Este artículo se publicó hace 14 años.
Condena de 25 años de cárcel para el último dictador argentino
Por delitos de lesa humanidad. Reynaldo Bignone trató de borrar la huella de los crímenes del régimen
Un tribunal de Buenos Aires condenó hoy a 25 años de prisión al dictador argentino Reynaldo Bignone por delitos de lesa humanidad cometidos en el mayor centro clandestino de detención del último Gobierno de facto (1976-1983), informaron fuentes judiciales.
El Tribunal Federal de la localidad de San Martín, a las afueras de la capital argentina, inició en noviembre pasado el juicio contra Bignone y otros seis represores que actuaron en la órbita de la guarnición militar de Campo de Mayo.
Bignone fue el último presidente de la dictadura argentina. Trató de borrar las huellas de los crímenes cometidos por el régimen de facto y amnistiar a los responsables. Durante su breve gestión, el hoy octogenario ex general negoció la transición hacia la democracia, ordenó destruir la documentación sobre detenciones, torturas y asesinatos de desaparecidos y firmó una ley de Amnistía o Pacificación Nacional para encubrir a los miembros de las Fuerzas Armadas.
Nacido el 21 de enero de 1928 en la localidad bonaerense de Morón, ingresó en el Ejército a los 19 años y, en 1976, participó activamente en el derrocamiento del gobierno de María Estela Martínez de Perón, la tercera esposa del tres veces presidente Juan Domingo Perón. Poco después de la instauración del régimen de facto ocupó las instalaciones del Hospital Posadas para convertirlo en un campo de concentración.
Promesas incumplidasEn 1980 accedió a la subdirección de los Institutos Militares y al año siguiente, cuando Roberto Viola sustituyó a Jorge Videla, el primero de los cuatro presidentes de la dictadura, Bignone pidió su retiro. Distanciado políticamente de la cúpula castrense, se convirtió entonces en el candidato ideal para suceder al general Leopoldo Galtieri, sumido en la desgracia tras la derrota bélica ante el Reino Unido.
Reynaldo Bignone asumió la Presidencia con la promesa de restaurar la democracia
El 1 de julio de 1982, tras la dimisión de quien había declarado la guerra a los británicos, Reynaldo Bignone asumió la Presidencia con la promesa de restaurar la democracia en un país deprimido económicamente y con crecientes presiones de los organismos de derechos humanos para conocer el paradero de los desaparecidos.
El 28 de abril de 1983, y después de fijar la fecha de las elecciones para octubre de ese año, Bignone dictó un decreto que ordenó borrar todas las evidencias de la denominada "guerra sucia", así como el Documento Final sobre la Lucha contra la Subversión y el Terrorismo que orientó represión.
El 23 de septiembre avanzó en este proyecto al firmar la ley de Pacificación Nacional en beneficio de los miembros de las Fuerzas Armadas que actuaron en los "años de plomo", norma que posteriormente el Gobierno constitucional declararía nula por considerarla una "autoamnistía".
Encarcela y excarceladoLa foto de Bignone colocando la banda presidencial al dirigente radical Raúl Alfonsín, ganador de las elecciones tras siete años de cruenta dictadura, recorrió el mundo el 10 de diciembre de 1983.
Un mes después de dejar el poder Bignone fue detenido, acusado de la desaparición y asesinato de soldados, pero fue puesto en libertad en junio de 1984 por disposición del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.
Bignone intentó amnistiar a los responsables de los crímenes de la dictadura
Logró eludir el histórico Juicio a las Juntas Militares en 1985, pero en 1999 regresó a la cárcel por el robo de hijos de desaparecidos y el secuestro y asesinato de médicos del Hospital Posadas.
Fue liberado en 2005, aunque en 2007 el ex dictador volvió a ser encarcelado por orden del mismo tribunal que le condenó hoy por delitos de lesa humanidad en la guarnición militar de Campo de Mayo, a las afueras de Buenos Aires, considerada la mayor cárcel clandestina del régimen de facto.
Bignone también ha sido procesado por su responsabilidad en el Plan Cóndor, como se denomina a la represión coordinada de las dictaduras del cono sur americano para eliminar a opositores políticos en las décadas de 1970 y 1980.
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