Este artículo se publicó hace 17 años.
Crece el miedo entre la población birmana por la represión militar
La Junta Militar birmana rastrea las calles de Rangún, la ciudad principal del país, para detener a los que participaron la semana pasada en las manifestaciones prodemocráticas, reprimidas violentamente.
"La población está asustada porque hay redadas, anoche (en la madrugada del miércoles) arrestaron a casi un centenar. Recorren Rangún por la noche en camiones militares y anuncian con altavoces que tienen fotos de las personas que buscan y las van a arrestar”, denuncia por teléfono Ko Bo Kyi, portavoz de la ONG birmana Asociación para la Asistencia de Prisioneros Políticos. Los militares piden a la población que no abandone las casas ni se resista a las detenciones.
Las autoridades birmanas buscan también a los ciudadanos que enviaron fotos y vídeos a través de Internet y teléfonos móviles para documentar la carga policial. “Creemos que hay unos 2.000 detenidos pero no estamos seguros, falta información”, añade Ko desde la ciudad fronteriza tailandesa de Mae Sot. Otras organizaciones elevan la cifra hasta los 6.000.
Según testimonios entrevistados por la radio Voz Democrática de Birmania, los monjes han organizado patrullas nocturnas de vigilancia: “Nos turnamos para vigilar el monasterio desde hace cinco días. En algunos distritos, los vecinos se unen a las guardias nocturnas. Vivimos con miedo porque no sabemos cuándo habrá la próxima redada”, dijo un monje sin identificarse.
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