caracas
Actualizado:Venezuela corre tanto a nivel informativo que lo que era noticia ayer para el día siguiente ya se ha quedado completamente obsoleto. Todo es un titular urgente. Todo es una última hora absolutamente decisiva. Todo se olvida pasada media hora, porque un nuevo frente se ha abierto y barre como una apisonadora a los anteriores. Desde la madrugada del domingo al lunes, cuando Tibisay Lucena, presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), anunciaba que más de ocho millones de personas habían participado en las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente, la sucesión de hechos ha sido vertiginosa.
Así, a botepronto, recordamos: celebración chavista y denuncias de los opositores, EEUU impone sanciones a Caracas, detención y regreso a la cárcel de Leopoldo López y Antonio Ledezma, Smartmatic dice que los datos de los comicios fueron inflados y chavismo y oposición convocan a dos marchas simultáneas para el día de la constitución de la constituyente que terminan retrasándose porque, a menos de doce horas para el inicio del acto, el presidente, Nicolás Maduro, anuncia que se retrasa un día porque faltaba una treintena de asambleístas por acreditar.
Si has leído esto en voz alta, estoy seguro de que te falta el aire. Así es la actualidad venezolana, una eterna carrera a la que siempre llegas tarde y con la lengua fuera.
Dos asambleas en un mismo espacio, con dos manifestaciones que se dirigen al mismo lugar
En lugar de analizar todo en orden cronológico, lo haremos hacia atrás, desde lo más inmediato hasta los asuntos que fueron portada pero de los que ya nadie habla. A las 11.00 horas de hoy (las 19:00 hora española, al menos las 12:30 según la costumbre local de empezar todo tarde), los 545 nuevos delegados entrarán en el Palacio Federal Legislativo acompañados por las bases chavistas. La gran duda está en saber si los 121 parlamentarios de la oposición, que configuran la mayoría en el Parlamento elegido en diciembre de 2015, les esperarán atornillados a sus escaños. Fuentes de Voluntad Popular, partido integrado en la Mesa de la Unidad Democrática, señalaban a Público que puede haber “conflicto”, aunque no confirman si Julio Borges, presidente del órgano legislativo, y los suyos, se encerrarán y buscarán la imagen de ser sacados por la fuerza.
La situación puede ser supercalifragilística: dos asambleas en un mismo espacio físico, con dos manifestaciones que se dirigen al mismo lugar. ¿Alguien da más? No es previsible que los opositores lleguen hasta la sede del órgano legislativo. Salen de los barrios del este y, como es habitual, serán interceptados por la Guardia Nacional Bolivariana. Los partidarios de Maduro, por el contrario, sí que se desplegarán ante la asamblea.
Hoy es el día en el que esa división institucional (y de apoyos sociales) quedará retratada. Pero se extenderá en el tiempo. Aunque después de que EEUU haya anunciado que no reconocería a un Gobierno paralelo al de Maduro, la idea de una institucionalidad opositora alternativa se viene abajo. El “conflicto” del que me hablaba mi fuente opositora tiene dos lecturas. Por una parte, los enfrentamientos que puedan producirse hoy entre a) asambleístas chavistas b) diputados opositores c) manifestantes chavistas d) manifestantes opositores e) colectivos f) Guardia Nacional Bolivariana. Por otro lado, el que existe dentro de la propia Mesa de la Unidad Democrática, que está dividida y, como es tradición, aprovecha un contexto que le podría ser favorable para abrirse en canal en público y enseñar todas sus miserias. A saber: el mismo día en el que Smarmatic canta fraude (luego volveremos a ello) van los líderes opositores y se enfrascan en un debate sobre si es conveniente o no presentarse a las elecciones regionales, previstas para el 10 de diciembre y cuyo plazo para presentar candidaturas se abre el lunes.
En rara ocasión la MUD ha sido una balsa de aceite. Ahora la pelea está entre los que quieren concurrir a esos comicios porque creen que no presentarse sería repetir el ejemplo de 2005, cuando regalaron la asamblea al chavismo, y los que abogan por la vía del conflicto para hacerse con el poder. Henry Ramos Allup, diputado de Acción Democrática, abrió las hostilidades el miércoles al asegurar que su formación presentaría listas, lo que es interpretado por otros sectores del antichavismo como una claudicación.
Recordemos: al no haber nombrado candidatos para la Constituyente, la oposición queda fuera del tablero político nacional. Concurrir a las regionales sería un modo de mantener cotas de poder, pero una traición para sus sectores más intransigentes, como María Corina Machado.
