Este artículo se publicó hace 2 años.
Los diez focos internacionales de conflicto que seguirán en tensión en 2022
A lo largo de 2021 se han dado continuaciones de los frentes históricos, como el palestino-israelí, u otros más recientes, como el que enfrenta a Rusia con Ucrania y el resto de la Unión Europea, que continuarán siendo protagonistas en el año venidero.
Aitana Villegas Zurano
Madrid-
La política internacional ha dejado en 2021 multitud de conflictos que cierran el año con sus frentes abiertos. Algunos son de carácter histórico, como el palestino-israelí. Este, sin embargo, no ha sido el único. Al otro lado del Atlántico, Biden se ha encontrado con la misión de resolver los acuerdos que su predecesor rompió y se enfrenta a los retos tradicionales de la potencia norteamericana representados por China, Irán o Israel.
Latinoamérica también tiene sus frentes abiertos, aunque a nivel interno. Haití, por ejemplo, que ha sido históricamente castigada por las crisis económicas, políticas y los desastres naturales. O África, donde las fuerzas islamistas han encontrado su sitio. Estos son algunos de los conflictos que han acontecido durante 2021 y que continuarán latentes en 2022, según el informe de la organización International Crisis Group.
1. Ucrania
Desde que Rusia, durante el pasado mes de noviembre, moviera a una parte considerable de sus tropas a la frontera con Ucrania, los gobiernos de Occidente están preocupados por la posibilidad de un nuevo ataque contra la región.
Este conflicto, sin embargo, se remonta a 2014, cuando el Kremlin de Putin anexionó a su país la península de Crimea y dio su apoyo a los separatistas en la región oriental de Donbass, en Ucrania. La derrota militar llevó a los ucranianos a aceptar dos acuerdos de paz: los acuerdos de Minsk. Estos fueron redactados conforme a los intereses de Moscú y, desde que se firmaron, las fuerzas separatistas de Donbass han afianzado su poder ocupando dos áreas de dicha región.
Durante los últimos años el conflicto ha continuado latente, hasta que ha terminado por estallar durante este 2021: Moscú, molesto por la falta de cumplimiento de los acuerdos de Minsk por parte de Ucrania, ha tensado, además, sus relaciones con la OTAN. Por su parte, Occidente, que teme un nuevo intento de invasión por parte del gobierno ruso, debe perfilar su plan de apoyo a Ucrania. El presidente estadounidense, Joe Biden, ya ha amenazado a Putin con sanciones y un refuerzo militar en el flanco este de la OTAN.
2. Etiopía
La llegada del actual primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, al poder dio alas para pensar que el contexto de represión que vivía el país llegaría a su fin. Y así fue hasta que en 2020 Ahmed ordenó una ofensiva militar en la región de Tigray que devolvió al Estado etíope al contexto de violencia y desestabilidad de antaño.
La ofensiva vino motivada por un ataque perpetrado por los fieles al antiguo partido gobernante: el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF) que ha terminado por desencadenar una guerra civil. Fruto de ella decenas de miles de personas han muerto en combate y millones de etíopes se han visto en la obligación de abandonar sus hogares.
A ello se suman las disputas de Etiopía con Sudán por las tierras fronterizas de al-Fashqa y la Gran Presa del Renacimiento Etíope en el Nilo, caracterizadas por ser un suelo fértil.
Por el momento, un pequeño rayo de esperanza atisba el principio del fin del conflicto. Pues los líderes de Tigray han retirado sus tropas de las regiones colindantes y han apostado por poner fin a las hostilidades y dar paso a una negociación. Un paso que, según International Crisis Group, "el gobierno federal de Etiopía debería aprovechar esta oportunidad para poner fin a los combates".
3. Afganistán
La toma de Afganistán por parte de los talibanes comenzó a principios del pasado 2020, con el acuerdo entre Estados Unidos y las fuerzas talibanes por el que Washington se comprometía a retirar sus tropas. Este sirvió a los fundamentalistas para ir avanzando poco a poco y, a partir de la primavera y el verano de 2021, tomar ciudades y pueblos. La capital afgana, Kabul, no les resultó difícil y el Gobierno terminó por colapsar a mediados de agosto.
