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Elecciones FranciaLas listas ciudadanas toman el relevo de los chalecos amarillos en las municipales francesas
Las candidaturas municipalistas irrumpen como una de las grandes novedades en los comicios de este domingo en Francia. Pretenden movilizar al electorado desencantado con la clase política, pero se confrontan al obstáculo de una baja participación a causa del coronavirus.
París-
Unos comicios atípicos y amenazados por una fuerte abstención. Cuando Emmanuel Macron llegó a la presidencia francesa hace tres años, las elecciones municipales de 2020 estaban marcadas en rojo en el calendario. Representaban la votación más importante en la mitad del mandato del joven dirigente. Pero al final esta campaña ha quedado relegada por un contexto nacional marcado, primero, por la fuerte contestación a la reforma de las pensiones. Y después por la crisis del coronavirus.
Los más de 47 millones de electores franceses votarán este domingo en la primera vuelta de los comicios para elegir a los gobiernos municipales del conjunto del país. Unas elecciones que se celebran mientras se multiplican los casos de Covid-19 en Francia. 91 personas han muerto y 4.500 se encuentran contagiadas, tras haberse duplicado en las últimas 72 horas. Esta crisis sanitaria amenaza con una caída significativa de la participación. Sin embargo, uno nuevo actor ha emergido en esta campaña para atraer a los desencantados de la política: las "listas ciudadanas".
En grandes ciudades como Marsella, Toulouse o Montpellier, pero también en modestas localidades como Forcalquier en los Alpes, Chambéry o Commercy (nordeste). El mapa de Francia se ha llenado de puntos rojos que simbolizan estas candidaturas, inspiradas por los chalecos amarillos así como los "Ayuntamientos del Cambio" españoles. Hasta 384 "listas ciudadanas" se presentan en los comicios de este domingo y del 22 de marzo (fecha en la que está prevista la segunda vuelta), según la asociación Action commune que coordina estas distintas iniciativas participativas.
"Los partidos políticos tradicionales generan un gran rechazo en Francia y esto favorece una renovación de la oferta política", explica Lenny Benbara, que trabaja como consejero de comunicación en la lista municipalista Nous Sommes (Nosotros Somos) en Montpellier. "El Partido Socialista y la Francia Insumisa se encuentran en una situación de gran debilidad y esto ha favorecido que surgieran este tipo de listas ciudadanas", añade. Este joven analista, muy interesado por las tesis del populismo de izquierdas, recuerda que "existe una gran diferencia entre la España de 2015 en la que Podemos se codeaba por los primeros puestos en los sondeos y la situación actual en Francia", de mayor debilidad de las fuerzas de izquierdas, aunque la ebullición social no ha dejado de crecer en los últimos años.
Posibilidad de ganar en Toulouse y Marsella
Sin embargo, algunas de estas candidaturas municipalistas no solo cuentan con posibilidades de llegar a la segunda vuelta —para ello necesitan el 10% de los sufragios—, sino también para ganar. Es el caso de Le Printemps marsellais (La Primavera marsellesa) que aspira a desalojar a Los Republicanos (socios del PP en Francia) del Ayuntamiento de Marsella, donde gobiernan desde hace veinticinco años. Para ello, conformaron una unión de partidos de izquierdas, desde los socialista hasta la Francia Insumisa de Mélenchon, pasando por los comunistas. Una alianza a la que se sumaron sindicatos y movimientos sociales locales, que cuentan con la mitad del poder de decisión de la candidatura.
También en la lista L’archipel citoyen (El archipiélago ciudadano) aspira a dar la campanada en Toulouse. Impulsada desde 2017, esta iniciativa municipalista destaca por sus mecanismos participativos. Un tercio de los miembros de esta lista fueron elegidos por sorteo, otro tercio seleccionado por personas ajenas al candidato y el resto a través de primarias. "Si ciudades como Marsella, Toulouse o Burdeos son ganadas por estas listas ciudadanas, esto representaría un cataclismo en el paisaje político francés", defiende el sociólogo Albert Ogien, investigador en el prestigioso Centro Nacional de Recerca Científica (CNRS, por sus siglas en francés).
