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Diez meses de matanzas y 40.000 palestinos muertos quitan a Israel toda credibilidad internacional

Con 40.000 palestinos asesinados, Israel se alinea con los regímenes más atroces en su empeño por imponer su voluntad sobre la sangre de sus enemigos, sean niños o mujeres.

Un palestino sentado junto a los escombros de un edificio tras un ataque israelí
Un palestino sentado junto a los escombros de un edificio tras un ataque israelí, a 11 de agosoto de 2024.  EP

En Doha siguen las negociaciones por una tregua en Gaza en la que casi nadie confía. Ya lo dijo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu: no habrá paz si Hamás no es aniquilado antes. Así, mientras los mediadores presentan en Catar la enésima propuesta de alto el fuego, que esta vez sí "cierra todas las brechas", en Gaza sigue la masacre y crecen las acusaciones de genocidio contra Israel.

El objetivo de Netanyahu es permanecer en el poder y se sirve de la guerra para ello. De ahí que las negociaciones que se celebran en Catar, sin la presencia de una de las partes, Hamás, no le preocupen lo más mínimo ni determinarán lo que hará mañana en Gaza, donde ya son más de 40.000 los palestinos muertos por la guerra de Netanyahu, la mayor parte niños y mujeres.

Incluso aunque se alcanzara un acuerdo de alto el fuego en Doha, Bibi Netanyahu siempre sabrá bloquearlo, como ha hecho en todas las otras ocasiones en las que estuvo a punto de concretarse una tregua para detener la barbarie de la guerra de Gaza, donde, en los más de diez meses que van de contienda, han muerto una media de 130 personas diarias.

Solo hubo un alto el fuego, en noviembre pasado, y ese quizá fue el mayor error de la política maquiavélica de Netanyahu, pues la población israelí supo entonces que se podía hablar con Hamás.

Los rehenes, el arma de Netanyahu para continuar la guerra

Tampoco le preocupa realmente la liberación del centenar de rehenes israelíes que aún están en manos de Hamás y que fueron secuestrados junto a otros 140 durante el ataque terrorista perpetrado por esas milicias el 7 de octubre pasado. De ese centenar de cautivos, buena parte pueden estar ya muertos, pero eso al primer ministro israelí le importa poco lo que pase en Doha.

Le interesa más la imagen de esos rehenes en manos de Hamás para azuzar el odio de su país contra los palestinos

Le interesa más la imagen de esos rehenes en manos de Hamás para azuzar el odio de su país contra los palestinos y continuar sus masacres. También para acaparar la simpatía de algunos países europeos, empeñados en ver a Israel como la última reminiscencia de las Cruzadas, cuando Europa se extendió a Oriente Medio.

Son muchos los países europeos que consideran a Israel como la única democracia en Oriente Medio, pese a ser el único país acusado de genocidio ante los tribunales internacionales.

La posición de Francia, Reino Unido o Alemania es, así, incomprensible. En este último país pesa mucho el recuerdo del Holocausto judío y un sentimiento de culpabilidad que impide a su Gobierno entender que lo que ocurre en Gaza hoy día es otro genocidio, pero llevado a cabo por un Estado creado después de la Segunda Guerra Mundial para compensar de alguna forma la Shoá cometida por los nazis.

Los cautivos de Hamás le sirven también a Netanyahu para encontrar apoyo en Estados Unidos, donde la fuerza del lobby judío en el Congreso y las simpatías proisraelíes de los dos candidatos a presidentes en las elecciones de noviembre, Kamala Harris y Donald Trump, blindan ese respaldo.

Ni el talante "demócrata" de Harris la salva de sus simpatías sin fisuras por el Israel de Netanyahu, también ayudada por la relación de su esposo, judío, con ese lobby empresarial, mediático y político antes citado.

De Trump poco se puede decir más, sus contactos continuos con Netanyahu en los últimos meses apuntan a que, si llega al poder, quizá acabe con la guerra de Ucrania, como ha prometido, pero en el caso de los territorios palestinos solo se puede esperar lo peor.

La democracia asesina de Oriente Medio

Los 40.000 muertos y 92.000 heridos dan una idea del nivel de destrucción en Gaza y el alcance de las tropelías perpetradas por esa nación que se jacta de ser la única democracia real en Oriente Medio. La misma calificación que, en todo caso, le da Occidente.

Según dijo este jueves Volker Türk, responsable de derechos humanos de la ONU, en la guerra de Gaza se están produciendo numerosas violaciones del derecho internacional humanitario por parte de las dos partes involucradas directamente en el conflicto. Sin embargo, Türk fue contundente: es el Ejército israelí el principal responsable del sufrimiento palestino.

Y son las acciones criminales de ese Ejército, incluso a la hora de incumplir las mínimas reglas de la guerra, las que han convertido a Gaza en un auténtico infierno y al otro territorio palestino, Cisjordania, en su antesala.

La ONU e incluso Estados Unidos, aliado acérrimo de Israel, han denunciado las violaciones de los derechos humanos también cometidos por el Ejército israelí en Cisjordania. Allí, los altercados y violencia generados por la guerra de Gaza han causado cerca de 600 víctimas mortales palestinas desde el 7 de octubre por el ataque de colonos ilegales judíos y unidades del Ejército israelí.

