueron ejecutados junto a más de 20.000 prisioneros de guerra y enterrados en fosas comunes en el bosque de Katyn, cercano a Smolenk, sin haber tenido un juicio justo. El 26 de noviembre de 2010 la Duma publicó un comunicado sobre la tragedia de Katyn en el que aseguró que "el exterminio masivo de ciudadanos polacos en suelo soviético durante la Segunda Guerra Mundial" había sido ordenado por Stalin pero que era necesario "seguir verificando las listas de víctimas [...] y descubriendo las causas de la tragedia".
Meses antes, en abril, el entonces presidente de Rusia, Dimitri Medvédev, ordenó que se publicaran algunos de los documentos sobre Katyn. "Dejad que la gente lo vea, dejénles saber quién tomó la decisión de matar a los oficiales polacos", dijo durante un viaje a Copenhague. "Todo está en los documentos. Todas las firmas están allí, todos los rostros son conocidos".
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