"Con la llegada del invierno" la sociedad afgana" se encuentra ante "una grave pobreza y hambre", según la ONU
El fin del conflicto, sin embargo, no supuso el fin de la tragedia. Ahora Afganistán se enfrenta a una "profunda crisis humanitaria", según la Organización de Naciones Unidas (ONU). "Con la llegada del invierno, mujeres, hombres, niños y niñas hacen frente a una grave pobreza y hambre", explicaba desde la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Nada al Nashif, en declaraciones recogidas por Europa Press.
Occidente, en su negativa a respaldar el gobierno talibán, en primera instancia optó por no destinar ayuda económica internacional al país. Sin embargo, después de haber liberado "una pequeña parte de los casi dos mil millones" de dólares a Afganistán, según International Crisis Group, "deberían dispensar el resto". La organización opina que "la alternativa es dejar morir a los afganos, incluidos millones de niños. De todos los errores que ha cometido Occidente en Afganistán, éste dejaría la mancha más fea".
4. Estados Unidos y China
La política internacional estadounidense se centró, una vez abandonado el territorio afgano, en disuadir a China. El objetivo que se persigue desde Washington es el de mantener al país norteamericano como potencia predominante en la zona indo-pacífica.
A diferencia de Biden, desde Pekín, en principio, esperaban una mejor relación internacional con la llegada del presidente demócrata. Pues busca, según el informe de la organización International Crisis Group, "una esfera de influencia en la que sus vecinos sean soberanos pero respetuosos".
El pasado mes de noviembre, los presidentes de ambos países, Biden por parte de Estados Unidos y Xi Jinping desde China, se reunieron de manera telemática. Fruto de ese encuentro, las relaciones entre ambos Estados son menos frías que anteriormente; sin embargo, la rivalidad entre ambos persiste e influye en distintos asuntos internacionales.
5. Irán contra Estados Unidos e Israel
Después de que Donald Trump abandonara el acuerdo nuclear con Irán durante su legislatura, su sucesor aseguró que, durante la suya, el país volvería a unirse. Y, aunque el equipo de Biden tardó en dar el paso, ambos países lograron durante unos meses algunos avances.
La victoria de Ebrahim Raisi en las presidenciales de Irán hizo que las negociaciones con EEUU se pausaran unos meses
La victoria de Ebrahim Raisi en las presidenciales de Irán y su apuesta el el duro control de los centros estratégicos de poder de la República Islámica hicieron que estas negociaciones se pausaran durante cinco meses. Y, una vez se retomaron, lo hizo de manera más dura.
Aunque el país de Raisi no se ha retirado del acuerdo de manera unilateral, si no restablecen un pacto en los meses venideros, el acuerdo original terminaría por sufrir variaciones. Por lo tanto, los países tienen dos opciones: llegar a un pacto más integral o dar con un acuerdo provisional.
Habría una alternativa: que Estados Unidos diera el visto bueno a los ataques israelíes que pretenden hacer retroceder la capacidad nuclear de Irán. Si esto pasase, el programa nuclear de los iraníes podría seguir sin ningún tipo de obstáculo. De esta manera, en caso de no llegar a un acuerdo, todos los peligros que propiciaron la firma del acuerdo en 2015 volverían a estar latentes.
6. Yemen
Los rebeldes hutíes que derrocaron en 2015 al gobierno de Yemen continúan avanzando. Por el momento, ya se han acercado a Shabwa, lo que les ha permitido asediar la cercana ciudad de Marib, cuya gobernación han rodeado. Se trata de otra ciudad de Yemen rica en gas y petróleo, próxima a Al-Bayda, cuyo control les pertenece.
Son lugares estratégicos, por lo que tomar dichas ciudades haría que la guerra estuviera a su favor, pues supondría una victoria no sólo militar, sino que también a nivel económico. Mientras tanto, los apoyos del presidente yemení reconocido internacionalmente, Abed Rabbo Mansour Hadi, van cayendo.
Sin embargo, una victoria militar y económica no traería consigo el final de la guerra. Por el momento, las facciones anti-hutíes continúan su lucha en los pequeños bastiones que todavía quedan repartidos por el país, como los separatistas del sur de Yemen, que cuentan con el respaldo de Emiratos Árabes Unidos.
7. Israel-Palestina
Un conflicto que no parece llegar a su fin, dado que cada cierto tiempo surgen nuevos brotes que lo impiden. El último ha sido la cuarta guerra entre Israel y Gaza, provocada por la amenaza de desalojo de los vecinos palestinos del barrio de Sheikh Jarrah.
