Este artículo se publicó hace 4 años.
Coronavirus en Reino UnidoBoris Johnson, positivo en covid-19: ¿un símbolo de su propia gestión?
El primer ministro británico permanecerá confinado durante siete días en el 10 de Downing Street. En Reino Unido el número de contagiados supera ya los 14.700 y la cifra de muertos ronda los 759.
Cristina Casero
Londres--Actualizado a
Habrá quien lo achaque al karma o incluso lo considere un acto de justicia poética, pero el hecho es que Boris Johnson, cuya estrategia frente al coronavirus ha puesto en riesgo a todo su país, ha dado positivo en covid-19.
La noticia se produce cuando el número de contagiados en Reino Unido supera ya los 14.700, el de muertos se sitúa en 759, y sólo unas horas después de que los expertos aseguraran que los servicios sanitarios tendrán que hacer frente a "un continuo tsunami" de pacientes. De hecho, ya se han habilitado dos hospitales de campaña en un centro de convenciones a la afueras de Londres y se empieza a barajar la posibilidad de que haya que acondicionar como mortuorio instalaciones como el aeropuerto de Birmingham para albergar a hasta 12.000 cuerpos -en caso de colapso de los servicios funerarios-.
Boris, aislado en Downing Street
Desde el 10 de Downing Street, donde permanece aislado, y a cuya puerta se asomó el primer ministro británico a las 20.00 horas del jueves -cuando ya presentaba síntomas- para participar en el primer aplauso colectivo a los sanitarios -un gesto importado de Italia pero en este caso promovido por los propios responsables del servicio de salud- aseguran que el test se llevó a cabo allí mismo, donde Johnson, de 55 años, "continua liderando la respuesta del Gobierno al coronavirus" por vídeoconferencia. Apuntan que así seguirá siendo durante los próximos siete días. El corresponsal político de la cadena de televisión británica ITV, Carl Dinnen, ha revelado que "el personal de la residencia le deja la comida y el material de trabajo en el suelo de la puerta" para que él lo recoja y evitar así el contacto con nadie.
Cuándo y cómo se habrá contagiado Johnson es una incógnita, aunque está por ver que haya respetado las medidas de seguridad que él mismo se ha visto obligado a reclamar a los británicos. Como ejemplo: en su última rueda de prensa, en la que insistió en la necesidad de mantener dos metros de distancia social, no le separaba ni uno del resto de participantes en la convocatoria.
Habrá que estar pendientes del Ejecutivo británico porque Johnson no es el único en esta situación. Minutos después de conocerse su contagio, el ministro de Sanidad, Matt Hancock ,con el que Johnson ha pasado mucho tiempo estas últimas semanas para gestionar la emergencia, confirma que también ha dado positivo. A la espera de conocer los resultados del resto de Ejecutivo, se ha decido que el ministro de Exteriores, Dominic Raab, sería el encargado de asumir sus funciones en caso de un empeoramiento.
Pendientes de su pareja… y de la reina
Según algunos periodistas que cubren habitualmente la actualidad del Ejecutivo británico, Carrie Symonds -la prometida de Boris Johnson, con quien comparte la residencia oficial y quien, recordemos, está embarazada y tiene previsto dar a luz el próximo verano- no ha dado positivo, pero permanece también aislada.
Y atención porque, igual que ocurrió el jueves, cuando se supo que el príncipe Carlos también había dado positivo, todas la miradas se han dirigido de nuevo al palacio de Windsor, donde la reina Isabel II está llevando a cabo su aislamiento. Buckingham Palace rechaza confirmar o desmentir si la monarca, que el próximo 21 de abril cumplirá 94 años, se ha sometido al test pero se sabe que la última vez que estuvo con Boris Johnson fue durante un audiencia el pasado 11 de marzo.
El positivo símbolo de una gestión
El positivo de Boris Johnson se ha convertido casi en un irónico símbolo de su gestión de la crisis de la covid-19. No han pasado ni cuatro días desde que el Gobierno británico decidiera finalmente ordenar el confinamiento de toda la población.
Desde que se conocieron los primeros casos en el país, su estrategia para atajar la crisis iba más enfocada en salvar la economía que la salud de la ciudadanía, y pasaba por permitir que la población británica se contagiara y acabara desarrollando así la inmunidad al virus. Él mismo aseguró en una de sus primeras comparecencias cosas como: "Veremos morir a muchos seres queridos". Y ya por entonces los expertos sanitarios le acusaban de estar ocultando información.
Aunque con cuentagotas y, a casi a regañadientes, la realidad le obligó a ir dando poco a poco pequeños pasos atrás. Primero pidió a los mayores de 70 años y a quienes presentaran síntomas que se confinaran en casa; el cierre de los centros escolares llegó cuando muchos padres ya habían optado por no llevar a su hijos. Después vino la recomendación de evitar las reuniones multitudinarias, pero sin ordenar el cierre de los locales de restauración… Finalmente, día de hoy, la situación de los británicos es similar a la del sus vecinos europeos: sólo pueden salir de casa para ir a trabajar -si no es posible el teletrabajo-, ir al médico, hacer la comprar y practicar ejercicio una vez al día.
Más de 700.000 voluntarios
Y aunque todavía hay a quien las autoridades, bajo pena de multa, tienen que seguir recordando que está prohibido salir a la calle, son muchos los británicos que parecen estar casi más concienciados que su propio Gobierno: más de 700.000 de ellos se han apuntado como voluntarios para ayudar a los servicios sanitarios y atender a los más vulnerables durante su aislamiento.
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