Al estilo del Ku Klux Klan

Este jueves, por ejemplo, un centenar de colonos judíos encapuchados asaltaron la aldea palestina de Jit al peor estilo del Ku Klux Klan, quemaron casas y vehículos, y asesinaron al menos a uno de los habitantes palestinos. La Casa Blanca calificó este ataque como inaceptable e instó a Israel a poner fin a estos incidentes.

Pero estas palabras de su mejor aliado le entran por un oído y le salen por el otro a Netanyahu. Al contrario, la guerra en Gaza ha incrementado la ocupación ilegal de tierras palestinas en Cisjordania, su confiscación y su entrega a esos colonos, que están dispuestos a cometer cualquier crimen para proteger las propiedades robadas a los palestinos.

La guerra en Gaza ha incrementado la ocupación ilegal de tierras palestinas en Cisjordania

Este viernes, la ONU responsabilizó al Gobierno israelí del incidente de Jit y lo acusó de proteger los asentamientos ilegales judíos, dotando de impunidad a los colonos, que en muchas ocasiones cometen sus crímenes protegidos por el Ejército hebreo. Algunos de los miembros del Gobierno extremista de Netanyahu son precisamente colonos radicales de Cisjordania.

Pero no solo desoye el Gobierno israelí a la ONU y desobedece las resoluciones aprobadas por su Consejo de Seguridad ordenando un alto el fuego inmediato en Gaza, sino que dificulta su acción humanitaria, bombardea sus instalaciones y asesina a sus trabajadores.

Más de 186.000 muertos en realidad

Sobre las cifras de víctimas, mientras el Gobierno ultranacionalista y ultraortodoxo de Netanyahu afirma que están hinchadas, grupos internacionales de defensa de los derechos humanos y la propia ONU señalan que posiblemente estén muy lejos de la realidad, pero a la baja: habría muchas más víctimas de esta guerra que las señaladas por los propios palestinos.

Investigadores de la prestigiosa revista británica The Lancet, citados por el diario estadounidense The Washington Post, subrayaron que no parecen infladas las cifras de muertos ofrecidas por las autoridades sanitarias palestinas, más bien lo contrario, pues se basan en casos reportados por las familias y los centros médicos.

"La información que tenemos sobre este conflicto es mucho mejor que probablemente la de todos los conflictos más recientes de alto perfil", como Ucrania, Etiopía, Siria y Sudán, dijo Michael Spagat, profesor de economía de la Universidad de Londres, especializado en el estudio de víctimas de guerras.

Un estudio adelantó que la guerra actual en Gaza podría haber ocasionado la muerte de hasta 186.000 palestinos

En julio, un estudio revisado por The Lancet adelantó que la guerra actual en Gaza podría haber ocasionado la muerte de hasta 186.000 palestinos, con decenas de miles de cuerpos aún sin recuperar de las ruinas y muchos fallecidos por la desnutrición y las enfermedades infecciosas.

El constante trasiego de la población también ha contribuido a esa mortandad. Las órdenes del Ejército invasor son contradictorias, con órdenes constantes de evacuación, ataques a campamentos y con el hacinamiento de los desplazados en zonas cada vez más pequeñas, sin servicios médicos y sin agua potable.

La otra guerra en ciernes

Y mientras este desastre aumenta día a día en Gaza, Estados Unidos convoca a los mediadores en el conflicto, Catar y Egipto, a la actual ronda de negociaciones para buscar un alto el fuego en la Franja. Unas conversaciones a las que acudió el jueves Israel, pero en las que no participa Hamás.

Para los palestinos, las condiciones del alto el fuego en tres fases planteadas por el presidente estadounidense, Joe Biden, ya fueron aceptadas por todas las partes. En esa negociación, en el último momento Netanyahu se negó a firmar nada y prometió continuar la guerra hasta la "victoria total".

Netanyahu se negó a firmar nada y prometió continuar la guerra hasta la "victoria total"

Aunque no parece que se vaya a avanzar mucho más esta vez, al menos las negociaciones están retrasando otra guerra, esta vez de carácter regional y con Irán como enemigo a abatir.

El régimen de los ayatolás prometió desatar una oleada de represalias contra Israel por los recientes asesinatos de líderes palestinos (como el jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, asesinado en Teherán) y de Hizbulá, la milicia chií aliada de Irán, y solo la convocatoria de estas conversaciones ha parado el puño del país islámico.

A los propios iraníes no les han venido mal las negociaciones, pues al menos salvan las apariencias. Pueden perder todo su prestigio si no castigan la afrenta israelí, pero sus probabilidades de éxito contra la alianza Israel-EEUU son prácticamente nulas.

Israel llama a Francia y Reino Unido a atacar Irán cuando sea necesario

Más aún si hay una coalición internacional de amigos de Israel. Este viernes, el Gobierno israelí pidió a Francia y Reino Unido que se sumen si estalla la guerra contra Irán. Así se lo planteó el ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, a sus homólogos de Francia, Stéphane Séjourné, y Reino Unido, David Lammy, en la visita conjunta que estos dos políticos europeos hicieron a Israel.

Katz no solo pidió a Francia y Reino Unido ayuda en la defensa de Israel contra Teherán, sino su cooperación para "atacar objetivos importantes" en Irán. Netanyahu y sus extremistas en el Gobierno ya no solo apuestan por la guerra de Gaza, sino que están reuniendo a más potencias para lanzar otra, más devastadora si cabe, en Oriente Medio.

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