Este episodio, que se dio durante las jornadas de Ramadán, propició un nuevo acontecimiento entre la habitual violencia motivada por ambos bandos: por primera vez en décadas, los palestinos trascendieron su fragmentación para unirse no sólo en Israel, también en Cisjordania, Jerusalén Este y Gaza. Además, Occidente vio con ojos críticos el bombardeo acontecido por el país israelí.
La tregua, sin embargo, no parece que llegue y "una solución de dos Estados que está casi fuera de alcance le da cobertura a Israel para avanzar en la anexión de facto de Cisjordania", explican desde International Crisis Group. Por lo tanto, la mejor opción que propone la organización es la de "tratar de poner fin a la impunidad israelí por las violaciones de los derechos palestinos", abordando "la situación sobre el terreno tal como está".
8. Haití
La región caribeña ha sido históricamente castigada por las crisis económicas y políticas, así como por las rencillas entre pandillas y los desastres naturales, como el acontecido el pasado mes de agosto que arrasó gran parte del sur del país.
El sucesor de Moïse es Ariel Henry, decisión que no comparten las pandillas haitianas, que han exigido su renuncia
A todo ello se ha unido este 2021 el asesinato del presidente Jovenel Moïse durante el mes de julio en su domicilio a manos de sicarios. La clase política haitiana escogió al que habría sido el primer ministro de Moïse, Ariel Henry, como su sucesor en funciones. Este permanecerá en el cargo hasta las elecciones de 2022, como han acordado varios partidos del Parlamento. Una decisión que no comparten las pandillas haitianas, que tienen influencia política y que han exigido su renuncia
Por otro lado, desde la Comisión para una solución haitiana de la crisis buscan que la transición se lleve a cabo de una manera más pausada, en un plazo de dos años y con un consejo en el que la sociedad se vea más representada hasta que se convoquen nuevas elecciones. Su objetivo es el de dar a Haití la estabilidad que consideran que precisa.
Algunos sectores de la sociedad haitiana, además, se han opuesto a la misión de mantenimiento de la paz que ha lanzado la ONU y lo mismo ocurre con la intervención militar cortesía de Estados Unidos.
9. Myanmar
En febrero de este año se produjo una sublevación militar en el país de Myanmar que derrocó al gobierno democrático de Aung San Suu Kyi y lo sustituyó por una Junta Militar, que ha tomado medidas como la cancelación del acceso a Internet, entre otras.
Los grupos armados del país han optado por distintas estrategias. Algunos se han adaptado, mientras que otros han preferido mantenerse al margen y un tercer grupo ha escogido enfrentarse al ejército, conocido como Tatmadaw.
Sin embargo, el Tatmadaw se ha duplicado y en las zonas rurales tiene uno de sus frentes más complejos: nuevos grupos de resistencia que emplean los viejos métodos de contrainsurgencia. Su plan consiste en dejar sin fondos, alimentos, inteligencia y reclutas al bando insurgente.
Los líderes que habían sido elegidos democráticamente se enfrentan a un futuro "devastador", según International Crisis Group. Aung San Suu Kyi, por ejemplo, ha sido condenada a dos años de prisión, aunque podría terminar convirtiéndose en una cadena perpetua.
10. Militancia islamista en África
Desde que en 2017 el Estado Islámico perdiera el que denominaba su califato en el Medio Oriente, en África se han disparado las revueltas vinculadas a este grupo y al Qaeda.
Los últimos frentes de estas características son el que se sitúa al norte de Mozambique y al este de la República Democrática del Congo. Además, desde el Estado Islámico reivindican una nueva provincia en la la región de Cabo Delgado en Mozambique, por lo que los ataques contra la población civil y los cuerpos de seguridad se han visto incrementados.
En Somalia y el Sahel, sin embargo, cuentan con el apoyo de Occidente. Fuerzas como a Misión de la Unión Africana en Somalia financiada por la UE, o AMISOM, entre otras, están tratando de contener a las fuerzas yihadistas.
"Si los esfuerzos extranjeros disminuyen", opinan desde International Crisis Group, "la dinámica del campo de batalla sin duda cambiaría, quizás de manera decisiva, a favor de los militantes". Sin embargo, "el enfoque centrado en el ejército ha generado mayoritariamente más violencia", argumentan y, "si las potencias extranjeras no quieren que el mismo dilema los atormente dentro de una década, deben preparar el terreno para las conversaciones con líderes militantes".
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