Este artículo se publicó hace 12 años.
Decenas de muertos por disturbios tras un partido en Egipto
Se enfretaban los equipos de Al Ahli de El Cairo y Al Masri de Port Said. La federación de fútbol egipcia suspende la liga de forma "indefinida"
Tan pronto como el árbitro señaló el final del partido que disputaban en Port Said los equipos Masry y Ahly, correspondiente a la Primera División egipcia, los ultras del Masry invadieron el terreno de juego y se lanzaron a la caza de los hinchas y jugadores del equipo visitante. Los sangrientos enfrentamientos entre ambas aficiones se saldaron con al menos 74 muertos, y un millar de heridos.
Si bien los incidentes violentos no son raros en los estadios egipcios, una tragedia de estas dimensiones no tiene precedentes en el mundo del deporte de este país. “Es un hecho desafortunado y muy triste. Es el desastre más grande la historia del fútbol egipcio”, afirmó Hesham Sheiha, el viceministro de Sanidad en las declaraciones en la televisión pública en las que ofreció el recuento oficial de víctimas.
Por su parte, el Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes, acusó a los partidarios del antiguo régimen de Hosni Mubarak de los disturbios."Los acontecimientos de Port Said son orquestados y son un mensaje de los remanentes del antiguo régimen", denunció el vicepresidente del PLJ, Esam al Arian, en un comunicado difundido en la página web del movimiento islamista.
Los jugadores y miembros del equipo técnico del club cairota del Ahly, el más laureado y con más aficionados de todo Egipto, también fueron agredidos en la refriega, y diversos resultaron heridos. Sin embargo, todos ellos pudieron escapar y encerrarse en los vestuarios, por lo que no hay que lamentar ninguna víctima mortal entre los deportistas.
Según varios testigos presenciales, en sus ataques contra sus rivales, los ultras del Masry utilizaron cuchillos, trozos de botellas de vidrio rotas, así como piedras. Fuentes médicas señalaron al periódico Al Ahram que algunos de los muertos son agentes de las fuerzas de seguridad. La ira de los seguidores fanáticos del Masry, el principal equipo de la ciudad de Port Said, es especialmente incomprensible si se tiene en cuenta que su equipo se impuso por un resultado de 3 a 1.
“Las Fuerzas de Seguridad nos abandonaron, no nos protegieron. Un seguidor ha muerto enfrente del vestuario, delante de mí”, dijo a gritos el veterano jugador del Ahly Mohamed Abou-Treika en una entrevista para el canal de televisión de cable del club cairota.
La escasa presencia policial propició que hubiera un millar de heridos
“Mucha gente ha muerto. Estamos viendo los cadáveres ahora. No había ningún miembro de las Fuerzas de Seguridad para protegernos”, declaró Mohamed Barakat, delantero del Ahly. “Esto es culpa nuestra por haber aceptado jugar el partido. Las autoridades tienen miedo de cancelar partidos de la liga porque sólo les importa el dinero, y no les importan las vidas de las personas”, añadió Barakat, reconociendo que el ambiente antes del encuentro ya se había enrarecido.
A causa de la tragedia y como muestra de luto, las autoridades decidieron suspender de forma indefinida el torneo de la liga nacional de fútbol. Los dos equipos de la ciudad de Alexandria, el Ittihad y el Smouha, tomaron la decisión unilateral de retirarse de la competición.
Ayer por la tarde también se disputaba en el estadio de El Cairo un partido entre los equipos del Ismailiya y el Zamalek, el gran rival del Ahly. El partido se encontraba al final de la primera mitad cuando llegaron las noticias de la tragedia de Port Said, y los responsables de ambos clubes decidieron cancelar el encuentro. “Es una catástrofe nacional. Hemos de mostrar solidaridad con los seguidores del Ahly y del Masry, dijo Hassan Shehata, técnico del Zamalek.
La decisión no fue del agrado de muchos aficionados. Indignados por la suspensión de su partido, los ultras del Zamalek prendieron fuego a las gradas del estadio, destrozando varios de sus sectores, según informó la televisión pública egipcia.
Aumento de la violenciaLos ultras del Masry utilizaron cuchillos, botellas de vidrio rotas y piedras
Los enfrentamientos en los estadios, sobre todo entre radicales y fuerzas de seguridad, se han incrementado de forma notable después de la Revolución Egipcia del año pasado. Según algunos comentaristas deportivos, esta podría ser la razón por la que en el estadio de Port Said no había una fuerte presencia policial. La escasa presencia de agentes ha llevado a que las invasiones de los terrenos de juego tras los partidos se hayan convertido en un hecho habitual.
Los seguidores radicales de los equipos de fútbol, sobre todo los de los dos principales clubes, el Ahly y el Zamalek, adquirieron una gran visibilidad durante la Revolución. Ambos grupos, con una larga y problemática historia con la Policía, se situaron en la línea de frente en la lucha contra las fuerzas del orden, y varios de ellos murieron o resultaron heridos.
El nuevo Parlamento democrático egipcio, que se estrenó la semana pasada, anunció anoche que celebrará una sesión de urgencia para discutir los incidentes de Port Said. Al menos por un día, cuestiones políticas como el traspaso de poderes de la Junta Militar o la creación de una comisión constituyente quedarán en un segundo plano.
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