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Cumbre de la UEComienza el baile de sillas en Bruselas tras las elecciones europeas
Los líderes de la UE se reúnen en Bruselas para una primera discusión sobre potenciales candidatos y candidatas a tomar los mandos de las principales instituciones comunitarias.
Beatriz Ríos
Bruselas--Actualizado a
Cuatro de las principales instituciones de la Unión Europea verán partir a sus líderes en los próximos meses. Apenas dos días después de las elecciones, los primeros ministros y presidentes de los estados miembros se reúnen hoy en Bruselas en un Consejo Europeo extraordinario para una primera discusión sobre quién debe presidir el Parlamento, el Consejo, la Comisión y el Banco Central Europeos, además de la vicepresidencia de Asuntos Exteriores. España está llamada a jugar un papel fundamental.
Este martes, previsiblemente, no habrá nombres ni grandes giros dramáticos. Los líderes de la UE preparan el terreno de cara al Consejo Europeo de junio. Ahí sí, esperan tomar decisiones. En esta reunión, como si de una casa de citas se tratara, los estados miembros definirán al candidato ideal, sus competencias, y la agenda que esperan que lleve adelante una vez tome las riendas del ejecutivo en Bruselas. Aunque también previsiblemente, algunas capitales pondrán sus cartas -y sus demandas- sobre la mesa.
Sin embargo, aunque hable en abstracto, el Consejo Europeo tienen ahora mismo seis currículum en la cartera, los de los seis candidatos de los partidos políticos europeos. El Tratado de Lisboa establece desde 2009 que el Consejo debe tener en cuenta el resultado de las elecciones para nominar al presidente de la Comisión. Desde las elecciones de 2014, que acabaron con Jean-Claude Juncker al frente del ejecutivo, las familias políticas presentan a sus contendientes a las elecciones, el conocido como sistema del spitzenkandidaten. Pero a los estados miembros no les hace demasiada gracia, particularmente a la Francia de Emmanuel Macron, y amenazan con tirarlo por tierra. Esa será una de las grandes incógnitas que se espera los líderes resuelvan.
La cuestión es que en 2014, y aunque el proceso no fue menos contestado, las elecciones dieron un claro vencedor; las del pasado domingo, un Parlamento Europeo notablemente fragmentado. Aunque el Partido Popular Europeo ha vencido los comicios, su estrepitoso tropiezo le quita legitimidad en la pugna. El resto de partidos le han dado además la espalda a su candidato, Manfred Weber, que aunque con el tímido apoyo de la canciller Angela Merkel, no cuentan ni con el carisma ni con el curriculum que se espera de un candidato a la presidencia de la Comisión Europea. Ingerniero de profesión, ha sido eurodiputado durante una década y no tiene experiencia ejecutiva ni dentro ni fuera de Bruselas. En cualquier caso, el candidato a la presidencia no necesita haber ganado las elecciones sino el respaldo de la Eurocámara y aquí, se hacen apuestas. El candidato socialista, Frans Timmermans, llamó a una alianza 'de Macron a Tsipras' durante la campaña, que renovó tras los resultados. Las cuentas no salen pero es un comienzo.
Los liberales, la tercera fuerza en el Parlamento Europeo tras las elecciones, partían con ventaja en la carrera por la presidencia. Su candidata, la Comisaria de Competencia Margrethe Vestager, es de las favoritas. Su condición de ‘king-makers’, los ponía en la línea de salida. Sin embargo, el líder del grupo en la Eurocámara, el belga Guy Verhofstadt, ha asumido hoy al línea de Emmanuel Macron y rechaza apoyar a los candidatos de los partidos porque entienden que mientras no existan las listas transnacionales, el sistema no tiene sentido.
A la llegada a la cumbre, Macron ha dicho que “no es momento de hablar de nombres sino de contenido.” Sin embargo, al ser preguntado por Vestager, el presidente francés ha confirmado que tanto ella como el vicepresidente primero de la Comisión y candidato socialista, Frans Timmermans, además del jefe negociador de la UE para el Brexit, Michel Barnier, tienen las cualidades necesarias. Barnier no ha sido presentado por ningún partido pero lleva meses haciendo campaña, y aunque es de la familia popular, gusta a Macron, dentro y fuera de Francia. La salida, o más bien su ausencia, de Reino Unido aún de la UE, sin embargo, parece un problema.
Así y todo, los resultados de las elecciones europeas no es el único criterio que los líderes evaluarán hoy a la hora de repartir los cargos. Además de la representación de las distintas familias políticas -no solo en el Parlamento sino también en los gobiernos-, contarán con la repatriación geográfica -los países del este reclaman algo de peso- o, por primera vez, la igualdad de género. La UE no ha tenido jamás una presidente de la Comisión, tampoco del Consejo y, en cuarenta años de historia, solo dos mujeres - Simone Veil (1979) y Nicole Fontaine (1999)- han presidido el Parlamento Europeo.
El rol de España
España, tras la victoria de Pedro Sánchez en las pasadas elecciones generales y europeas, se ha convertido en el líder socialista más relevante del continente y el PSOE, en el principal partido socialdemócrata de la Eurocámara. Además, con Reino Unido a las puertas del Brexit e Italia sumida en el caos del gobierno de la extrema derecha de Matteo Salvini y los anti-sistema del Movimiento 5 estrellas, España se ha convertido en el tercer país con más peso económico, georgráfico y político en la UE.
Sánchez, junto con el primer ministro portugués, Antonio Costa, será el negociador del partido durante las conversaciones que deben concluir en el relevo de los puestos de mando más importantes de la UE. El presidente español se reunió ayer con Emmanuel Macron en Francia; hoy, con los primeros ministros belga, Charles Michel, y holandés, Mark Rutte; y después con al canciller Angela Merkel. Liberales y socialistas aspiran a liderar una nueva alianza europea que refleje el cambio del panorama político en el continente en los últimos años. La renovación de los puestos ejecutivos pero también la defensa de una agenda, por una Europea más verde, más social, es lo primero.
España considera además que lleva años infrarrepresentada en las instituciones. Una situación apenas maquillada con la elección de Luis de Guindos como vicepresidente del BCE hace ahora dos años. Pero Sánchez aspira a reclamar una, o incluso dos, de las sillas vacantes en Europa para España.
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