Este artículo se publicó hace 12 años.
Correa: asaltar la embajada ecuatoriana "sería un suicidio"
El mandatario avisa de que si la policía británica irrumpen en la legación para detener a Assange, su país "reaccionaría con firmeza, con la ley en la mano"
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha considerado que si finalmente Reino Unido cumple su amenaza de asaltar la embajada del país andino en Londres para detener al fundador de Wikileaks, Julian Assange, "sería un suicidio". Y es que el mandatario lo tiene muy claro. Para él, aunque aún subsiste ese "peligro", ya que el Gobierno británico no se ha retractado y tampoco "ha pedido disculpas", podría ser el propio Reino Unido el más perjudicado de una acción de ese tipo. "Si Reino Unido viola la soberanía ecuatoriana sería un suicidio porque después se podrían violar las embajadas británicas en cualquier parte del planeta", ha argumentado en una entrevista concedida a Ecuador TV.
Ecuador mantiene que recibió una "amenaza explícita" de Londres cuando sus autoridades, en un informe entregado a la legación diplomática, advirtieron con irrumpir en esa sede, amparadas en una legislación interna. En caso de que la amenaza británica se materialice, el mandatario ha advertido de que su país "reaccionaría con firmeza", aunque "con la ley en la mano", para hacer que se respete el Derecho Internacional, que establece la inviolabilidad de las misiones diplomáticas. En concreto, ha señalado la posibilidad de trasladar el conflicto diplomático a "instancias internacionales", entre las que ha mencionado "el Consejo de Defensa (Seguridad) de Naciones Unidas", según informa el diario El Telégrafo.
Ecuador mantiene que recibió una "amenaza explícita" de las autoridades británicas
Comparó esta pugna con una lucha desigual entre un pequeño y un gigante, aunque remarcó que si hubiesen "muchos David, sería más fácil vencer incluso a muchos Goliat". El mandatario explicó que su Gobierno da prioridad al diálogo para resolver las controversias, pero reiteró que en este caso Londres y Estocolmo han tenido posiciones "intransigentes".
"Siempre hemos estado abiertos al diálogo", pero esos gobiernos no han dado garantías a Assange ni tampoco han descartado que pueda ser extraditado a un tercer país, como Estados Unidos, donde podría ser condenado a cadena perpetua e incluso a la pena de muerte, si es procesado por delitos políticos. Ecuador cree que si Assange es extraditado a Suecia, para que preste declaraciones por los supuestos delitos sexuales que se le imputan y qué los niega, él finalmente sea llevado a EEUU, cuyo Gobierno fue uno de los más perjudicados y avergonzados por la filtración de cables diplomáticos difundidos a través de Wikileaks.
El mandatario ecuatoriano comparó el caso de Assange con el que en su momento sucedió con el exdictador chileno Augusto Pinochet, que en 1998, cuando se encontraba en el Reino Unido, fue reclamado por la justicia española. "Por ejemplo", ¿por qué el Reino Unido, que ahora se siente obligado a extraditar a Assange a Suecia, no tuvo esa misma actitud cuando España requería por crímenes a Pinochet?", se preguntó Correa tras señalar que su país ni Assange se han opuesto a la indagación sobre las acusaciones.
Correa remarcó que el caso Assange ha servido para consolidar la integración latinoamericana
Correa remarcó que el caso Assange ha servido para consolidar la integración latinoamericana, gracias al fuerte apoyo regional que ha recibido por haber otorgado asilo al fundador de Wikileaks. El presidente ecuatoriano ha expresado su confianza en que la Organización de Estados Americanos (OEA) emita una resolución "clara y contundente" contra la amenaza británica, en la reunión de ministros de Exteriores que celebrará el próximo día 24 en su sede, en Washington. "Esperamos un respaldo claro y contundente porque esto viola todo el Derecho Internacional desde hace por lo menos tres siglos", ha dicho. "Así que si no hay un pronunciamiento en este sentido sería para preocuparnos muchísimo", ha considerado.
Así, ha criticado el posicionamiento de Estados Unidos, Canadá y Trinidad y Tobago, los únicos países que se opusieron a celebrar una sesión extraordinaria sobre la amenaza británica, argumentando que se trata de un problema bilateral. "Cuando violen sus misiones diplomáticas veremos que dicen. Veremos si una amenaza de este tipo contra Estados Unidos es una amenaza bilateral", ha indicado.
En este contexto, Correa ha instado a sus colegas regionales a reflexionar sobre el papel de los países latinoamericanos en relación con el de las potencias occidentales. "Tenemos que plantearnos si seguimos siendo unos tontos útiles que firmamos absolutamente todo, cuando hay países que no se someten a nada", ha dicho. En este sentido, ha denunciado que los países latinoamericanos han suscrito todos los tratados internacionales destinados a evitar la violación de los Derechos Humanos: el Pacto de San José, -a nivel regional- y la Convención de La Haya -a nivel universal-, mientras que "Estados Unidos no ha firmado el Pacto de San José" y "Reino Unido no reconoce La Haya".
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