Además de la calle, la pelea se dirime en el campo judicial. La fiscal general, Luisa Ortega, antaño chavista y actual azote de Maduro, pidió ayer a los tribunales que se suspenda la asamblea, argumentando la “presunta comisión de delitos durante el proceso electoral”. También el parlamento (el de 2015), ha anunciado otra investigación sobre Tibisay Lucena, presidenta del CNE.
Todos estos movimientos no parece que amenacen a la institución que juramenta hoy. La sede del órgano legislativo, ubicada en el centro de Caracas, está ya rodeada por agentes de la Guardia Nacional Bolivariana y da la sensación de que ni siquiera los actuales diputados (que según la ley dejarán de serlo hoy mismo) vayan a poder entrar para aferrarse al escaños. Sobre los más de ocho millones de votos, lo cierto es que el CNE todavía no ha ofrecido los resultados pormenorizados, aunque está previsto que lo haga próximamente. Además, Jorge Rodríguez, alcalde de Caracas y director de la campaña, solicitó una auditoría del 100% de los sufragios, después de que Smartmatic denunciase que el número de votos que se hizo público no correspondía con los emitidos en las urnas.
Llegados a este punto, la presión internacional es el gran recurso al que se aferran los opositores. EEUU, la Unión Europea y algunos países latinoamericanos, como Colombia, no reconocen a la Constituyente, lo cual molesta pero no termina de preocupar a los partidarios del presidente Nicolás Maduro. Venezuela mantiene fuertes lazos con Rusia y China y en Caracas confían en los acuerdos comerciales con ambas potencias para esquivar las sanciones que pueda imponer la administración de Donald Trump.
Llevamos semanas hablando de la Asamblea Nacional Constituyente pero lo que no se ha aclarado del todo es cuál será su papel. Y toda la discusión de estos días se centraba en esto. ¿O no? La falta de información ha provocado que se extiendan ideas sobre cómo será la Carta Magna antes incluso de que se hubiese elegido a quienes tendrán que redactarla. Las más populares entre la oposición son que se suprimirán las elecciones (aunque se hayan convocado comicios para diciembre) y que se eliminará la propiedad privada.
En el este, en los focos más duros del antichavismo, existe un elemento profundamente ideológico. Me lo explicaba por ejemplo Gabriela Méral cuando la entrevisté en una barricada de Altamira hace una semana: “La culpa es de la doctrina comunista de Stalin y el otro loco, Lenin. Marx no tiene la culpa”.
En el país de los bulos, cuestiones que hay que tener claras:
¿Quién forma parte de la Asamblea Nacional Constituyente?
Un total de 545 delegados que fueron elegidos por sufragio universal según criterios geográficos pero también sectoriales. Hay representantes de los estudiantes, trabajadores, empresarios, campesinos, personas con discapacidad y pensionistas. Entre los elegidos se encuentran figuras claves del chavismo como Elías Jaua (exvicepresidente), Delcy Rodríguez (excanciller), Diosdado Cabello (expresidente del parlamento) o Artistóbulo Istúriz (exministro de Comunas).
¿Cuál es su misión?
La asamblea tiene como objetivo modificar la Constitución vigente desde 1999, cuando comenzó su mandato Hugo Chávez. Según explica el periodista de Telesur Eduardo Rothe, esta Carta Magna va a seguir en vigor y lo que se busca es “constitucionalizar” derechos que se han ido generando en los últimos años en ámbitos como la vivienda, la educación o la salud.
¿Qué plazos tiene?
No existe un plazo concreto para la modificación de la Carta Magna, aunque es previsible que durante las primeras sesiones, cuando se marque el reglamento de la cámara, se fije un cronograma.
¿Habrá más elecciones durante el tiempo en el que esté en funcionamiento?
En diciembre se celebran elecciones regionales y para gobernadores. El año que viene están previstos los comicios presidenciales, ya que se cumplen cinco años desde que Nicolás Maduro llegó al poder en 2013.
La jornada de hoy abre un nuevo ciclo para Venezuela. La escenificación será la de un país dividido, al menos en la capital, aunque en medio de la polarización tampoco conviene perder de vista a ese sector de la población descontento con el rumbo actual del Gobierno y los graves problemas económicos pero que no sigue los llamamientos de la oposición a tomar las calles. Este sector, no estructurado, será clave de cara a los futuros comicios.
Pero eso ya es adelantarse demasiado. Hoy suficiente tendremos con mirar con un ojo hacia la asamblea y con el otro hacia las calles del este donde se manifiesten los partidarios de la MUD.
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