Europa aguanta la respiración ante un posible triunfo de Trump y su efecto en los conflictos de Ucrania y Palestina
Expertos y eurodiputados coinciden en que una eventual victoria del candidato republicano tendría serias implicaciones especialmente en las relaciones internacionales de la Unión Europea y en términos de Defensa.
Madrid--Actualizado a
El 5 de noviembre es una fecha marcada en rojo en los calendarios de todos los países del mundo. Kamala Harris y Donald Trump se ven las caras en unas elecciones que, a diferencia de lo que ocurre en las de casi cualquier otro país, tienen un impacto directo en el tablero geopolítico internacional. Por eso, en Europa existe una sensación de calma chicha. Varios eurodiputados progresistas consultados por este medio señalan el peligro que representaría una victoria de Trump, que daría alas a su larga lista de admiradores en el continente y tendría un efecto directo en los conflictos de Ucrania y Palestina.
"Una posible victoria de Trump deterioraría mucho las relaciones entre las distintas regiones", comenta en conversación con Público Iratxe García, la jefa de los socialistas en la Eurocámara. Incide, entre otras cosas, en la complejidad de la situación actual, "con conflictos como el de Ucrania y el de Oriente Medio". Entre las izquierdas continentales preocupa ―teniendo en cuenta siempre los matices de cada país― que la Unión Europea termine encontrándose en medio de un escenario flanqueado por Trump, Putin, Orbán y Netanyahu.
Además, por supuesto, la victoria de Trump contribuiría a una legitimación de los discursos y postulados ultraderechistas de la cohorte de seguidores que tiene el candidato republicano en Europa, empezando por Orbán y siguiendo por Geert Wilders, en Países Bajos, o Herbert Kickl, en Austria. Eso también preocupa.
En cuanto a los efectos en la guerra de Ucrania de una eventual vuelta de Trump a la Casa Blanca, Javier Carbonell, profesor de Ciencia Política y director adjunto del think tank Future Policy Lab, señala lo siguiente: "Parte de su estrategia sería cortar la ayuda a Ucrania para que se tenga que sentar en la mesa de negociación y, a la vez, imponer unas sanciones más duras contra Rusia para lo mismo". El acuerdo, también según Carbonell, debería saldarse con "una entrega de Ucrania a Rusia de una parte de su territorio".
"Eso", continúa, "tendría un impacto tremendo en Europa". Además, el nuevo Trump, que es distinto al que gobernó entre 2017 y 2021, tiene un componente mucho más aislacionista y caminaría hacia desvincular a Estados Unidos y Europa en términos militares, de modo que obligaría a la Unión Europea a aumentar sobremanera su gasto militar, habida cuenta de que la muleta norteamericana correría serio peligro. "En cambio", resuelve el politólogo, "si gana Harris, la UE seguiría manteniendo su dependencia internacional y militar de EEUU y podría seguir incrementando su autonomía poco a poco".
Lo que aseguraría Harris, en caso de obtener el bastón de mando estadounidense, es una política internacional continuista con un firme apoyo económico y político a Kiev. Algo más impredecible es la línea que seguiría Trump, que podría poner fin a toda la ayuda militar que recibe el país gobernado por Volodímir Zelenski.
Netanyahu quiere a Trump
El carácter aislacionista que cada vez define más a Trump es clave para entender el efecto que puede tener una eventual victoria suya en el conflicto de Oriente Medio, toda vez que podría traducirse en un aumento de la libertad de Benjamín Netanyahu para llevar a cabo sus planes. No hay que pasar por alto la buena relación que mantienen ambos líderes. Trump recibió a Netanyahu en su casa de verano en de Mar-a-Lago (Florida) cuando el líder israelí visitó Estados Unidos.
Por todo eso, la politóloga experta en extrema derecha Helena Castellà apunta a que la aparición de Trump en el tablero internacional muy posiblemente entorpecería cualquier avance en las negociaciones para un alto el fuego y ni que decir tiene que también para unas eventuales sanciones a Netanyahu como exigen los partidos de izquierda españoles con presencia en la Eurocámara. "De todas formas", completa Castellà, "hay que decir que la actuación de los demócratas con respecto al conflicto en Gaza tampoco ha sido condenatoria con Israel".
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Un Trump ganador, con todo, tendría grandes implicaciones en las políticas de Defensa y en las relaciones internacionales. En eso coinciden todas las fuentes consultadas. Helena Castellà, en ese sentido, hace una observación. Explica que si el candidato republicano es presidente de Estados Unidos, figuras como Wilders u Orbán podrán ver potenciado su peso específico, pero el peligro real es "la aceptación de su discurso de odio, de las noticias falsas o los discursos racistas".
Se refiere a que a medida que van apareciendo nuevos gobiernos de extrema derecha ―y el caso de Donald Trump en Estados Unidos es todavía más importante― el discurso de los partidos de derechas o, incluso, de centroderecha corren el riesgo de escorarse cada vez más a posturas reaccionarias. Aceptarlas en la mesa de debate ya es una pérdida para el progresismo porque, de resultas, el relato permea en la ciudadanía. Estrella Galán, eurodiputada de Sumar en el grupo de The Left en la Eurocámara, subraya la habilidad de los partidos de ultraderecha para colocar marcos en cuestiones tan importantes como las migraciones.
Castellà pone el ejemplo de la propuesta de Von der Leyen, inspirada en una de la presidenta italiana Giorgia Meloni, referente a la creación de centros de retorno de migrantes en países terceros de la Unión Europea. Es la prueba perfecta, según la politóloga, de la facilidad con la que se escoran los discursos de las derechas tradicionales cuando tienen que cooperar con Gobiernos de extrema derecha.
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