parís
Actualizado:Joven, rico y formado en la prestigiosa Escuela Nacional de Administración (ENA), Emmanuel Macron, 39 años, encarna la imagen del yerno perfecto. Pero más allá de esta aura de joven prodigio, el ascenso político de este antiguo banquero de Rothschild no deja de resultar sorprendente.
El exministro de Economía fundó el movimiento político En Marche! (En Marcha!) en abril del año pasado y nunca antes había participado en una campaña electoral. La gran mayoría de los franceses no lo conocían antes de su incorporación al ejecutivo socialista a finales de agosto de 2014.
Pese a su juventud e inexperiencia política, Macron aspira a ganar las inciertas elecciones presidenciales francesas. Según los últimos sondeos, sería el candidato más votado en la primera vuelta de este domingo con un 23% de los votos y en la segunda vuelta del 7 de mayo se impondría ante cualquiera de sus rivales: la ultranacionalista Marine Le Pen (22,5%), el conservador François Fillon (19,5%) o el republicano y ecologista Jean-Luc Mélenchon (19%).
¿Cómo el joven Macron se ha erigido en uno de los líderes más destacados de la política francesa? ¿Cómo el candidato de En Marche! ha impulsado su movimiento político en tan sólo un año? El ascenso de Macron refleja la otra cara del poder, más allá de los congresos, las primarias de los partidos y las elecciones democráticas.
Si hay una persona que ha contribuido a impulsar la carrera del líder centrista, es Jean-Pierre Jouyet. Tras haber terminado sus estudios en la ENA, Macron integró en 2008 el prestigioso cuerpo de la Inspección general de las fianzas, donde trabajó como asistente de su director, Jouyet.
Este amigo histórico del presidente socialista François Hollande no es un don nadie en Francia. Jefe del gabinete del presidente de la Comisión Europea Jacques Delors en los noventa, Secretario de Estado de Asuntos Europeos durante la presidencia de Sarkozy o Secretario General del Eliseo con Hollande; Jouyet representa el paradigma del tecnócrata que ocupa cargos de poder desde hace treinta años, cohabitando entre la derecha y la izquierda. “Gracias a la influencia de Jouyet, Hollande eligió a Macron como su consejero en materia económica durante las primarias socialistas de 2011”, asegura Marc Endeweld, autor de la biografía L’ambigu monsieur Macron.
Según este periodista del semanario Marianne, el mentor de Macron también influyó directamente en su elección como Secretario adjunto del Eliseo en 2012 y en su nombramiento como Ministro de Economía.“Resulta sorprendente que Macron llegara al poder por su perfil técnico, cuando en realidad siempre quiso hacer política”, explica el periodista Nicolas Prissette, autor del libro Emmanuel Macron, en marche vers l’Elysée. Aunque militó en el Partido Socialista (PS) entre 2006 y 2008, no participaba en las tareas orgánicas de esta formación. En cambio, su primera actividad política destacada tuvo lugar en 2008 como ponente de una comisión de expertos sobre el crecimiento económico, encargada por Sarkozy y animada por el antiguo consejero socialista Jacques Attali
La comisión Attali permitió a Macron codearse con grandes empresarios, como el propietario de la compañía de seguros Axa, Claude Bébéar; el presidente de Nestlé, Peter Brabeck; o el gestor de fondos de inversiones Serge Weinberg. De hecho, este último lo promocionó como gerente asociado del Banco Rothschild en Francia.
Tanto como inspector de finanzas o banquero, “Macron siempre supo destacar por encima de sus compañeros y esto le ha permitido rellenar su agenda de contactos”, afirma Endeweld. Unos vínculos con las élites económicas que se estrecharon durante su paso por el Ministerio de Economía.
El candidato preferido de los empresarios y las startups
Por este motivo, no sorprende la simpatía que despierta la candidatura de Macron entre buena parte de los dirigentes del Cac40 (la bolsa de París). No sólo le apoyan grandes empresarios próximos al socialismo francés, como Pierre Bergé (copropietario del diario Le Monde), sino también una parte de la patronal tradicionalmente vinculada a la derecha, como el propietario del grupo de lujo Louis Vuitton (Bernard Arnault) o el polémico Vincent Bolloré (presidente de los grupos Canal + y Vivendi).
Este respaldo aún resulta más extendido entre los dirigentes de las nuevas compañías tecnológicas francesas. Reputado por haber sido el ministro de las startups, el líder centrista ha recibido el apoyo de emprendedores como Bruno Bonnell, fundador de la compañía de videojuegos Atari y empresario en el sector de la robótica, o Marc Simoncini, fundador de la web de citas Meetic. Macron aspira, de hecho, a presentarse “como el candidato del nuevo capitalismo francés, de un patronato más moderno y favorable a la globalización”, explica el periodista del diario digital Mediapart Mathieu Magnaudeix, que sigue al candidato centrista durante la campaña.
Dirigentes de multinacionales francesas componen, asimismo, el equipo de campaña de Macron. Uno de los encargados de elaborar su programa en materia de seguridad y defensa es Didier Casas, el director general adjunto de la compañía de telefonía móvil Bouygues. Éste ha abandonado su puesto sólo de forma temporal para participar en la campaña del exministro.
Cenas privadas muy chic para financiar En Marche!
Christian Dargnat, un exdirigente del banco BNP Paribas, gestiona las finanzas de En Marche!., que se financia sólo a través de donaciones privadas. A principios de marzo, este movimiento disponía de 8 millones de euros obtenidos gracias sus 30.000 donantes privados, según reveló Mediapart. Aunque la mayoría de los simpatizantes han dado 50 euros, ha habido más de 160 donantes que han contribuido con más de 5.000 euros (la donación máxima que puede recibir un partido es de 7.500 anuales, más 4.600 que puede recibir el candidato durante la campaña).
Los responsables de En Marche! han reunido una parte significativa de sus fondos a través de fiestas privadas muy chic en las que piden donaciones a los invitados.
“En sólo una de estas cenas que se celebró en París pocos días antes de Navidad, ganaron más de 100.000 euros”, afirma Magnaudeix. Estos actos no sólo se han organizado en territorio francés, sino también en Londres, Nueva York e, incluso, hubo una fiesta en el acomodado distrito bruselense de Uccle, donde reside la mayoría de los expatriados fiscales franceses. “Dargnat ha hecho constantes viajes a Londres para recaudar fondos y Macron participó en tres actos privados durante un desplazamiento que hizo a la capital británica a finales de febrero”, recuerda el periodista de Mediapart.
A través de un préstamo bancario de 8 millones de euros más las donaciones privadas, el líder centrista “ha prácticamente alcanzado los 21 millones, el presupuesto máximo de un candidato a las presidenciales”. Gracias a sus contactos con las élites políticas y económicas, el joven Macron ha puesto en marcha toda una máquina electoral.
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