Este artículo se publicó hace 12 años.
La Constitución consolida la fractura de la sociedad egipcia
La oposición no está conforme con que una escueta mayoría imponga su credo al conjunto de la población
Eugenio García Gascón
El presidente Mohammed Mursi confía en que con los resultados de la primera jornada del referéndum constitucional los egipcios le hayan dado luz verde para afianzar un sistema político islamista en el país, aunque la oposición insiste en que la Constitución tal como está redactada vulnera numerosos derechos básicos de quienes no comulgan con el islamismo.
La distribución del voto del sábado confirma la existencia de un serio quebranto social y religioso en el país, una ruptura de difícil arreglo puesto que la oposición pretende que los islamistas se comporten como liberales y los islamistas buscan que la oposición actúe como si fueran islamista, y hasta ahora ninguna de las dos partes parece dispuesta a ceder ni se propone dar su brazo a torcer.
La oposición no está conforme con que una escueta mayoría imponga su credo al conjunto de la población, máxime después de que el sábado únicamente votara una tercera parte de los egipcios con derecho a voto. La cuestión es, para la oposición, si esa pequeña fracción tiene derecho a fijar e imponer un marco constitucional.
Los resultados parciales no darán a Mursi la tranquilidad que esperaba puesto que aunque son determinantes reflejan una profunda división que mantendrá a la presidencia ocupada con tender puentes a uno y otro lado y sin mucho tiempo para afrontar la grave situación económica por la que atraviesa Egipto.
Además, lo más probable es que a finales de febrero se celebren unas nuevas elecciones parlamentarias, que serán las séptimas en los dos años que han transcurrido desde la caída de Hosni Mubarak. La transición política no se ha completado y hasta ahora ha sido más bien caótica. Tanta consulta quizá puede ayudar a explicar el cansancio de los egipcios y la creciente abstención en los sucesivos comicios.
La segunda jornada del referéndum, que tendrá lugar el sábado día 22, se celebrará en su mayor parte en zonas rurales y provincias alejadas de El Cairo y las grandes urbes, donde los islamistas han tenido tradicionalmente más peso, de manera que muy posiblemente aumente el porcentaje de sí a la Constitución.
Las zonas rurales, claramente islamistasLa victoria del sí en la primera jornada fue clara a pesar de que en El Cairo hubo una mayoría de votantes, el 56%, que rechazaron la carta magna. La populosa capital es la ciudad más liberal del país, o más bien algunos barrios de la capital, mientras que las zonas rurales son claramente islamistas.
De momento no parece que el recurso a la violencia se vaya a generalizar a corto plazo, si bien ésta es una posibilidad que no se debe descartar. El sábado en la capital no hubo incidentes graves, pero en las tres semanas previas ardieron varias decenas de sedes islamistas a lo largo y ancho del país. La oposición, por su parte, acusa a los Hermanos Musulmanes de establecer piquetes que detienen a los opositores e incluso los torturan.
Los opositores sostienen que el texto constitucional no respeta a las minorías, incluida la minoría cristiana, que representa el 10% de la población, y reprochan a la Asamblea Constituyente que haya atendido tan solo a los intereses de los Hermanos Musulmanes. Los islamistas rechazan esas acusaciones y señalan que el texto que ha redactado la Asamblea Constituyente ciertamente refleja la mayoría islamista que ha ganado en todas las elecciones habidas hasta ahora, pero al mismo tiempo respeta a las minorías.
"La oposición está sembrando la duda entre la gente y no dice la verdad. Dice por ejemplo que los islamistas vamos a obligar a las niñas a casarse cuando cumplan nueve años, y eso no es cierto", ha dicho un representante de Al Nour, el partido salafista que ha votado a favor de la Constitución.
Dentro del islam ortodoxo no se fija la edad a la que deben casarse las niñas, pero la acusación de los liberales se basa en que el profeta Mahoma se casó en una ocasión con una niña de seis años, aunque no consumó el matrimonio hasta que alcanzó los nueve. En aquella época eran muy frecuentes los matrimonios con estas edades en distintas culturas y no solo en el islam.
La oposición cree que en las circunstancias que han rodeado al referéndum, y teniendo en cuenta las protestas generales de las últimas semanas (fotogalería), no procede establecer una Constitución que choca con los principios elementales de buena parte de la población, y que ha sido criticada más o menos veladamente por los países occidentales.
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