Según este especialista en nuevas formas de democracia, la emergencia ahora de estas candidaturas también refleja "el fracaso de la promesa de renovación política que comportó la elección de Macron en 2017", cuyos primeros años de mandato han reforzado la dinámica de la Quinta República de concentrar el poder en la figura del presidente. Una intervención escasa de la ciudadanía en la toma de decisiones que denunciaron los chalecos amarillos.
"La influencia de los chalecos amarillos en la aparición de estas listas ciudadanas ha sido enorme", afirma Raul Magni-Berton, profesor en Sciences Po Grenoble e impulsor del Referéndum de Iniciativa Ciudadana (RIC), una de las principales reivindicaciones de la revuelta amarilla. Según recuerda este politólogo, estas candidaturas están formadas sobre todo por militantes políticos y asociativos —categorías sociológicas distintas a las mayoritarias en la revuelta de finales de 2018—, "pero ese movimiento les hizo creer que era posible hacer política de otra forma". Además, miembros de los chalecos amarillos tienen un peso central en candidaturas municipalistas como en Commercy (en Lorena), donde el año pasado impulsaron la primera asamblea de las asambleas del singular movimiento.
También la lista municipalista Décidons Paris —con gran protagonismo de la Francia Insumisa y que cuenta como cabezas de lista con Danielle Simonnet y el exfutbolista Vikash Dhorasoo— propone como una de sus medidas estrellas la creación de un RIC a nivel municipal. Un mecanismo que a través de la recogida de firmas del 5% de los electores parisinos permitiría organizar un referéndum. "Decidimos utilizar la palabra RIC para incrustarnos en la continuidad de los chalecos amarillos. Buena parte de nuestros militantes participaron en sus manifestaciones", explica Marion Beauvalet, candidata en el distrito X de Décidons Paris, cuyas perspectivas resultan modestas. Los sondeos solo le conceden el 6%, dado que la socialista Anne Hidalgo acapara el voto útil de izquierdas.
"Nos hemos inspirado en Barcelona en Comú"
Algunas de estas "listas ciudadanas" se inspiran en el modelo de Saillans, una pequeña localidad del centro-oeste de Francia que desde 2014 ha ensayado un modelo de democracia horizontal. Pero muchas de ellas también cuentan como referente con Ada Colau. "Varias de estas candidaturas utilizan el nombre «En Común», esto es una referencia evidente al caso de Barcelona", explica Ogien, refiriéndose, por ejemplo, al movimiento París en Común impulsado por Hidalgo o Grenoble en Común, liderado por el alcalde ecologista Eric Piolle.
"Nos hemos inspirado mucho en el ejemplo de Barcelona en Comú", reconoce Alenka Doulain, de 30 años, la joven cabeza de lista de Nous Sommes en Montpellier. Su lista es una de las que muestra una mayor afinidad respecto a las experiencias españolas: "En 2018 pedimos a la gente de Barcelona en Comú y desde entonces nos hemos reunido al menos en cuatro ocasiones con ellos". "También apostamos por la feminización de la política. Contamos con cuatro portavoces mujeres", añade Doulain, quien explica que en los debates internos favorecen las lógicas deliberativas en lugar de competición interna.
"Somos partidarios de la autogestión. Pero no apostamos por asambleas en las que todo el mundo pueda decir la suya, sino por organismos internos bien organizados que comuniquen de forma transparente al resto de militantes", asegura Doulain, quien presume de que "contamos con más de 300 militantes. Somos la lista con unas bases más movilizadas sobre el terreno". Una movilización que compaginan con una comunicación rompedora con la tradición de la izquierda, al hacer una apuesta decidida por el liderazgo de la joven candidata. En sus carteles aparece solo una gran foto de ella con el eslogan "Alenka 2020". ¿Les suena de algo?
Según los sondeos, Nous Sommes cuenta con posibilidades para colarse en la segunda vuelta de los igualados comicios de Montpellier, en los que múltiples candidaturas de derechas e izquierdas se encuentran entre el 7% y el 15%. Para ello, aspiran a movilizar a los votantes desencantados con la política tradicional. Pero se confrontan con un obstáculo inesperado: el coronavirus. "Es probable que nos perjudique, ya que el electorado apostará por opciones más conocidas", reconoce Doulain.
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